Análisis: Dragon Quest IX: Centinelas del firmamento

Escrito por en Análisis - 10 marzo, 2011

Análisis Dragon Quest IX: Centinelas del firmamento

Arkham Asylum, 19:00 horas. Reunión de AAAVAQEMQLCC (adictos anónimos a juegos absurdos que enganchan más que la coca-cola). Siete tarados pacientes severamente dañados son conducidos por el personal de seguridad a una sala aislada para llevar a cabo su primera sesión de terapia. Joker, Angry Bird Red, Mono Mongolo, Reggie, Megaman, Galious y Ciro… todos ellos son adictos a una de las drojas más temibles de nuestro tiempo: Los videojuegos absurdos que enganchan más que la coca-cola. Todos ellos llevan enganchados desde hace seis meses al mismo cartucho: Dragon Quest IX.

Doctor Kirkis: Tomen asiento, caballeros.

Mongolo (new version), Angry Bird Red, Megaman, Galious, Ciro, Joker y Reggie… todos adictos al mal

Dr. Kirkis: Están ustedes aquí porque tienen un problema tremendo. ¿Lo saben, no?
¿Quién desea romper el hielo? ¿Alguien quiere relatarnos sus experiencias con DQ IX? (Todos los pacientes se miran de reojo, pero nadie dice nada). Veeenga, caballeros; todos ustedes son víctimas de la misma adicción… ¿Cuáles son vuestras sensaciones ahora que lleváis dos días sin jugar? ¿Lo echáis de menos? Galious, ¿quieres empezar tu?

Galious: Necesito tres plumas de gallifante para poder empezar.

Dr. Kirkis: Ein?

Galious: Sí. Tres plumas de gallifante adulto. Las pide la misión #476: Una tarde con el psiquiatra. Solo los encuentras en una mazmorra escondida tras una catarata y solo se pueden obtener si los hemos dejado a 1 punto de vida usando un cuchillo de cocina de punta roma y matándolos con un golpe crítico. Sin las, tres plumas el psiquiatra no puede a darme la palabra, y de momento solo tengo dos. Me falta una. Me falta una. Me falta una. Me falta una… (entra en una especie de trance babeante, lanzando sonoras ventosidades de vez en cuando)

Probesito… Y espera a que le llegue Naughty Bear 2 para analizarlo

Dr. Kirkis: Creo que deberemos rebajarle la dosis de juegos apestosos y recetarle algún juego bueno de forma esporádica, sin pasarse, porque no te vas a librar de analizar juegos malos ni por prescripción médica. ¿Qué tal si empiezas tú, Reggie?

Reggie: Llevo más de 150 horas de juego y todavía no me he descargado las misiones adicionales… arrrfff (espuma por la boca)… ¡Es el juego más hardcore de todos los tiempos!

Dr. Kirkis: Cálmese, Reggie, o me veré obligado a llamar a John Carca, que le sedará y amordazará (“y quién sabe qué más… Carca está más enfermo que todos estos”, piensa el doctor).

Reggie: Aaaarfff…

Angry Bird: hohohoooeeoooeeeooeee (grito genuino del pájaro loco)

Dr. Kirkis: (mmmm, me temo que el pajarraco no tiene cura). ¿Megaman?

Megaman: Yo… mmm… esto, verá… a los niños les gustan esta clase de juegos. Los plataformas que me hicieron tan famoso han quedado totalmente desfasados y quería adentrarme en ese género que llaman j-rpg. Tal vez así podría haber convencido al Doctor Willy y el resto de mis programadores para que mi siguiente aventura fuese un éxito mundial.

Dr. Kirkis: ¿Y? ¿Has logrado sacar algo de tu experiencia?

Megaman: Únicamente soledad e incomprensión. Al principio me pareció un juego la mar de bonico, con árboles por to’s laos, protagonistas cabezones como yo, gráficos majísimos… ¡Y la aventura no estaba nada mal! Eso de ser un ángel caído tiene su miga. Pero…

Dr. Kirkis: Continúa, Megaman. No te cortes, todos tienen tu mismo problema… sácalo a relucir, puede que les ayudes.

Reggie: Eso, habla montón de tuercas… ¿A que no tuvistes los huevos condensadores necesarios para pasarte el juego?

Megaman: Esto… yo…

Reggie: ¡Eres un mariquita! No tienes lo que hay que tener para ser un hardcore gamer. ¡Por eso fracasan tus aventuras! ¡Quédate con tus píxeles como puños y contenta a esos retro-gamers que viven del pasado, aquellos que predican que cualquier tiempo pasado fue mejor!
¡Jamás serás un triple A!

Megaman: ¡Buahhhhhh!

Dr. Kirkis: Reggie, céntrese o me veré obligado a llamar a Carca. Es mi último aviso.

Reggie: Ah, muy bien, perfecto… el niñato-lavadora llora porque no es ni lo suficientemente hombre ni máquina para….

Dr. Kirkis: ¡Basta! ¡Seguridad!

Jugar demasiado tiempo seguido con la 3DS te deja con esta cara

John Carca entra por la puerta y sin mediar palabra se lleva a Reggie …

Dr. Kirkis: No le escuches, Megaman. Continúa

Megaman: ——

Dr. Kirkis: Mierda, las palabras de Reggie le han herido más de lo que esperaba. ¡Ha activado una secuencia de auto-destrucción! ¡Todos al suelo!

Megaman: Las palabras no me hieren, doctor. Ha sido el juego…. sus bits malignos han invadido mis circuitos y no me queda más remedio que autoterminarme. Adios doctor, fue un placer haberle conocido. Recuérdenme siempre, no se olviden de jugar a mis aventur…

Dr. Kirkis: ¡Detente! ¡Megaman, noooooo!

La muerte de Megaman (Rockman’s death)

Joker: Moooooooooooooooooola…

Dr. Kirkis: Ejem… pelillos a la mar. Ya ven ustedes que el juego es más peligroso de lo que aparenta. Prosigamos. ¿Joker?

Joker: Matar a Batman….

Dr. Kirkis: Señor Joker, le ruego que nos hable única y exclusivamente de cómo se ha visto afectada su vida desde que empezó a jugar con el diabólico Dragon Quest IX.

Joker: Mmmmmatar a Battttmannnnn…. (salivando)

Dr. Kirkis: Creo que ha perdido el juicio.

Joker: No, doctor. El juicio lo perdí el día en que mi padre comenzó a pegarme… verá, yo era pequeño y él alcohólico y…

Dr. Kirkis: No empieces Joker, todos los psiquiatras de Arkham Asylum sabemos que esa historia no es cierta. Háblanos de tus problemas con el juego o vuelve a tu celda de confinamiento.

Joker: Tse, tse… doctor Kirkis, pero si ya le he dado una respuesta: ¡Matar a Batman!

Dr. Kirkis: Ya, ya… el problema de siempre.

Joker: No, doctor. Es un nuevo plan. Introduciendo una DS con DQ IX en el cinturón multiusos de Batman puedo hacer que se vuelva loco. Incluso más que yo… muahaha hahahaha hahahaha….

Dr. Kirkis: Ya veo.

Joker: ¿Qué pasa? ¿No tiene sentido del humor? Ese murciélago es un obseso; le conozco. Sé que si se obceca en levear a todos los personajes al máximo, lo hará…. ¡Y se volverá loco! muahahahahahaha….

Te vas a cagar, Batman!!

Dr. Kirkis: (este tampoco tiene solución). En fin, señor Joker, su plan es tan brillante como ingenioso… permítame que sigamos con la terapia. Ciro, tú no has hablado. Cuéntanos tu experiencia.

Ciro: Bueno, no sé por dónde empezar. Nunca fui un apasionado de los j-rpg’s en general ni de los Dragon Quest en particular; pero pensé que, siendo ésta la primera aventura exclusiva de la saga para DS, era un buen momento para empezar.

Dr. Kirkis: ¿Y lo ha sido?

Ciro: Al principio me divertía, cambiando de ropa a los personajes, yendo de un sitio para otro, descubriendo nuevos materiales con los que fabricar nuevas armas y corazas. Pero poco a poco mi estado de ánimo se fue deteriorando. Abandoné otros juegos que merecían más la pena, dejé de llamar a mis amigos, le escondía la DS a mi chica para que no jugase al Layton por las noches y así yo poder viciarme a DQ IX mientras ella dormía.

Dr. Kirkis: Ummm… una crisis aguda. Interesante, prosiga.

Ciro: Verá, en un principio el juego me hizo gracia; pero, un par de mazmorras antes de completar el modo historia, me di cuenta de lo absurdo que era en realidad. No había estrategia en los combates… todos se limitan a accionar el comando “atacar”; bueno “curar” también, pero muy de vez en cuando. ¿Qué gracia tienen estos combates por turnos? Yo no se la vi. Basta con subir de nivel a tus personajes hasta aburrirte para no morir nunca.

Dr. Kirkis: Y si lo encontró tan absurdo, ¿por qué siguió jugando?

Ciro: Bueno, el primer motivo fue por mero orgullo de jugador. Ya sabe, acabar con el juego y no dejarlo en mi cada vez más extensa lista de títulos pendientes. Pero, justo tras acabar la historia principal, me dio por levear a muerte a todos mi personajes… así, sin ton ni son, a lo tonto. También pensé que si finiquitaba todas las misiones opcionales lograría mejores trajes y armas para mis protagonistas. No me di cuenta de lo descabellado que era el juego hasta que me encontré sólo y a las cuatro de la mañana en el lavabo de mi casa intentando matar a tres limos metálicos que se me escapaban todo el rato. ¿Sabe usted lo que es estar tres horas encerrado en el lavabo, intentando liquidar a unos bichos que aparecen cada vez que Júpter se alinea con Saturno y que se escapan cada vez que estás apunto de matarlos?

La bucólica pesadilla de Ciro

Dr. Kirkis: Mmmm, sé de lo que habla. Es frustrante, continué por favor.

Ciro: Frustrante se queda corto, doctor… ¿Qué puta gracia puede tener un juego de más de 100 horas de duración cuya historia es el no-va-más de los tópicos y cuyo desarrollo limita al jugador a dar vueltas por los mundos de yupi