El diario veraniego de Galious (IV)

Escrito por en Varios - 5 septiembre, 2010

Volvemos al curro, los redactores desaparecidos ya han vuelto al redil, volvemos a la tónica de tener que ponernos “a la cola” para publicar un artículo. En resumen, ya no hace falta mantener abierto este Diario Veraniego. Con esta cuarta edición lo cerramos, por lo menos hasta el verano que viene. Eso sí, el solecito aún aprieta y no está de más refrescarnos con una buena cerveza. Pero antes, hablemos de videojuegos…

Me quedaban unas cosillas por probar en este JRPG que tantas pasiones levanta entre los redactores de LegendSK. Siento discrepar con ellos pero, aunque el argumento es lento, confuso y aburrido, el sistema de combate me parece tan entretenido que lo considero la espina dorsal del juego, más que el argumento, reducido a unas breves cinemáticas entre cada uno de los 16 capítulos. En fin, me quedaba pendiente intentar la mazmorra secreta final, Nunca Jamás, desbloqueable cuando derrotamos los 2 primeros “final bosses” del último capítulo. Como todo JRPG que se precie, SIEMPRE hay una mazmorra final súper-difícil, mucho más que el enemigo final, y Resonance of Fate sigue a rajatabla esta norma, tanto que se han pasado.

«Oye, Vashyron… Que ESO se llame como el rancho de Michael Jackson tiene guasa, ¿no?»

Si tenemos en cuenta que Resonance of Fate es un juego algo complicadillo de controlar y que en muchos análisis ha sido catalogado como un “JRPG para Hardcores”, estaba claro que esta mazmorra no iba a ser moco de pavo. Tanto que en mi caso, que había realizado todas las misiones del juego, había superado todos los encuentros duros, con todas las casillas de la barra de Héroe y unos personajes de nivel 90, pese a todo eso, con más de 50 horas de juego, fui INCAPAZ de matar un solo monstruo de Nunca Jamás… Y no estoy hablando de monstruos tochos, me refiero a las mierdas que te salen en los encuentros aleatorios… Según he leído por ahí, es necesario un nivel medio de 130 a 150 para tener alguna oportunidad. Y ¿sabéis qué? ¡A CAGAR NUNCA JAMÁS! Aun así, recomiendo Resonance of Fate a todos aquellos que tengan ganas de probar un JRPG algo diferente.

Creo que va a ser imposible un juego ambientado en el lejano oeste que supere a Red Dead Redemption. Lo había dejado sin ningún motivo hace unos meses pero la semana pasada lo reenganché y no he podido dejarlo hasta completarlo al 100%. Y lo bueno es que llegar a ese porcentaje es un gustazo, nada pesado como suele pasar en muchos casos, teniendo que buscar varios cientos de objetos desperdigados en un mapeado inmenso, como suele ser habitual en este tipo de juegos.

Para buscar cachos de cactus estoy yo…

Y no, en Red Dead Redemption podemos hacer el vago sin hacer nada, pasarnos un rato explorando en busca de mapaches y mofetas para conseguir ese desafío de cazador, buscando los tesoros ocultos, ayudando a los desconocidos como un buen samaritano, jugando al poker en las tabernas o limpiando de indeseables las guaridas de los bandidos. Es uno de esos títulos a los que merece la pena exprimirlo, no es una tarea tediosa ni repetitiva.

John Marston mola, pero la gente que se va encontrando tampoco se queda atrás

Y hay que hablar de los personajes… Quizás la historia de Red Dead Redemption no es mejor que la de cualquier Western, pero lo pintoresco y original de los personajes nos dejará muy contentos a todos… No solo los personajes de las misiones principales, la variedad de situaciones y personajes, con algunos finales trágicos y cómicos a la vez, nos mantendrán enganchados a la aventura de John Marston para limpiar su reputación y salvar a su familia. Si no lo habéis probado aún, ya tardáis.

Y, como tenía que ser, la cerveza. Esta vez le toca a la FRANZISKANER, cerveza alemana de trigo, quizás la cerveza de trigo más conocida. Se trata de cerveza de baja graduación (5º) y gracias a eso nos podremos pimplar el medio litro que tiene cada botella sin pillarnos un ciego… Incluso podremos repetir si nos apetece. El sabor de las cervezas de trigo es bastante especial, más suave y menos ácido que la cerveza de cebada tradicional. Un sabor que recuerda ligeramente al pan y que nos dejará un regustillo agradable en la boca. Es fácil encontrarla en bares y supermercados, y si no, la marca Paulaner viene a ser un digno sustituto. Es recomendable servir fría y en su vaso… Si os gusta y alguna vez veis el típico pack 2 birras + vaso, no lo dejéis escapar, que vale la pena.

Así aprenderás a llamarme gordo

Braid: la obra musical

Análisis: The Quest