Famitsu-Análisis: Muramasa

Escrito por en Análisis - 3 febrero, 2010

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La moda japonesa invade el Pixel Ilustre con el primer, y esperemos que no último, Famitsu-Análisis; que como estaréis imaginando, recopilará las impresiones de no cuatro, sino cinco redactores y puntuará sobre cincuenta (chúpate esa Famitsu). El juego elegido para la ocasión ha sido Muramasa: The Demon Blade, del que se han vendido siete copias en todo el mundo de las cuales nosotros tenemos tres, por lo que nos aseguramos el famitsu-análisis en exclusiva. Ahí es nada.

Tras el salto, el siempre amoroso hatedpig será el primero en hablaros del juego.

hatedpig

Muramasa es bastante especial, no sólo por su atípica propuesta dentro del catálogo sino por el sobresaliente aspecto técnico que rodea el título. Hace gala de unas trabajadísimas 2D, escenarios muy cuidados y animaciones para quitarse el sombrero, pero no sólo eso, Muramasa tiene muchos más alicientes que lo convierten en uno de los mejores juegos de Wii.

Impregnado de la cultura nipona, Muramasa plasma de manera muy artística paisajes rurales y otros más urbanizados con el denominador común del respeto a las tradiciones y a los factores que marcaban estéticamente el período Genroku. Toda esta serie de elementos propios de la cultura japonesa quedan entremezclados con la mitología propia del país, al igual que vimos en algunos juegos como en la serie Onimusha u Okami por poner ejemplos. Por lo tanto nos toparemos tanto con personajes de la época como ninjas o samurais, como con otros ficticios como espíritus o dragones. Esto es sólo un ejemplo del amplio abanico de criaturas que pueblan Muramasa, ya que uno de los puntos fuertes del juego es la notable variedad en cuestión de enemigos y mecánicas de lucha.

Dentro de este bonito universo tradicional podemos seleccionar dos personajes con los que llevar a cabo la aventura, el amnésico ninja Kisuke y la frágil pero letal Momohime. Cada uno de ellos cuenta con una historia diferente aunque con raíces comunes dentro del conflicto que se está librando. Poco a poco y a medida que superamos los actos iremos sabiendo más acerca del por qué del conflicto, de qué es lo que ha ocurrido en el pasado y lo implicados que están los protagonistas con los sucesos acaecidos.

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De nada serviría tanto esfuerzo artístico si no tenemos una sólida base jugable. Muramasa podía haber pasado a la historia como un juego bonito y punto, pero no, es además una propuesta interesante para los que busquen un beat´m up alejado de los tradicionalismos del género. Hoy en día mucha gente asocia este tipo de juegos con monotonía, pero lejos de la realidad tenemos, sin ir más lejos en Wii, dos juegos que han sabido reciclar el género a su manera: No more heroes y Madworld. Ya no sólo se trata de mamporrear a todo ser viviente, sino hacerlo con estilo, añadiendo novedades jugables y alargando un poco más el número de posibilidades, y eso Muramasa también lo consigue.

Es muy divertido, no cae en la monotonía si realmente nos gusta la propuesta, apartado artístico de diez, melodías y temas muy conseguidos y batallas épicas contra innolvidables enemigos finales. Alrededor de trece horas de juego con el personaje que seleccionemos inicialmente y algo menos de la mitad para el segundo, con distintas localizaciones y enemigos para cada uno de ellos y diferentes finales, lo cual sirve también para dar variedad al conjunto global.

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Muramasa se gana por méritos propios un sitio en el olimpo de los juegos en 2D, clamando a los cuatro vientos que no todo tienen que ser superproducciones con sobrecarga poligonal y los últimos efectos gráficos ultra realistas. Ojalá Wii siga recibiendo juegos de este calibre, tanto por lo arriesgado del conjunto como por la sobriedad de la que goza. Un imprescindible del catálogo que no debe faltar en las estanterías de cualquier jugador clásico de la consola de Nintendo. 9/10

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