Últimamente en Valve no dan una a derechas. Greenlight, el prometedor servicio para que los desarrolladores independientes sometiesen sus proyectos a la dictadura de la democracia, ha resultado ser un fracaso que los señores de Steam no saben cómo quitarse de encima. Early Access, que al principio parecía una buena idea, sólo ha servido para llenar las estanterías de Steam de títulos inacabados, algunos de los cuales ni siquiera llegarán a estarlo, como es el caso de Towns. Y la última prestación añadida a Steam ha sido Steam Tags, una sencilla novedad que permite a los usuarios de la plataforma poner etiquetas, las que quieran, a los videojuegos, los que quieran. Como era de esperar ya hay «problemas».
