Originalidad, esa gran desconocida

Escrito por en Artículos - 1 febrero, 2012

Podemos comenzar este artículo con la gran pregunta que sólo el 5% de los programadores de videojuegos y cabezas pensantes de éste, nuestro mundillo, se hacen: ¿Qué es la originalidad?. Puesto que soy de ciencias, voy a tirar de diccionario y buscando en la RAE encuentro el significado adecuado:

– Que tiene, en sí o en sus obras o comportamiento, carácter de novedad.

Y es, amigos, el gran punto flaco de la industria hoy en día, la originalidad, la falta de ambición por intentar innovar. Podemos presumir que en este mundillo es bastante factible ser original, o que se lo digan a Capcom lo original que fue al poner un cartucho encima de otro para vendernos un Street Fighter nuevo.

Cosas que encuentras buscando “Street Fighter cartucho” en Google

Aparte de ser una de esas preguntas tontas que pueden poner en Selectividad, todo lo referente a la originalidad se debería plantear en esas reuniones megaimportantes que deben tener las compañías antes de plantearse sacar un juego, puesto que los jugadores buscamos, entre otras cosas, juegos diferentes (si queremos tirar nuestro dinero y jugar siempre a lo mismo jugaríamos a Call of Duty) que nos hagan sentir “algo” cuando los jugamos, un “algo” que no se puede describir, pero que te dan ganas de encender la consola y tirarte alguna hora que otra dándole a los botoncitos con un fin diferente: el de jugar a algo que no has jugado anteriormente, vivir una experiencia que no has vivido antes mientras jugabas, tener algo que recomendar a los demás que no sea “lo de siempre”. Y es que hay sagas que se han visto maltratadas por la falta de originalidad por el ansia de dinero y de vender copias, o si no que se lo digan a las franquicias de Guitar Hero.

Da mucha rabia ver como géneros que antes copaban la listas de ventas ahora están olvidados en el baúl de los recuerdos juntos a los muñecos de Toy Story. Géneros como los beat’em up o los point & click están muertos, ahora todo es pegar tiros, ser Rey del mundo o marcar goles. ¡A nosotros también nos gusta meternos en un sotano, dominar el mundo al ritmo de “patapón” o hacer /dance en Orggrimar! Pero claro, no todo es tirar la casa por la ventana y ale, ¡a innovar, a innovar, que son dos días! Hay que ver que busca el mercado, cual es la edad media y lo que puede llegar a interesar (no ejecutivos de Nintendo y Disney, un juego de Hanna Montana no).

Ejemplo de originalidad

Por último, en cuanto a la innovación, están los dos apartados negativos: el truño y la copia. Y es que muchas veces se lían la manta a la cabeza y pa’lante, como las cabras. Ejemplo muy claro es el “Virtual Boy” de Nintendo que intentó adelantarse a la industria 10 años… ¡Cuánto daño hizo Tron! Y es que muchas veces se les va de las manos y se crean truñacos bastantes importantes pero al menos lo intentan, que es lo que importa (no).

En cuanto a la copia: “Si no puedes innovar, copia, si a ellos les va bien, ¿por qué a ti no?”. Puede parecer un consejo de Smonka, pero el copiar está en todos lados, ¿cómo si no crees que te vas a sacar la carrera? Pues lo mismo debió pensar la cabeza pensante de a saber que departamento cuando se le ocurrió hacer Kinect o PS Move. Eso sí, que no falten juegos chorras para hacer el mimo delante de la pantalla.

Innovar es de pobres

Así que amigos ilustres, cada vez que veo un lanzamiento “estrella” de los de ahora, pienso en los protagonistas de todos los juegos de plataformas de 16bits llorando y comiendo bebés al ver que todo el camino que ellos consiguieron forjar se ha visto sodomizado por el dinero.

Preguntas sin respuestas #21

You have to fertilize the egg