¿Quién me ha quitado los extras?

Escrito por en Artículos - 22 febrero, 2011

Año 1.997. Resident Evil. Durante todo el juego, una pequeña habitación situada cerca de la entrada de la mansión permanece cerrada. A medida que vamos avanzando, no hay forma de encontrar una llave que la abra. Pero, al acabar el juego ¡Sorpresa! Se nos da la llave de esa habitación y, al volver a empezar la partida, podemos entrar y conseguir un traje distinto para Chris o Jill.

Ahora mismo nos parecerá una chorrada, pero hasta entonces, la única recompensa que obteníamos tras acabar un juego era poder ver el final, fuera espectacular o no, y recibir el típico mensaje “Congratulations!”. Con los 8 y 16 bits solo se podía guardar la partida en pocos juegos (normalmente RPG’s) y todo nuestro progreso se perdía al apagar la consola. Llegaron las Memory Cards y la cosa cambió: era posible empezar una y otra vez la partida consiguiendo extras que íbamos consiguiendo superando retos, completando el juego una y otra vez, etc.

De chaval, no esperaba mucho más que esto al pasarme un juego

He citado Resident Evil porque fue la primera vez que recuerdo haber visto un regalito al pasarme un juego, pero a partir de ahí, todo fue en aumento. Casi todos los juegos nos ofrecían extras, como nuevos personajes o vehículos, nuevos escenarios, vestiditos y apariencias alternativas para tunearlo, galerías de arte, bandas sonoras, etc. todo como recompensa a nuestro esfuerzo y dedicación al juego que teníamos entre las manos. Ahora todo esto se ha acabado (o casi) gracias a dos de las incorporaciones a la generación actual: los logros/trofeos y los malditos DLC. Mecagonsuputamadre.

Jugar de nuevo disfrazado de macarra era incentivo suficiente para volver a empezar

En el caso de los logros/trofeos, aunque creo que están bastante bien a la hora de incentivar al jugador, no deberían ser sustitutivos de recibir algo a cambio de las horas que le dedicamos al juego. Fardar de platino entre otros frikazos los colegas mola, pero cada vez hay más juegos en los que los trofeos son los únicos premios que recibimos por invertir nuestro tiempo libre.

En Super Street Fighter IV nos quitaron la «molestia» de los personajes bloqueados. Que ilu…

Y después está el espinoso asunto de los DLC. Aunque Andresito opina que no tienen por qué estar mal (y no le falta razón), en una semana hemos visto varios ejemplos de los DLC que no queremos ver (pero que seguro nos cansaremos de ver): vestiditos a 1€, personajes desbloqueables vía paso por caja, nuevos mapas, nuevos modos de juego… Nos están pidiendo dinero a cambio de lo que antes nos daban por dedicarle horas y horas al juego.

¿No tienes paciencia para desbloquearlo todo? ¡Arréglalo con dinero!

Ya no existen elementos desbloqueables ni en los juegos de lucha: en casi todos tenemos un extenso repertorio de personajes a elegir desde el primer momento. En los primeros Guitar Hero, los temas disponibles iban aumentando a medida que subíamos el nivel de dificultad y si queríamos todo el repertorio, tocaba currárselo. En las últimas entregas, todas las canciones estaban disponibles desde el principio y. si queríamos más, ¡a pagar! Han llegado al punto que Modnation Racers tiene un DLC con el que desbloqueamos todos los corredores, circuitos y extras que se pueden conseguir dentro del propio juego… ¿Para qué seguir jugando si puedo tenerlo todo con dinero?

Uno de los pocos juegos que nos da algo más que trofeos y logros

Por lo menos, aún quedan algunos juegos, pocos, como Bayonetta, Sengoku Basara: Samurai Heroes o Super Smash Bros Brawl, por decir algunos, que seguimos recibiendo armas, premios, niveles y otros extras a cambio de lo que más debería alegrar a un diseñador de videojuegos: horas dedicadas por parte de un aficionado a los videojuegos. Mucho más que el dinero. De momento, seguiremos pidiendo ¿quién me ha quitado los extras?

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