Arcade Experience

Escrito por en Artículos - 8 marzo, 2010

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Este no es uno de esos post sobre las bonitas tardes que pasábamos en los recreativos de nuestro barrio intentando ser el mejor al King of Fighters, ni tampoco ningún repaso a aquellas maravillosas máquinas arcade que tantas monedas de 25 pesetas nos hicieron quemar. Esto es un artículo en contra de los checkpoints abusivos, de los trofeos y los logros y del trato despectivo que gran parte de la prensa especializada termina haciendo hacía los juegos que llevan la experiencia arcade en el jodido ADN.

Y es que me molesta, y mucho, el que los juegos con un componente arcade no tengan cabida en estos tiempos que vive la industria. Ya está bien de ver como las compañías siguen pensando que son carne de bazar o store. No hay que ser muy listo para darse cuenta de que a día de hoy, entre tanta super producción y aventura de 60 horas los arcade lo tienen crudo, eso está claro, pero lo que no está claro, o por lo menos la gente ya no quiere ver, es el enorme componente adictivo y competitivo que tenían estos juegos.

En primer lugar, parece que la bonita generación en la que vivimos se ha olvidado por completo de una cosa: Las puntuaciones. Esas gloriosas pantallas de highscores en las que las tres letras del primer clasificado pesaban como una losa sobre los participantes. En la generación de los logros o los trofeos está mejor visto el acabarte el juego con una mano o el encontrar 800 figuritas diseminadas por el escenario, para posteriormente jactarse en foros y cloacas con una bonita firma luciendo platinos. Pardillo, nunca conseguirás inscribir tus iniciales en la memoria de ninguna recreativa.

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Por otro lado tenemos el trato apestado que reciben juegos como por ejemplo The Club en los medios, una propuesta puramente arcade que al parecer, por no contar con unos ultra-gráficos y 100 horas de juego no merece buenas críticas. He llegado a leer incluso cosas del palo «arcade = juego casual», sólo por el hecho de que estos juegos están caracterizados por una fórmula simple y directa.

No hay mas que ver como incluso géneros que siempre estuvieron ligados a los salones han ido decayendo hasta límites insospechados. Los juegos de lucha cada vez están más estancados, los matamarcianos pasaron a mejor vida por mucho que Cave se esfuerce, y otros como los shooters on rails han encontrado un filón en Wii que igualmente no encuentra la atención de la mayoría del público.

Da mucha pena que las mismísimas raíces de una afición que todos amamos hayan decaído hasta estos niveles. A veces lo simple es lo efectivo, pero irremediablemente hemos caído en una espiral en la que si no te gastas millonadas en la producción de un juego no te van a tomar en serio. Demos gracias a que algunas compañías que llevan la filosofía arcade en las venas, como SEGA, siga apostando por propuestas de este palo, por mucho que la gente la señale y se rían de ella.

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Aburre seguir viendo como todos los análisis caen en los mismos tópicos: mecánica repetitiva, poca duración, poca profundidad, bla bla. ¿Pero es que nadie les ha explicado a esta gente que coño es un arcade?. Independientemente de que a día de hoy las masas prefieran otro tipo de juegos, lo que no se puede hacer es contribuir de esta forma tan apática y facilona a la caída de un estilo.

No creo que sea el único jugador al que le guste repetir mil veces un nivel para superar la puntuación, o empezar desde cero un shmup la trigésima vez que te mata el mismo boss, o correr ochenta veces en el mismo circuito para rebajar dos décimas el tiempo récord. Esto es un aspecto muy bonito de los videojuegos queridos hamijos, y tristemente se está perdiendo en favor de juegos en los que prácticamente es imposible morir, en donde los continues y las vidas desaparecen y la auténtica experiencia de sentir que por una vez estás dominando a la máquina se pierde por completo, y todo por el módico precio de 60 euros. Todavía habrá gente que diga que no vale la pena gastarse la pasta en un juego arcade, pues esto es lo que pienso al respecto:

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Un Gran Turismo puede durarte 300 horas, pero un SEGA Rally, con cuatro circuitos y tres coches te durará toda una vida, vosotros, ilustres lectores sabéis a lo que me refiero, así que acabo esta pequeña reflexión sobre la magia y la satisfacción que nos puede brindar un juego en el que lo importante no es acabarlo y arrimarlo en la estantería. Larga vida a los arcade.

¿Pero qué coño? II

Mercadillo Ilustre Vol. 39