Análisis: BlazBlue: Calamity Trigger

Con muchísimo tiempo de retraso con respecto a las versiones de otras regiones y con su continuación a la vuelta de la esquina en el país del sol naciente nos llega por fin BlazBlue, nuevo salvador del género en el que Arc System ha puesto toda la carne en el asador para hacer de él el digno sucesor del emblemático Guilty Gear. Es hora de disfrutar de frenéticos combates a ritmo de virtuosos guitarreos, tiembla Street Fighter IV, BlazBlue ha llegado con ganas de hacer pupita.

Siguiendo con un estilo

Como todos sabéis –o eso supongo-, Arc System no son precisamente mancos en esto de la creación de juegos de lucha en 2D, las cuatrocientas entregas de su anterior obra, Guilty Gear así lo demuestran, dejándonos para el recuerdo un estilo que hasta el momento ninguna desarrolladora había llevado a cabo. Combates con un ritmo acelerado, aderezados por combos de 60 golpes capaces de dejar en bragas a cualquiera que hasta ese momento pensaba que tenía nivel en juegos de lucha. Con personajes anime rebosantes de carisma y mala leche, Arc System supo dotar a cada uno de los participantes de un transfondo bastante característico que los diferenciaba enormemente del resto. Lo mejor de aquellos Guilty Gear sigue presente en Blazblue, por tanto, si experimentabas extrañas erecciones manejando a I-No y compañía, la nueva propuesta de la desarrolladora nipona te va a encantar, si no, no se que haces leyendo este análisis en lugar de hacer algo más productivo.

La nueva camada

Doce personajes serán los protagonistas de Blazblue, os preguntaréis si a estas alturas de la vida se trata de un número adecuado, y aquí tito hatedpig os dice que si vais de pros y pretendéis haceros con sus controles en una semana os vais a ir con el rabo entre las piernas. A priori son pocos personajes, pero el nivel de exigencia y las inmensas diferencias con el resto del plantel hacen de cada uno de ellos una experiencia totalmente distinta. Aquí ni por asomo encontraremos estilos de lucha similares, a diferencia del Street Fighter, donde los shotos mantienen premisas comunes. Especializarse con alguno de los personajes llevará tiempo, mucho tiempo. Si anteriormente teníais pericia con Guilty Gear puede que el contacto sea más ameno, pero igualmente, pocos son los puntos en común con los antiguos personajes, por lo que unas buenas horas en el tutorial y en el Arcade en modo pesadilla no os las quita nadie.

Siguiendo la estela de su antecesor, los luchadores se salen de lo normal, auténticos outsiders cuya estética, apariencia y estilo de pelear poco tienen que ver con personajes de Capcom o SNK, aunque dentro de tanto experimento existe una pizca de normalidad, y de entre los doce contendientes nos toparemos con personajes enfocados a los novatos y a otros destinados para los experimentados. Esto no quiere decir que esos luchadores más “fáciles” de manejar no requieran unas cuantas horas de entrenamiento y no tengan una cierta complejidad, pero creedme en que algunos como Arakune, V-13 o Rachel son una delicia para los que busquen ese punto jugable exótico que no encuentran en otros juegos de la competencia.

Combates profundos

Si por algo se caracteriza Arc System es por ofrecer una gran variedad de acciones y recursos en sus juegos de lucha. En Blazblue siguen presentes elementos como el burst, los dash aéreos o la guardia especial, todo ello mezclado con nuevos conceptos que estiran las posibilidades del juego más allá de todo lo visto. A los típicos ataques especiales denominados Distortion Drives se les suman los Astral Heat, movimientos que finalizan con una secuencia y que para llevarse a cabo requieren unas ciertas premisas.

Un apartado interesante a tratar en el juego es la inclusión del botón Drive, acción propia para cada personaje sobre la que pesa una gran parte de la estrategia del mismo. Se trata de una importante habilidad que varía radicalmente entre los distintos luchadores, y que usado con sabiduría y habilidad puede ser clave para sacar adelante los combates con éxito. A pesar de la profundidad en su sistema, Blazblue sólo utiliza tres botones básicos para golpes, otro para el Drive y combinaciones de los mismos para realizar llaves, recuperaciones, cancelaciones, provocaciones y el burst, que pueden simplificarse en los gatillos. Al igual que en el Tatsunoko VS Capcom de Wii, los ataques especiales pueden realizarse de manera directa con el stick, aspecto recomendado para aquellos que se están todavía iniciando en el juego y no dominan las combinaciones más complejas.

Inicialmente puede acabar con la paciencia de cualquiera, ya que por ejemplo, con respecto a Street Fighter IV, la realización de los movimientos requiere un uso de la cruceta/stick mucho más preciso, lo que en ocasiones dificulta bastante llevar a cabo un Distortion en el momento que deseamos. Sobra decir que la práctica y la constancia hacen efecto. Sin ir más lejos, aquí un servidor ha estado a punto unas cuantas veces de destruir el pad por no comprender demasiado bien la mecánica de los combates.

Si eres un iniciado y tienes dudas sobre adquirirlo, debes saber que para jugar contra la consola o unos amiguetes está bastante bien, pero si quieres ahondar en el online y jugar con gente que controla el tema debes ir sacando el bote de vaselina. Te vas a tener que empapar de videos y tutoriales en los que aprender cosillas imprescindibles. Si por el contrario te consideras ya todo un experto por estos mundos de dios vas a disfrutar de lo lindo con las enormes posibilidades que te brinda este título.

Equilibrio técnico

Como ya he comentado, visualmente hablando Blazblue es una jodida delicia. Enormes sprites en 2D que junto con juegos como el Muramasa de Wii ocupa el podio de este estilo. Escenarios muy trabajados con ciertos elementos en 3D y llenos de detalles completan un marco inmejorable para la práctica de los combates.

El espectáculo visual durantes los combates es sensacional, las fluidas animaciones de los personajes junto con los vistosos efectos nos regalan un precioso lienzo donde poco a poco se van dibujando coloridas peleas.

La estética de los luchadores vuelve a estar especialmente mimada. Encontraremos desde gothic lolitas a cyborgs, pasando por ninjas, mujeres/gato o nerds, todos ellos muy cuidados artísticamente. Gráficamente podemos concluir diciendo que se encuentra un escalón por encima de los Guilty Gear, y aunque la diferencia tampoco es tan brutal como pretenden vendernos por ahí, lo cierto es que poco más se puede mejorar ya en este aspecto.

La música vuelve a cobrar un papel importante en este nuevo producto de Arc System. De nuevo con Daishuke Ishiwatari a la cabeza nuestros oídos recibirán la constante carga de adrenalina que las composiciones de Blazblue poseen. Vuelven a predominar los guitarreos y la música rock, con algunos temas que van a pasar al recuerdo por ser de lo mejorcito dentro del género. Tanto la música de los menús como los efectos sonoros, también cumplen a la perfección, envolviéndolo todo en un amenazante ambiente de competitividad.

Variedad de modos

No sólo de un bizarro plantel y un gran apartado audiovisual se sustenta el juego, la compañía ha puesto especial interés en hilbanar un argumento realmente trabajado para tratarse de un juego de lucha. Cada uno de los participantes tiene su propia historia, que además se verá modificada dependiendo de los caminos que elijamos dentro de las distintas ramificaciones que van surgiendo, lo cual nos brinda la que podría ser seguramente la mejor historia en un juego de lucha vista hasta el momento. Pero seamos sinceros, aunque no esté de mas que se la hayan currado, lo que importan son las ostias, así que BlazBlue también cuenta con el típico modo arcade donde partirnos la boca sin complicaciones durante diez combates. No faltará tampoco un completísimo modo entrenamiento en el que perfeccionar nuestra habilidad, así como el imprescindible modo versus. Interesante inclusión es también la del modo Score Attack, una especie de “Consigue todos los puntos que puedas y chulea de ello en el ranking mundial” bastante adictivo y que pica lo suyo. También obligatorio es el online, que en BlazBlue da unas cuantas vueltas a lo visto por ejemplo en SFIV, con el que no me canso de compararlo por ser en mi opinión el referente del género en esta generación. Los combates suelen ir bastante fluidos y sin lag en la gran mayoría de las veces, aparte, se incluye la tan ansiada opción para crear salas que tanto le cuesta introducir a Capcom en su puñetero juego. Está claro que todavía quedan cosas por mejorar en este aspecto, pero el nuevo engendro de Arc System no lo hace nada mal en este sentido.

Comparando y concluyendo

Llegados a este punto y después de lamerle tanto el trasero al juego, os preguntaréis si es oro todo lo que reluce. Bueno, la verdad es en su mayoría sí, pero en mi humilde opinión BlazBlue no logra destronar a Guilty Gear dentro de su propio estilo. No quiero decir con esto que el nuevo juego esté  kilométricamente alejado, pero es que la obra primigenia de Arc System es colosal aún a día de hoy. Una saga sólida, sin fisuras si dejamos de lado algunos capítulos experimentales, y sin la que BlazBlue no sería lo mismo. Tampoco lo colocaría por encima de SFIV, aunque ojo, son tan distintos que las comparaciones hay que cogerlas con pinzas. Son propuestas tan dispares que consiguen satisfacer a un amplio abanico de jugadores, y tanto en sus mecánicas como filosofía difieren bastante, pero si hay un juego que sigue ahí arriba, sentado en su trono, ese es el juego de Capcom. Y más que se afianzará con la llegada del Super, que ya está al caer y que un servidor no dudará en adquirir, así de masoquista soy.

Lo dicho my friends, BlazBlue patea culos si os gusta el rollito que la compañía que hay detrás ha ido desarrollando durante anteriores generaciones, si tenéis claro lo que os vais a encontrar os va a gustar y mucho. De lo contrario, es posible que acabe con tu paciencia y termines arrimándolo en la estantería, vuelvas a coger el Tekken de mierda y te pongas a hacer el tontainas en el online.