Osos Amorosos

Análisis: FIST OF AWESOME

Escrito por en Análisis - 7 julio, 2015

La elección del enemigo a batir por parte del desarrollador es una pieza fundamental en la mayoría de videojuegos. Muchas veces son una representación de humanos con ganas de gresca. En otras ocasiones debemos deshacernos de extraños monstruos salidos de manuales de juegos de rol. Alienígenas de otros planetas que quieren destruir nuestro preciado mundo. Pinchos. Fuego. Puertas. Agua. Los obstáculos que debemos salvar en pos de terminar cualquier videojuego son muchos y muy diversos. Uno de los recursos más utilizados son los animales antropomórficos. Desde el mítico Super Mario Bros. hasta nuestros días los hemos visto de todos los colores. Y esta es la principal baza de FIST OF AWESOME.

Un extraño cataclismo deja a Tim Burr, nuestro leñador protagonista, sin casa y sin familia. Además, una de sus manos le crece de manera gigantesca y le encomienda la misión de salvar al universo. Esto se debe a que la historia ha sido reescrita y ahora los osos son la especie dominante. Es nuestro objetivo, y el de nuestra gigantesca mano, el de intentar volver a hacer que las cosas sean como antes. Con este delirante argumento da comienzo nuestra aventura.

Desde el primer momento se nota que el humor es una de las piezas fundamentales de FIST OF AWESOME. Ya no solo son los chistes continuos sino por el simple hecho de tener que acabar a base de puñetazos con todo tipo de osos. Es puro gag visual. Y esto sucede en todas las pantallas de este beat’em up. Este tipo de humor me ha hecho recordar los mejores momentos de esa maravilla que es Icarus Proudbottom: Curse Of The Chocolate Fountain. Mucho humor y muchos píxeles.

Tanto en el terreno de lo gráfico como en el de lo sonoro el videojuego se marca un par de tantos. Un genial pixel art lo cubre todo mientras las melodias chiptune que ha realizado Brendan Ratliff nos embriagan de lo buenas que son. Dadle un tiento a la banda sonora puesto que es un locurote. Se podría decir que este juego lo tiene todo para triunfar entre la muchachada: una capa de molonidad formada por píxeles gordos, chiptune a todo trapo y un guión cachondón. Así era muy fácil que FIST OF AWESOME conquistara mi corazon.

Desgraciadamente, no ha sido el caso.

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Bajo esa capa de molonidad se esconde un juego muy aburrido. Un título muy pesado de jugar dado su desarrollo monótono: avanzamos, pegamos osos, avanzamos, pegamos osos, avanzamos, pegam… Ya me entendéis. Y sí, esto es lo que hace cualquier «Yo contra el mundo» pero es aquí donde entra la capacidad del equipo de desarrollo de ofrecernos cosas nuevas. No hay objetos en el suelo que nos permitan realizar otro ataque. No hay fases donde la acción varíe un poco. Joder, en FIST OF AWESOME no hay items que nos recarguen la vida ya que esta se va regenerando poco a poco. Un beat’em up con regeneración automática. Es el fin del mundo.

Lo único que difiere algo es su sencillo sistema de mejora de habilidades que podremos aumentar al acabar cada pantalla. Podremos incrementar nuestra fuerza, movernos más rápido o tener una mayor barra de vida. Pero esto parece una simple escusa para justificar la tremebunda lentitud de nuestro personaje, y de nuestros enemigos, que harán que cada trayecto por la pantalla se convierta en los planos secuencia de Sátántangó. Encima tampoco contamos con un gran número de movimientos a realizar, herencia recibida por provenir de un juego para móviles.

¿Qué es un videojuego sin una buena mecánica? O más bien ¿qué es un juego con una mecánica anódina? Nuestro leitmotiv en la obra de Nicoll Hunt es avanzar lentamente por el escenario mientras acabamos con enemigos que aparecen. En cada pantalla normalmente solo sale un único tipo de enemigo y suelen ir variando sus oleadas. Ya está. Esto es lo que es. Ah bueno, al final de cada pantalla hay un jefe final. Un oso disfrazado de algo. Solo que en cada pantalla también son iguales estos osos y actúan de la misma forma, si acaso tienen algo más de vida a medida que avanzamos.

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FIST OF AWESOME es lo que buenamente llamamos un coñazo. Un videojuego que parece hastiado de si mismo y que quiere que los jugadores sientan esa desidia. Lo único que haremos será avanzar y pulsar un botón. Bueno, también podemos saltar y dar una patada voladora, que no se diga que no hay variedad, eh. Es una pena que un proyecto de Kickstarter que tenía una pinta tan buena haya acabado convertido en un producto pueril. Un videojuego sin importancia en un universo de títulos de todas las épocas mejores que él. No dudo que haya gente que se haya divertido. Me alegro, la verdad. Lo que ocurre es que para mi FIST OF AWESOME ha sido una total perdida de tiempo.

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