Triple-Análisis: los Castlevania de Nintendo DS

Escrito por en Análisis - 16 febrero, 2010

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Castlevania: Dawn of Sorrow es el primero que apareció para Nintendo DS en el año 2.005. Es una secuela directa del Castlevana: Aria of Sorrow, último de los Castlevania publicados para Game Boy Advance.

Controlamos otra vez  a Soma Cruz, estudiante de instituto japonés y supuesta reencarnación de Dracula. Los hechos se sitúen en 2.036 (cosa que no tiene la más mínima relevancia puesto que seguimos usando espadas, lanzas, cruces y agua bendita como armas. Por lo menos, se ve un coche en uno de los escenarios), un año después de Aria of Sorrow. En esta ocasión, un misterioso culto intenta eliminar a Soma Cruz para que así sea posible la resurrección de Drácula. Nos ayudarán Hammer, vendiendonos armas y armaduras, Yoko Belnades, mejorando nuestras armas a cambio de las almas de los enemigos derrotados, Genya Arikado, que no es nada mas y nada menos que Alucard con peluca y Julius Belmont, que está deseando que despertemos a nuestro demonio interior y darnos de latigazos con el Vampire Killer.

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Soma Cruz derrotando a un pollo desplumado gigante

El sistema de juego prácticamente igual al Aria of Sorrow: al derrotar a los enemigos podemos absorber su alma. Las almas pueden ser de guardia (que nos permiten, por ejemplo, invocar familiares o transformarnos en criaturas de la noche), de encantamiento (que nos ofrecen mejoras permanentes en alguna de nuestras habilidades), de bala (tal como se utilizan las reliquias de toda la vida, como la daga, el hacha o la cruz) y de habilidad (con las que aprendemos nuevas habilidades para llegar a sitios anteriormente inalcanzables). Solo podemos llevar equipadas a la vez un alma de cada, a excepción de las de habilidad.

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Bosses grandes y feos, un sello de los Castlevania

Es el único juego de los tres que utiliza las posibilidades de la pantalla táctil. Con el Stylus podemos romper bloques de hielo y manejar a algunos familiares, entre otras cosillas. Pero el principal uso del Stylus y la pantalla táctil es la presencia de los sellos mágicos. Para luchar contra los jefes deberemos, primero aprender y luego romper el sello uniendo unos puntos con un orden determinado. No solo eso: cuando estemos luchando contra el enemigo final, deberemos volver a romper el sello para matarlo. Si no lo hacemos bien o tardamos mucho, el monstruo regenerará parte de su vida y deberemos seguir luchando hasta trazar el sello de forma correcta.

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En el nivel difícil lo tienes que hacer con la punta del ciruelo

Eso, mas que un añadido molón, es un coñazo. No solo deberemos estar pendientes del sello sino que deberemos coger el stylus y trazar el sello, con el agravante de que sí fallamos, el enemigo nos pillará con el culo al aire y el stylus en la mano. Para poner solo dos o tres chorradas con la pantalla táctil es mejor no poner nada aunque salga en el análisis de Meristation “no aprovecha las posibilidades de la pantalla táctil”. Cuando no hace falta, no hace falta.

Si llegamos al Final Malo, se desbloquea el “Julius Mode”, que se trata de un tributo en toda regla al Castlevania III de NES. Controlamos a 3 personajes: Julius Belmont, como miembro del clan Belmont, Yoko Belnades, descendiente de Syphia Belnades, y al propio Alucard sin peluca. El juego es exactamente igual con la única diferencia que el enemigo final es Soma Cruz, con todos los poderes de Drácula.

Alucard

Controlar de nuevo a Alucard, un extra a tener en cuenta

Castlevania: Dawn of Sorrow tiene el problema de ser el primero que apareció. No es malo, ni mucho menos, pero no tiene mucho que le diferencie de Aria of Sorrow además de la inclusión (innecesaria bajo mi punto de vista) de las chorraditas con la pantalla táctil. Es bastante más fácil  y más corto que los dos juegos restantes y la diferencia entre el “final bueno” y el “final malo” es poco mas que una nueva mazmorra (bastante jodida, eso sí) y un enfrentamiento con el final boss que, por una vez, no es Drácula.

6 simoncillos

Pasa al análisis de Castlevania: Portrait of Ruin

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