Ni muerto ni de parranda. Estaba jugando a The Witcher III. Desde junio que no tocaba otro juego y hasta me olvidé de donde estaba el botón de eject de la PS4. Que sí, que el rolazo nos encanta y todo juegazo triple A que se precie debe tener un mapa más grande que la provincia de La Rioja y cuya lista de misiones secundarias deben rivalizar con la guía telefónica. Pero no os imagináis lo difícil que es para un padre primerizo y pluriempleado encontrar 100 horas para dedicar a la consola. En fin, revivamos El Píxel Ilustre con mi GOTY 2015 particular, más que nada porque no he jugado a otro juego que saliera durante el año pasado.
