Este pasado fin de semana se celebró en Málaga la feria de videojuegos independientes Guadalindie. El evento, que ha sido un éxito tan abrumador que muchos aún nos estamos secando lágrimas de felicidad, ha sido posible gracias a la labor mastodóntica de un grupo de voluntarios entre los que me incluyo. Este hecho, el que haya sido un éxito y el que todos seamos voluntarios —incluyendo a Raúl López, su incombustible director— me ha hecho pensar. Y, tal y como animó a hacer Marta Trivi durante el colofón de la feria, quiero reflexionar en voz alta.
