Como el primero, pero más sin terminar

Warlock 2

Escrito por en Análisis - 20 abril, 2014

Todavía tengo en borradores el artículo que empecé a escribir sobre el primer Warlock, una suerte de Civilization V de garrafón ambientado en un mundo de fantasía medieval en el que grandes magos sustituían a los tradicionales líderes. Pese a que la última fecha de edición de ese borrador se va hasta mayo de 2012, recuerdo perfectamente que no lo terminé porque me dio pereza. Mi razonamiento, entonces, fue el siguiente: si sus desarrolladores, Ino-Co Plus, no se han tomado la molestia de terminar el maldito juego, ¿por qué voy a tomarme yo la molestia de terminar este puñetero texto? Y con Warlock 2 casi me pasa lo mismo. Pero ya está bien.

Estoy escribiendo este texto sobre Warlock 2 tras algo más de veinte horas de juego registradas en mi cuenta de Steam, habiendo terminado tanto el «modo historia» como un par de escenarios en modo «sandbox«, y todavía no tengo ni idea de cuáles son las condiciones de victoria. En una de las partidas, de hecho, gané sin querer, sin saberlo, de golpe y porrazo. Un turno estaba al borde del abismo, combatiendo contra el enemigo y gestionando un imperio en ruinas, y al siguiente, sin tener muy claro por qué, había ganado el escenario. Esta sensación de rotunda ignorancia no se habría producido si Warlock 2 contase con un maldito manual de instrucciones. No pido una especie de Civilopedia (enciclopedia de conceptos que viene con todos los Civilization) de la magia, no, sino un sencillo manual de instrucciones en el que se detallen las putas condiciones de victoria. Qué menos que saber cómo cojones ganar una partida en un juego cuyas partidas pueden irse a las diez horas.

Esta ausencia de manual de instrucciones y de indicaciones básicas durante el mismo juego, unido a unos problemas de estabilidad cojonudos, y el hecho de compartir muchos, muchos elementos con el primer Warlock, me hacen pensar que sus desarrolladores han sido muy vagos con esta segunda parte. Aún más que con la primera, que ya es decir. Sobre todo, me lleva a pensar que este puñetero juego no ha sido probado antes de salir al mercado, que los betatesters somos nosotros, los que hemos pagado. Cualquier persona —aparte de la que ha creado el juego— habría notado que es imposible saber cómo conseguir la victoria en Warlock 2, pero supongo que es tan simple como que nadie lo había probado antes de salir al mercado. De hecho, en el foro oficial del juego (no en los de Steam, que suelen ser un hervidero de mierda salpicante) hay usuarios apuntando problemas como los que yo he tenido.

Warlock 2

Obviando la difícilmente obviable sensación de que Warlock 2 no está terminado, lo cierto es que el juego tampoco está mal. La comparación con Civilization, si bien lógica, no le hace justicia porque en el fondo se trata de otra cosa. Sí, en Warlock 2 hay que fundar ciudades en lugares estratégicos para tener acceso a recursos tan peregrinos como huevos de dragón o nodos de maná, pero no es lo principal. Al igual que ocurría en el injustamente defenestrado Heroes of Might and Magic IV, un sólo héroe te puede ganar la partida. Tal es así que el estilo de juego, que comienza teniendo ese regusto a Civilization que a algunos tanto nos gusta, termina virando a territorios mucho más próximos a los de HoMM. Lo que por otro lado tampoco está nada mal: todo lo contrario.

Mi principal problema con Warlock 2 viene precisamente de que tratándose de una mezcla de dos de mis franquicias favoritas, debería ser maravilloso. Y no lo es. No lo es porque está hecho con desidia, con desgana, con poco cuidado. En un tipo de juego en el que los detalles importan tanto, no me vale con saber que puedo construir una torre de magia arcana en una de mis ciudades y en otra no, necesito saber por qué. Y lo peor, es que esta poca atención al detalle resulta harto inconsistente cuando la comparamos con lo bien definido que está el combate. Cuando dos unidades se enfrentan, se comparan los porcentajes en sus diferentes tipos de ataque con sus correspondientes defensas, se hacen las matemáticas de forma automática, y normalmente alguien muere en consecuencia. Es perfecto. Es el arte del combate por turnos en estado puro. Y es una putada monumental que el resto del juego no esté así de bien tratado.

Warlock 2 2

Warlock 2 es una oportunidad perdida. Palmé treinta euros por él porque pensé, iluso de mí, que habrían aprendido de los errores del primero. Me equivoqué. Quizá dentro de unos meses, cuando saquen unos cuantos parches (o el jodido manual de instrucciones) merezca la pena volver a él, pero de momento no es más que un juego de estrategia por turnos con buenas maneras, pero que se puede ganar sin querer.

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