Momentos Ilustres: Mass Effect 2

Escrito por en Artículos - 27 noviembre, 2012

Hay un gran problema en el mundo del videojuego con todas las secuelas. En realidad hay muchos, pero siempre veo uno clave, hay uno clave que todos los juegos en los que el personaje desarrolla habilidades con experiencia o puntos: en el siguiente título se deben eliminar para empezar desde cero. Los Metroid, con lo que yo los amo, son ejemplos de este absurdo. Quizá por eso la manera en la que Mass Effect 2 lo resuelve es tan grande. O quizá es porque se cargan al protagonista en tus narices al empezar el juego.

No me quiero poner conceptual con el principio del juego, aunque me parece maravillosa la forma de resolverlo: ¡BAM!, estás muerto, tu cuerpo ha sufrido un trauma enorme tras haber hecho un Baumgartner sin paracaídas ni RedBull y, por tanto, tus habilidades no son lo que eran. Otra cosa es que, tras la primera parte, el sistema de juego haya cambiado y se hayan introducido nuevas habilidades, pero vamos, que no estropea la genial idea de trocear el culo de Shepard para pegarlo de nuevo y justificar que no sabe usar la alteración como hace dos años.

Lo que quiero es ponerme fanboy. BOOOOOM, despidámonos con fuegos artificiales del primer Espectro humano. Te cogemos en una emboscada que no te esperas, con un enemigo que ni conoces y nos ponemos nazis con tu Normandy. ¿Quién quería una muerte por todo lo alto? Lo siento, se nos han acabado: te ha tocado morir ahogado en el vacío por una fuga en tu traje. Si hubieras sido un tío corriente, habrías salido vivo de todo esto. Quiero decir, la nave estaba en llamas, ¿por qué no saliste por patas? No, tú tenías que ser un héroe y salvar al piloto bocazas que no puede andar. «Eh, universo, con quien te quedas, ¿con el cojo o con el protohombre? Oh, lo siento, tendrá que ser el cojo quien venza a los Segadores. A chistes malos».

Y lo mejor: imaginad que todo esto lo dejan caer, como si nada, en un teaser trailer donde se dice directamente que el protagonista ha muerto. Esto, en 2009, lo petó muy fuerte, cuando Bioware aún era Bioware, o más bien empezaba a dejar de serlo. No terminaba aquí la cosa, claro, porque este vídeo tiene un sentido genial una vez nos hemos puesto con el juego: resulta que no nos muestran a Shepard muerto en manos de un Geth: sencillamente es Legion, vestido con la armadura rota del Comandante, tal como aparecería en el juego. Así se cierra un círculo, caray.

Quizá este momento no sería tan grande si no estuviera acompañado por, uno, la genial cinemática de la reconstrucción del cuerpo de Shepard; dos, el nombre del susodicho proyecto, «Lazarus», que evoca directamente al punto número tres: la relación Cristo/Shepard, Apóstoles/Grupo de cabrones suicidas y Cristiandad/Universo.

Ciertamente, Mass Effect 2 es la Biblia de esta generación de consola: una ficción no demasiado bien contada y donde en realidad no ocurre gran cosa pero que está llena de magia, momentos épicos, adulterio y donde una figura clave lo salva todo. Oh, y, sí, la resurreción de entre los muertos para ascender a los cielos. Eso también lo tiene. Bueno, lo de ascender a los cielos ya sería cosa de Mass Effect 3… Uy, spoiler.

Rochard

No rejugarás