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La reciente maniobra publicitaria de GOG, gracias a la cual estuvimos algo más de setenta y dos horas sin acceso a nuestras descargas digitales, hizo que más de uno se replantease un modelo de negocio que no acaba de calar especialmente en nuestra buena patria, donde el formato físico sigue siendo el rey indiscutible de las ventas. Aún así, dicha acción de marketing fue llevada a cabo por un servicio que te permite descargar todos tus juegos cuantas veces quieras, almacenarlos en discos duros o formatos ópticos, y jugarlos sin necesidad de estar conectado a Internet o un cliente. Pero… ¿que hubiese pasado si en lugar de GOG es cualquier otra plataforma la que se viene abajo sin previo aviso durante tres días? ¿Y si no son sólo tres días?