Análisis: Chuck Norris: Repartiendo Leña

Sí señores, Andresito se compra un iPhone y El Pixel Ilustre comienza a hacer análisis de juegos para iPhone. Así funcionan las cosas por aquí. Lo próximo será comprarme una PSPGo para descubrir si realmente tiene juegos o es un mito. En cualquier caso, el primer análisis para la portatil de Apple no podía ser otro que el jueguecito protagonizado por el tejano más lolero de todos los tiempos. Y no porque me haga especial gracia, sino porque valía 80 céntimos y se pasa en una tarde.

No creo que os descubra nada si os digo que estamos ante un título que de salir en PC no pasaría de «Juego de Viernes»: flashero, gratuito y sin pretensiones. Pero claro, estamos en un iPhone. El cacharro de Apple, ya sabéis. Y estos de Apple si hay tres cosas que no entienden son los conceptos de «flash», «gratuito» y «sin pretensiones». Pero vayamos por partes, que el juego lo merece.

Efectivamente, Chuck Norris: Repartiendo Leña es, a todas luces, el típico pegahostias que podemos encontrar en la sección de juegos en flash de Newgrounds o cualquier página similar. Y no es que esto sea malo, sino todo lo contrario. Si hay un género divertido y adictivo como pocos en este nuestro mundillo ese es el de los pegahostias flasheros. En este caso, concretamente podremos repartir estopa por varios tipos de localizaciones diferentes (la jungla, entornos urbanos e interiores), tendremos diferentes estilos jugables (con armas de fuego, puños, en helicóptero y en coche) y varios combos y ataques especiales. Así que pese al aspecto de «Juego del Viernes» que tiene, mola. Mucho mucho.

BADASS

Y mola tanto no solo por que tenga un apartado gráfico muy simpático, una jugabilidad divertida y unos controles bastante mejores de lo que yo pensaba al principio. Mola porque, pese a no ser gratuito, sus desarrolladores no se han descolgado pidiendo tres o cuatro euros por él (como he visto otros títulos en la appstore). Y podrían haberlo hecho perfectamente. Con el tirón de Chuck Norris podrían haberlo puesto al doble o triple de dinero y muchos tarugos lo habrían comprado igualmente. A 0,80€, sin embargo, me parece una buena inversión y todo un acierto.

Eso sí, el principal motivo por el que es todo un acierto no es por el precio, que también, sino por el hecho de ser un título sin pretensiones. Esto, aunque parezca una tontería, es algo que hoy día se agradece muchísimo. El juego sabe que es una zorrita de esquina, no finge ser una prostituta de local de compañía como muchos otros. Es consciente de sus limitaciones y las utiliza en su favor. Y oye, eso a mi me mola. Que ya estoy harto de tantas guarras perfumadas que al final no saben ni metérsela en la boca. Mmm… creo que el símil ya se me está yendo de las manos. En cualquier caso, es un juego honesto (anda que fácil y elegante queda dicho así).

Total, que si a todo lo dicho le añadimos una trama de lo más hilarante en la que Kim Yong Il y Fidel Castro se unen para intentar derrocar al mismísimo Chuk Norris, lo que nos queda es un juego muy disfrutable que, desde luego no pasará a la historia, pero que seguro nos amenizará unos cuantos viajes en autobús. Que ya es más de lo que muchos presuntos AAA pueden decir…