Análisis: Motorstorm Apocalypse

Escrito por en Análisis - 31 marzo, 2011

Análisis Motorstorm Apocalypse

Motorstorm Apocalypse es el hijo bastardo que resultaría de la sagrada unión entre los recientes Split/Second, del que toma prestada una espectacularidad absurdamente deliciosa; y FUEL, del que hereda una ambientación postapocalíptica y una estética muy pandiloca… todo ello con la lasciva y casquivana mediación (de ahí lo de bastardo) de Road Rash, el tercero en discordia y del que también se le notan peculiares ramalazos. El retoño, como no podía ser de otra forma, es algo peculiar, y aunque resulta difícil ponerse de acuerdo en si es feo o guapo, una cosa está clara: no puedes dejar de mirarlo.

Antes de comenzar el análisis y para protegerme de alguna más que posible dentellada a la yugular, me gustaría reconocer o admitir que, como algunos ya saben, no me gusta conducir y no tengo carnet. Ponerme detrás de un volante es algo que me atrae incluso menos que empuñar un rifle de asalto para dispararle a la gente, o trepar edificios y saltar de cornisa en cornisa. No obstante, no por ello considero estar más o menos capacitado para dar mi opinión sobre un videojuego, y uno muy arcade para el caso que nos ocupa, como es Motorstorm Apocalype. Así que si opináis lo contrario estáis equivocados y deberíais saber que lo de A Serbian Film no es pornografía infantil, es ficción. Dicho queda.

Ahora que ya hemos aclarado el anterior punto, puedo empezar a decir que Motorstorm Apocalypse es indudablemente divertido, siempre en dosis cortas eso sí, pero divertido. Al fin y al cabo estamos hablando de un juego en el que los edificios se van derrumbando a nuestro paso para formar improvisadas carreteras y rampas, y en el que podemos competir contra camiones monstruo y autobuses mientras pilotamos un moto de alta cilindrada y cosemos a puñetazos al resto de competidores al mismo tiempo que atropellamos a pandilocos que nos lanzan cócteles molotov. Si saltar de cornisa en cornisa a doscientos kilómetros por hora, esquivar ruedas del tamaño de tu vehículo, y hostiar a un contrario en pleno salto no es divertido, apaga y vámonos.

Motorstorm Apocalypse

Lamentablemente, pese a tener una premisa sumamente atractiva, la ejecución final durante las carreras resulta bastante mejorable. Para empezar, he notado que el juego tiene uno de los problemas que más me molestaba en el mencionado FUEL, y es que los corredores contrarios se adaptaban constantemente a tu velocidad y número de cagadas. El resultado es que da prácticamente igual lo bien o mal que lo hagas durante las dos primeras vueltas de una carrera, porque en la última ahí estarán todos los vehículos contrarios dispuestos a ofrecerte una recta final apasionante y, normamente, dejarse ganar poco. Desde luego hace que la mayoría de carreras sean más emocionantes, pero a costa de restarle muchísima tensión a los primeros compases de cada carrera. Por supuesto, esto sucede sólo en las dos primeras campañas (fácil e intermeda), en la tercera (difícil) pasa en menor medida. Aunque si os sirve de baremo, yo soy un matao en los juegos de carreras y me pasé la mitad de fases a la primera.

Otro problema, que dependiendo del caso podría verse hasta como una bendición, es que destrozar el coche no sólo no es especialmente malo, sino que en ocasiones puede incluso venirnos bien. Entiendo que estamos en un título arcade en el que lo normal es que nos la peguemos al menos un par de veces en cada circuito (aunque mi récord está en más de veinte), pero me resulta incomprensible que haya curvas o saltos en los que resulte más beneficioso esmoñarse que no hacerlo. Para mí, que soy un paquete, es cojonudo; pero para cualquiera que busque un reto no. Para más inri, hay muchos elementos del escenario que provocarán que nuestro coche explote de manera inexplicable: pequeños salientes, hierrecitos, tronchos de madera… pero eso sí, las farolas las arrancaremos de cuajo con la moto.

Motorstorm Apocalypse carreras

A esta serie de malas decisiones durante el transcurso de las carreras, hay que añadir una que posiblemente resulte incluso más sangrante. Se trata de la manera de desbloquear nuevos vehículos —que en realidad son simples skins— que nos exigirá jugar a través de Internet por cojones para ganar la moneda virtual del juego y poder comprar las mejoras. Es posible que haya gente a la que no le importe y que incluso lo vea bien, pero yo, honestamente, preferiría no tener que meterme a jugar online para desbloquear contenido. ¡Con lo fácil y tradicional que es eso de recibir coches a medida que avanzamos en el modo historia, leñe! Y hablando de modo historia, este, que es lo primero que podremos jugar, también oscila peligrosamente entre lo bueno y lo no tan bueno. Por un lado nos ofrece acción directa: dos viñetas con un poco de historia absurda y ya estamos quemando el asfalto. Pero por otro lado tiene el problema de que no podemos elegir vehículo y… bueno, de hecho no podemos hacer nada más que correr, ver un fragmento de historia y volver a correr. Un poco de chicha entre carrera y carrera no le hubiese venido nada mal. Digo yo, vamos.

Con todo lo dicho, muchos os estaréis preguntando que dónde demonios está la diversión. Y la respuesta es que tal como me ocurrió en su día con Road Rash, pese a los numerosos problemas que pueda tener, hacer el cafre encima de un vehículo siempre tiene su gracia (especialmente si puedes atizarle un guantazo al tío de la moto de al lado). ¿Que podría ser mejor? Por supuesto, el margen de mejora de este Motorstorm Apocalypse es brutal. Pero eso no quita que, como ya he dicho, en pequeñas dosis sea un juego bastante divertido. Y con trofeos fáciles.

Nota Motorstorm Apocalypse

En Europa hay más PSPs que PS3s

Viriax ya está disponible para descarga