¿Y ahora qué? (un vistazo al futuro)

Escrito por en Artículos - 1 junio, 2011

¿Y ahora qué? (un vistazo al futuro)

Jugar a predecir el futuro, inminente o lejano, es un ejercicio que todos hemos realizado alguna vez. Nos gusta imaginar cómo será el mundo del mañana; necesitamos sentir que podemos anticiparnos a los acontecimientos. Al fin y al cabo, la inteligencia predictiva es una de nuestras más valiosas cualidades y uno de los pilares fundamentales de la evolución humana. Nos basamos en el conocimiento y la experiencia (a veces apoyándonos erróneamente en nuestros deseos y temores) para determinar cuándo, cómo y por qué se desarrollarán los futuros eventos. Nos pasamos el día y parte de la noche cotejando todos los escenarios probables y planteamos estrategias en el presente con el fin de alcanzar el futurible preferible o bien retrasar el menos deseado (o’shea, prospectiva). EPI no es una excepción. Nos preocupamos por el futuro y tratamos de influir desde nuestra ilustre posición en la blogosfera (cuando seamos poderosos de cojones verdad os vais a enterar sólo nos preocupará qué hacer con tanta pasta). Pero… ¿Hacia dónde se mueve el mundo videojueguil? ¿Morirán las consolas? ¿Se cumplirá la profecía de PC Jesus? ¿Seremos todos casuals? ¿Son los videojuegos una herramienta para adormecer nuestras mentes?

Antes de sacar la bola de cristal de EPI (sí, tenemos una. ¿Y qué?) y echar un vistazo al futuro inminente, creo que es fundamental preguntarnos qué nos gusta de los videojuegos, qué es lo que nos ofrecen y qué nos gustaría que nos ofreciesen.


¡Bienvenidos al mundo del mañaaaaaaana!

Fin de las consolas

Si tengo algo claro respecto al futuro de las consolas es que estas van a desaparecer (al menos tal y cómo las hemos conocido hasta ahora) más temprano que tarde. ¡Qué putada! pensarán algunos. Ya era hora pienso yo. ¿Qué sentido tiene que un mismo medio disponga de varios tipos de formato? ¿Qué sentido tiene perderse las exclusivas de una consola simplemente por el hecho de poseer otra? El único beneficio de toda esta jugada es para los fabricantes de consolas; no para los usuarios (y dudo mucho que, a la larga, este táctica beneficie a la mayoría de estudios que se encargan de desarrollar software). ¿Os imagináis no poder visionar “La ventana indiscreta” o «Scarface» porque vuestro reproductor es Warner y no Universal? ¿O no poder ver “Mad Men” porque vuestra televisión es Fox y no AMC? ¿O tener una colección de frigoríficos porque los alimentos de La Sirena y Eisman son incompatibles? Yo no. Y eso mismo es lo que hemos estado tragando durante más de 30 años con las consolas. Fue una real marranada tener que elegir entre Mega Drive y Super Nintendo para poder jugar a Shining Force II o a Terranigma; como lo sigue siendo el hecho de no poder disfrutar de los Mario Galaxy si tu elección fue comprar una 360. Esto tiene que acabar.


Dramatización de la reacción ante una duda tipo «¿Me compro una 360 o una PS3?»

Y acabará, sí; pero por otro motivo ajeno a los intereses de Microsoft, Sony o Nintendo. El mismo motivo que está cambiando parte de nuestra sociedad: Internet. El futuro está en la distribución online independiente de plataforma y la muerte definitiva del formato físico. Podremos jugar a los mismos juegos desde el móvil, desde el sofá de casa frente a un pantallote (tridimensional o holográfico, vete a saber), en el water mediante una tablet, en folios digitales o en cualquier otro soporte que se inventen. Todo estará colgado en la red, en la gran Nube. ¿Cuándo? Según Ibis Capital ocurrirá entre 2013 y 2014. Así, es más que probable que NGP (que ya será un híbrido) y 3DS sean las últimas portátiles en ver la luz y PS4 y Café-para-todos la última generación de consolas de sobremesa. ¿Quiere decir esto que seremos casual gamers? ¿Qué se acabarán los GTA, Modern Warfare, Crysis y compañía? No. Si Internet evoluciona tal y como prevén los expertos (o’shea, nosotros… con un par), el ancho de banda será lo suficientemente potente para poder mover todo eso y más sin necesidad de disponer de un hardware específico. No me hagáis exponer detalles técnicos porque no tengo ni zorra idea hoy mi misión es mostraros sólo lo que veo e intuyo desde la bola de cristal de EPI.


I have big balls!

Pero… ¿Y todo esto en qué lugar deja a Pisiyisus? ¿También morirá? ¿Le sucederá lo mismo al software de curro (Office, Indesign, Photoshop, Autocad, etc) que al de ocio y entretenimiento? A la primera pregunta responderé sí y no. Sí porque el PC o Mac dejarán de existir tal y cómo les hemos conocido hasta el momento. Y no porque siempre (o mejor dicho, hasta donde alcanza mi imaginación) deberemos disponer de un intermediario entre la Nube y nosotros al que podamos llamar PC Jesus; ya sea una pantalla, una conexión, un cacharro que nos enchufemos al tarro en plan Matrix o nanobots que pululen por nuestro cuerpo y conecten nuestras pupilas, sentidos y materia gris con la Nube. Dicho sea de otra manera: PC Jesus estará en todas partes. Como la Fuerza en Star Wars. O, si os apesta todo lo que tenga que ver con George Lucas preferís, como Skynet en Terminator. PC Jesus y nosotros seremos uno.


Mensch Machine incoming

¿A que acojona, eh? Pues más acojonado estoy yo tras leer “La singularidad está cerca” de Raymond Kurzweil. Ignoro si este tipo es un fantoche, un señor que folla muy poco o un crack (me decanto por lo segundo y por lo tercero), pero lo que sí parece cierto es que la humanidad (o mejor dicho, una élite) está dando los pasos adecuados para alcanzar ese futuro llamado «Post humanidad». Eso, claro está, si antes el mundo no revienta o sucede una de esas catástrofes naturales a lo Roland Emmerich (vade retro) que aventuran agoreros y algunos científicos. Es probable que a más de uno le empalme o moje excite alguna de estas perspectivas (convertirse en un cyborg inmortal o bien que todo pete). A mí, como humanista, tipo de letras, adorador del género femenino (ojo, en el futuro de Kurzweil NO SE FOLLA; todo el sexo será virtual. Larga vida al Orgasmatrón) y fumeta amante de todo lo que nos da la madre Tierra, cualquiera de las dos opciones me los pone por corbata.

Probablemente pensaréis, y no sin razón, que tengo las pelotas del tamaño de un tractor y la jeta más larga que un día sin pan por aventurarme a escribir todo esto sin tener ni flowers de lo que hablo. Os pido que os toméis esto como lo que es: un ejercicio de imaginación de un tipo medio tarado que especula según lo que ve, escucha, intuye y analiza en nuestros mundos digitales y terráqueos una sesión de tarot y futurología en EPI.


coste de la llamada: 30 €/seg. Prohibido para menores de 5 años mentales

El fin del formato físico. Viva la era digital.

Dejemos los futuros medianamente lejanos, ya sean utópicos o distópicos, y centrémonos en el presente. Y de paso regresemos a los videojuegos (si me dais pie, se me va la bola y puedo terminar hablando sobre conga, fiestas toga o maneras de bailar Lambada). Que el formato físico vaya a desaparecer no es ningún secreto. Lo estamos viviendo. Y es lógico teniendo en cuenta el espacio real que ocupa tanto en los polígonos industriales primero como en nuestras casas, el ahorro en intermediarios y transporte, y el despilfarro ecológico y monetario que supone cada caja, disco y manual de instrucciones que acompaña al software. Todo esto pasará a mejor vida. Es de cajón. Allí están Steam y compañía para corroborarlo.

Con todo, es más que presumible que este modelo creciente mute sobremanera en cuestión de uno o dos años. El modelo de tres o cuatro consolas, portátiles y ordenadores ha quedado obsoleto con la fragmentación que estamos viviendo. Ya sea el free2play, la imparable expansión de las redes sociales, el auge de las tablets, de los móviles chiripitifláuticos y demás mierda movidas para tenernos bien entretenidos. Paradojicamente lo que ahora es fragmentación se convertirá en unificación. Es decir, como ya he apuntado antes, podremos jugar al mismo software desde cualquier dispositivo.

La táctica de EA

No sé si será la primera compañía en hacerlo y ni siquiera cuento con la información apropiada (más allá de la que veo en la bola de cristal de EPI, que es una soberana gilipollez totalmente fiable) para asegurar que lo vaya a realizar algún día. Pero todos los indicios apuntan a que Electronic Arts ya se está posicionando en ese sentido. La idea de EA y otras compañías es aprovechar este impass de fragmentación de dispositivos para crear una sinergia brutal entre todos sus productos; ofrecer al jugón la posibilidad de crearse una misma cuenta que le permita unificar la experiencia (partidas, torneos, sus estadísticas, logros, etc; manteniéndolas año tras año) cada vez que juegue a FIFA. Ya sea repachingao’ en el sofá de casa con su consola y el FIFA tradicional, en el ordenata del curro mediante el FIFA Superstars del Libro-de-caras, de camino al curro en el bus con Ultimate Team…


Reíd, malditos, reíd… que este señor os la va a meter doblada

Ahora bien, es más que probable (lo veo en la bola) que con esta estrategia EA pretenda pescar más peces y más gordos que los que actualmente se zampa (más de 200 millones de personas han pagado por algún producto de la compañía y más de 3.000.000 juegan actualmente en feisbuc al Superstars). Puede que Electronic Arts persiga que el jugón pagué una única cuota anual a cambio de todos los servicios anteriormente expuestos. Es decir, convertir lo que hasta ahora ha sido una venta (pago por el juego) en un alquiler crónico. ¿Qué implicaría? Para la empresa mucha más pasta y una considerable fidelización de sus clientes. ¿Y los usuarios? Pues, en vez de adquirir el juego, pagaría por una cuenta FIFA que le daría derecho al juego, a los DLCs, a múltiples extras y ventajas en Superstar, Ultimate Team y movidas sociales, actualizaciones automáticas de plantillas, regalos, mantenimiento de estadísticas, beneficios a la hora de descargar otro juego de la empresa y todo tipo de mariconadas lo que se les pueda ocurrir a los señores de EA. Pasado un año, una vez abonada otra cuota, podríamos descargar la nueva versión sin necesidad de resetear nuestros progresos en todos los frentes abiertos por FIFA.

Pero… ¿esto es bueno? Chi lo sa… a mí me suena al viejo truco de las todopoderosas farmacéuticas. Ofrecer un medicamento que no elimine la enfermedad, sino que la convierta en crónica. Sí, ya sé, estoy mezclando el budismo con un concurso de comer hot dogs… pero a mí es lo que me sugiere. Ojo, no lo critico; puede que sea una soberana putada para el comprador (y sobretodo, en el caso de los videojuegos, para el intermediario físico), pero más de uno (y de 6 mil millones) emplearía esta estrategia si pudiese. Hay que alimentar al mono.

¿Posibles peligros? Si ahora nos quejamos del estancamiento de los simuladores de fútbol, esta táctica supondría todo un peligro de cara a la repetición de contenidos. Probablemente nos saldría más barato que ahora (a Electronic Arts también), pero las mejoras serían mínimas; ya que, una vez lograsen atrapar al usuario y herir de muerte a la competencia (dudo que Konami tenga la infraestructura para llevar una operación de este calibre; a menos que logre apoyo externo), ¿Por qué iban a matarse en aportar novedades realmente importantes?

Mucha licencia, muchos gráficos… ¿Pero cuándo coño cambiará EA el engorroso sistema de elección de equipo? ¿En el 2018 tendremos que seguir chupándonos las veinte mil ligas hasta llegar a la deseada?

En fin, sé que a muchos de vosotros FIFA o PES os la suda trae sin cuidado; pero extrapolad esta estrategia a cualquier otra compañía potente. ¿Pagaríais por una cuota anual (un alquiler, en definitiva) en vez de apoquinar por el juego en sí?

Hardcore vs. Casual

Por último, y con esto cerraremos la sesión de tarot videojueguil, me gustaría incidir en eso que preocupa tanto a los core gamers: la casualización. ¿Seremos todos casuals en un futuro cercano? Sinceramente, a mí esta clase de etiquetas siempre me han parecido una soberana memez. ¿Qué coño significa ser más hardcore o más casual? ¿A quién coño le importa a qué juegos y con qué frecuencia se vician otros? ¿Es más core un tipo que compra o se descarga compulsivamente toda clase de AAA o alguien que se sigue viciando a los Advance Wars de GBA? Personalmente, lo más hardcore que he visto en mi vida es una familia de millonarios cuyos miembros, cada uno con su veterana GB tocha, machacaban el Tetris a todas horas y gritaban como posesos “¡Record! ¡Record! ¡245 líneas y 120.000 puntos!” cada dos por tres. Anécdotas al margen, el fenómeno de la casualización (llamemos a esto jugar puntualmente) se debe principalmente a la amplísima oferta existente en todos los sectores del entretenimiento y la comunicación. Juega más peña y ésta emplea menos tiempo en el juego. Somos más selectivos. Asumimos los videojuegos ya no como una especialización (comprar una consola, enterarse de lo que se cuece mediante medios específicos) sino como una forma de entretenimiento más.

¿Existe menos pasión que antes? No tiene porqué. ¿La proliferación de los free games y minijuegos del Libro-de-caras acabarán con los juegacos de 4 GB? Rotundamente no. Un mercado no se come al otro; se retroalimentan ahora y lo harán con mayor profundidad en un futuro cercano (síííí, lo veo en la bola). ¿Son los nuevos controladores (wiimote, kinect, move, pantallas táctiles…) y la probable muerte del pad tradicional y del ratón un camino hacia la perdición? Hombre, yo no lo diría así. Si encuentro que los nuevos controladores requieren menos esfuerzo mental que los tradicionales; pero todo depende de la complejidad del juego en sí. El problema es que la tendencia actual es convertir todo software en intuitivo; simplificarlo para que lo entienda hasta el más gilipollas cenutrio. Esto se debe a dos motivos: 1- Facilitar el acceso a las generaciones no acostumbradas a las nuevas tecnologías. 2- Simplificar la vida del jugador para que éste tenga que pensar poco.


Definición visual de gilipollas según «guguel»

¿Qué implica el segundo punto? Si no solventan el problema del estancamiento de contenidos (ya sean guión, narrativa o gameplay), corremos el riesgo de establecer unos mecanismos que eliminen el significado de la palabra “juego” para dar paso al automatismo puro y duro (y más si pasamos de los controladores actuales a controladores de carácter mental). Un paso más hacia el futuro hombre-máquina que se nos avecina. ¿Soluciones contra el agilipollamiento global? Exigir nuevos retos (no sólo en el campo de los videojuegos), no conformarse con las propuestas de la industria, crear tus propios videojuegos y enfocar el entretenimiento como algo más que un vehículo con el que rellenar tus ratos muertos. Y con esto acabamos la tarot session de EPI. Recordad, podéis consultarnos cuando queráis. Es gratis (moc-moc) y no duele.


Venga va, pajilleros, que desde que habéis leído lo de sexo gratis estabais esperando esto

PD: No creáis que esto es periodismo.

zOMT, vicio gratuito

Interplay está bien jodida