Otro paseo por el cine

Hace ya unos años que os hablamos por primera vez de algunos juegos de la denominada Edad de Oro del Software Español que se inspiraban de forma más que evidente en éxitos de la gran pantalla. El cine siempre ha sido un reclamo potente y también era divertido imitar los sucesos que veíamos en nuestra película favorita. En ese primer artículo no estaban todos los juegos; a continuación os descubriremos seis juegos más cuyo parecido con un film es algo más que casualidad.

Un rascacielos ha sido tomado por terroristas. Decenas de rehenes están dispersos por las plantas del edificio, esperando que un hombre valiente los rescate. Ese es el argumento de Piso Zero, un juego lanzado por Zigurat en 1.991, 3 añitos después de que Bruce Willis en el papel de John McLane hiciera lo mismo en el edificio que aparece en La Jungla de Cristal. Y los “homenajes” de Piso Zero no acaban ahí: además de la semejanza con la película, a nivel jugable es demasiado parecido al clásico de Taito Elevator Action. Piso Zero no era un juego muy brillante, con el agravante que en 1.991 mucha gente estaba abandonando los sistemas domésticos en cassete para pasarse a las consolas de Sega y Nintendo. ¿Yippee-ki-yay?

Ser el malo siempre mola, y de eso se dio cuenta Topo Soft cuando lanzó Survivor en 1.987. En él nos poníamos en la quitinosa piel de un extraterrestre con una evidente semejanza al que diseñó H.R. Giger para Alien: el Octavo Pasajero para eliminar a la tripulación de la nave y otros seres indeseables a base de escupitajos ácidos para recuperar los huevos que permitirán la supervivencia de tu especie. Survivor se adelantó 7 años al Alien vs. Predator de Atari Jaguar permitiéndonos controlar a un Alien y, a pesar de que han pasado casi 30 años, Survivor es mejor juego que Aliens Colonial Marines.

De pequeño ví Tron y no solo no entendí nada sino que me pareció una mierda. Hace un par de años, convencido de que no pude apreciar una película de culto, la volví a ver. Seguí sin entender nada y me sigue pareciendo una mierda. Pero eh, es muy bonita y los efectos especiales son muy chulos. La única escena que mola, la de las motos que compiten creando un haz de luz sólida que derrota a nuestro rival si se cruza en su camino, le sirvió a Topo Soft de inspiración para sacar Zona 0 en 1.991. Un juego cuya sencillez le hacía ser bastante adictivo. Y con portada de Azpiri para hacerlo más interesante.

Aunque el título pueda hacer pensar lo contrario, Apocalipsis new no tiene absolutamente nada que ver con la película Apocalypse now de Francis Ford Coppola. Además de dejar en evidencia el escaso nivel de inglés del español medio de los 80, el juego es una especie de proto-simulador de hacker inspirado en Juegos de Guerra, esa película que hizo creer a una generación que se podía provocar un conflicto mundial desde tu habitación cuando las únicas conexiones que se podían realizar desde tu ordenador era a una tele y a un radiocassete. Con eso normal que años después nos creyéramos que con unas cuantas PS2 atadas con cinta americana se pudieran controlar misiles. Y yo diría que, vista la cara del chaval que aparece dibujado en la portada, el juego no parece demasiado divertido.

Un astronauta está atrapado en el interior de una nave por culpa de la computadora central, que ha enloquecido debido un bug que ríete tú de los de Assassin’s Creed Unity el día de lanzamiento y en lugar de controlar el aire acondicionado y que no falte agua caliente en el camarote intenta aniquilarnos. El objetivo del juego es explorar la nave y desconectar al ordenador principal, siendo lo más difícil adivinar cúal es la puta palabra correcta que nos permitirá avanzar en la aventura, como solía pasar en este tipo de juegos. En Arquimedes XXI, una aventura conversacional publicada por Dinamic en 1.986, no hay monolitos ni gente disfrazada de simio, pero el parecido con la obra maestra de Kubrick es más que evidente.

Aunque Mazinger Z es más conocida por la serie animada, la existencia de películas sobre el robot gigante de Japonio me permite meterlo en este artículo. En El Poder Oscuro (Zigurat, 1.991) pasábamos de ir a pie a ir en un monoplaza volador que nos permitía controlar un robot gigante cuando lo posábamos en su cavidad craneal. En resumen, somos el puto Koji Kabuto cañí, algo que era la puta hostia para la mayoría de chavales nacidos entre mediados y finales de los setenta. Hay que decir que, pese a que el parecido con el anime podía parecer un reclamo barato, El Poder Oscuro resultó ser un juego bastante entretenido, y sin necesidad de pechos fuera.

Lo curioso es que, pese a que los parecidos con las películas eran más que evidentes en la mayoría de los casos y que es algo que a día de hoy nos parecería algo cutroso, en aquel tiempo era algo que hacía al juego más atractivo, ya que nos daba la posibilidad de recrear en nuestros ordenadores de 8 bits algo que habíamos visto en los VHS que traían nuestros padres del videoclub. Porque ¿quien de los que ahora rondan la 30 no decía “¡parece una película!” como algo bueno? Que curioso que ahora signifique casi lo contrario.

Este artículo no hubiera sido posible sin esa maravillosa base de datos que es Computer Emuzone.