FIFA 14 y PES 2014

Cuando tenía diez años, año arriba año abajo, me pasaba horas y horas jugando a los Actua Soccer, Kick Off y Strikers de la época. Incluso le echaba alguna que otra tarde al simulador de los PC Fútbol. Todos ellos, pese a tratarse de juegos de fútbol, eran diferentes. Saber hacer un movimiento concreto en Actua Soccer 2 no garantizaba una mierda en Striker 96 y viceversa. Las diferencias entre un título y otro eran muy grandes, y había que adaptarse. Sin embargo, por más que cambiaba de juego, una cosa siempre permaneció inalterable: mi narración de los partidos a grito pelado.

Cual Manolo Lama de garrafón, un servidor se dedicaba a cantar, en voz alta, todos los pases, paradas y goles del partido. Y era apasionante. Era lo que hacía que me metiese de verdad en el juego. Esta sensación, además, se multiplicaba por trescientos mil si previamente había colado, edición mediante, al pequeño Andresito en el once inicial. Casi veinte años después, no comento partidos a pleno pulmón en mi habitación, pero sí disfruto más que nunca ese «toque rolero» de crear un avatar con mi cara y mi nombre, controlarlo, y poco a poco llevarlo a la gloria. Es algo que me sigue entusiasmando tanto como entonces, y pese a sus diferencias, PES 2014 y FIFA 14 consiguen hacerme fantasear como cuando tenía 10 añitos.

Lo primero que he hecho al poner las manos sobre los nuevos PES y FIFA —cuyas ediciones anteriores prácticamente no había tocado— ha sido ir al modo edición, crear un jugador con el aspecto más similar a mí que he podido, y ponerle unos atributos (que yo considero) realistas… lo que suele incluir un mínimo de potencia 80. Tras este primer paso me he hecho fichar por un equipo de segunda división extranjera, para acto seguido dejar volar la imaginación. No me avergüenza en absoluto reconocer que la mitad del videojuego (que yo disfruto) está dentro de la pantalla y la otra mitad reside exclusivamente en mi cabeza. «Andresito se ha mudado a Holanda, hace una prueba con el equipo de la ciudad de turno, y lo fichan». ¿Por qué no? ¡Es algo que podría pasar! Un poco de imaginación y esa pieza de contexto le aporta una magia espectacular al primer partido. A partir, claro, el resto viene rodado.

Este año, para variar, he podido probar tanto el simulador de fútbol de Konami, como el de EA Sports. No me voy a andar con rodeos: FIFA 14 destruye en todos los aspectos posibles e imaginables a PES 2014. No hay absolutamente nada que sea remotamente mejor en el título de Konami. No hablo de licencias o del parecido de los jugadores, que también es un incentivo bien atractivo, sino de todo lo que debe hacer que un videojuego de fútbol sea realmente disfrutable. Y ahora sí, hablo precisamente de todo lo que sucede desde que enciendes el juego y cargas tu partida, hasta que el árbitro hace el pitido final: control por los menús, opciones de configuración, gestión de los equipos, y por supuesto diversión en el maldito terreno de juego, que es lo verdaderamente importante.

Debo admitir, por más que extrañe a más de uno, que he jugado mucho al fútbol a lo largo de mi vida. En mi juventud pasé por las categorías inferiores del Málaga CF, y tras no pasar el corte al llegar a cierta edad (ellos se lo perdieron), me fui a entrenar con el Malaka, donde estuve disputando la liga de forma ilegal con la ficha de un chaval que se llamaba Rafa y nunca llegué a conocer. Esto en lo que se refiere a fútbol 11, porque lo mío en realidad siempre fue el fútbol sala, que practiqué hasta hace relativamente poco. Escupo esta información aparentemente innecesaria con el sano objetivo de dejar claro que, cuando afirmo que un partido de FIFA 14 es más fútbol que uno de PES 2014, lo afirmo con conocimiento de causa. Esto, por otro lado, no tendría por qué ser necesariamente malo para el juego de Konami si al menos su simulador fuese divertido (mirad a Red Card). Pero tampoco es el caso. Resulta grotesco, pero desde el genial Pro Evolution Soccer 6 parece que Konami tan sólo ha conseguido hacer su producto menos divertido.

Antes comentaba que lo más me gusta de los juegos de fútbol es imaginar mi propia historia y jugarla a medio camino entre la consola y mi cabeza. FIFA 14 consigue que pueda jugarla prácticamente íntegra en la pantalla, gracias al modo carrera jugador (aunque mi preferido sigue siendo la carrera de entrenador, con Andresito creado por ahí). Andrés, que comenzó su carrera con 16 años en el FC Nuremberg, no tardó en irse cedido al Brentford de la segunda división británica. Por suerte, gracias a su versatilidad consiguió adaptarse y mejoró lo suficiente como para regresar a Alemania con los deberes hechos y la titularidad bajo el brazo.

Demonios, la «experiencia rolera» a la que anteriormente hacía alusión es tal, que tienes hasta una suerte de puntos de experiencia que van mejorando tus puñeteras estadísticas. No tienes fuerza, destreza, inteligencia y sabiduría; pero en su lugar tienes control de balón, pase, tiro, regate, etcétera. Y joder, qué bien sienta ir mejorando.

Me gustaría poder decir que FIFA 14 es el juego de los que aman el fútbol y PES 2014 el de los que tan sólo quieren echar un rato jugando, pero no. Te guste más o menos el fútbol (yo lo disfruto de forma muy moderada), es evidente que el juego de EA Sports es mejor. Y la prueba es que si bien a PES he tenido que jugar siempre acompañado de un amigo, porque así es como tradicionalmente he jugado; con FIFA me he sorprendido a mí mismo jugando yo solito, con la radio puesta, teniendo la irrefrenable tentación de volver a narrar mis partidos. Dicho esto, las diferencias entre FIFA 14 y FIFA 13, al que he jugado algo menos, se me antojan tan escasas que no veo ningún motivo de peso para dar el salto en caso de tener este último. Y eso en realidad supongo que es bueno.