Análisis: Theathrythm Final Fantasy

Escrito por en Análisis - 29 octubre, 2012

Hace algunos meses, un artículo de Pantalla Partida en la extinta revista Cultvana señalaba lo cutre que fue el homenaje de Nintendo a Super Mario Bros. por su 25 aniversario. La compañía nipona ventilaba el cuarto de siglo del personaje más famoso de los videojuegos con una austera reedición del Super Mario All Stars de Super Nintendo, en cajita de cartón, con la banda sonora metida en un sobre y un pequeño libreto. El artículo argumentaba que Mario no necesita grandes homenajes, porque sigue tan vivo como en 1985. Y es cierto: en 2010, el año del la efeméride, había salido a la venta el brillante Super Mario Galaxy2.

Si compramos esta idea de que las franquicias que más fastos necesitan son los que están de capa caída, entonces a Final Fantasy le hacía falta una boda gitana. Que le pregunten a Ballesteros. Square puso en marcha la máquina de la nostalgia para cantarle el cumpleaños feliz a la saga que sentó las bases del rol japonés y de ahí salió Theathrythm Final Fantasy de 3DS

Theathrythm es una reverencia a uno de los aspectos más ilustres de la saga: las maravillosas composiciones de Nobuo Uemaetsu. El genio japonés ha convertido muchos de los temas de Final Fantasy en iconos que los jugadores recuerdan lo mismo o más que los personajes, la historia, las armas o los ataques. La música siempre ha sido protagonista involuntaria, pero aquí lo es de forma deliberada.

Así es, este homenaje de nombre impronunciable es un juego musical. Un ‘action rhythm’, para más señas. Tras el descalabro de lo musical con Guitar HeroRock Band, la acción rítmica se está recuperando, precisamente, con la sencillez y el poder adictivo de la acción rítmica. Juegos como Theathrythm, Rhythm Paradise y algunos títulos para iOS de esos que le gustan a Bruno son buenos ejemplos de ello.

La mecánica de Teatrín (voy a escribirlo así a partir de ahora porque ponerlo bien es un auténtico suplicio) consiste, en marcar el ritmo de las canciones de Uemaetsu tocando la pantalla táctil de distintas formas con el stylus. Tocar rápido; tocar y mantener; tocar la dirección que te marca una flecha. Tocar y ya está. También está salpicado con elementos roleros: hay que formar un grupo de cuatro personajes con los protagonistas de la saga que van subiendo de nivel y pueden equiparse objetos y habilidades. Después de varias horas jugando no sé para qué sirve, ni cómo funciona. Y tampoco me ha hecho falta averiguarlo.

Tiene cuatro modos de juego diferentes. De esos cuatro hay dos que, honestamente, son un soberano coñazo. Todo el interés se centra en los modos ‘batalla’ y ‘viaje’. En el primero las notas avanzan por cuatro líneas diferentes hacia los miembros del grupo, como si fueran ataques del enemigo. Cada nota que fallamos, es un golpe contra el grupo, así que si los enemigos agotan sus puntos de vida, la partida se acaba. Ahora que lo pienso, lo mismo la parte errepegera y las subidas de nivel sirven para eso. Bah, lo dicho, da igual.

Este es el modo de juego más frenético, el que, en sus niveles de dificultad altos, cumple con todo lo que podemos esperar de un action rythm: adicción, enfado, pantallas táctiles taladradas, enfado, risas, llanto. Y podemos decir más o menos lo mismo del modo viaje, algo más sencillo porque las notas aparecen en una sola línea.

Estos dos tipos de canción son los únicos que aparecen en el modo ‘Chaos Shrine’, la verdadera alma del juego. Son niveles que combinan una canción de batalla y otra de viaje con una dificultad superior a la del resto del juego.

Square ha querido homenajear a Final Fantasy, pero tampoco ha querido perderse la oportunidad de hacer caja de formas disparatadas. Teatrín no incluye todas las canciones de la saga. Tiene un buen tracklist que incluye canciones míticas, pero no es difícil que alguno eche en falta alguna de sus favoritas. Pero los DLC todo lo arreglan. A una unidad de euro la canción, para más señas.

Entonces, ¿dar golpecitos con la punta del lápiz sobre una pantalla puede ser divertido? Me sorprende, pero sí que lo es. Mucho. El cartucho ha estado metido durante un rato bien largo en mi 3DS y además lo vuelvo a meter de vez en cuando. No puedo decir lo mismo de prácticamente ningún otro juego de esta consola ¿Y la nostalgia? Pues sí, esas melodías se te clavan en el cerebro y te devuelven a las partidas de decenas de horas a Final Fantasy IX, a las batallas contra las armas de FFVII, qué sé yo ¿Qué cojones dices? ¿Esto es un buen homenaje? ¿De qué vas? Vaya, a mí me parece que sí.

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