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Retro Amor: The Story of Thor

Escrito por en Retro Amor - 15 mayo, 2015

Es habitual que los mejores juegos aparezcan cuando el fin de ciclo está cercano. Los últimos juegos del catálogo de una consola suelen coincidir cuando ya existen alternativas más potentes en el mercado y, pese a que muchas veces aprovechan mucho mejor el rendimiento del hardware que los titulos anteriores, grandes juegos pasan desapercibidos por el mero hecho de que la atención ha pasado a las consolas de nueva generación. The Story of Thor es uno de estos juegos.

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The Story of Thor apareció para Sega Megadrive a finales de 1994. Por aquellos entonces, la chavalada babeábamos con las recién llegadas Sony Playstation y Sega Saturn, de las que solo podíamos ver algunas capturas en las revistas, con esos gráficos poligonales que significaban el futuro de los videojuegos y escandalizarnos al ver los precios altísimos que costaba hacerse con una consola de ellas, únicamente mediante exportación.

El título The Story of Thor ya induce a confusión al pensar que nos encontraremos con una ambientación inspirada en la mitología nórdica, cosa que no se verá en todo el juego. De hecho, no habrá ni una sola mención a Thor ni a alguien llamado de esa manera, así que nos quedamos sin saber de que coño va la historia de Thor, si ni siquiera sale un perro que se llame así. Para añadir a la jodienda, el protagonista se llama Principe Alí, como en Aladdin, la peli de Disney que había triunfado en los cines y cuyas adaptaciones al videojuego eran sobresalientes. Pero, al contrario que con el Dios del Trueno, existe un motivo para que el prota se llame como en la película: el personaje más querido de la película era, sin lugar a dudas el Genio, interpretado por Robin Williams (que en paz descanse). ¿Cómo se llama la hija de Robin Williams? Zelda. ¿Y qué saga inspiró de forma más que evidente The Story of Thor? The Legend of Zelda ¿VEIS ENTONCES POR QUÉ EL PROTA SE LLAMA ALÍ? Vale, reconozco que está cogido con pinzas, pero si hay gente que se cree que comer limón puede curar el cáncer esto puede resultar incluso más creíble.

Comparándolo con el de su rival directo, la Super Nintendo, el catálogo de RPG’s de Megadrive era bastante menos apetecible. A excepción de los Shining Force, los Phantasy Star y algún que otro título, los juegos de rol para la 16bits de Sega resultaban menos apetecibles que pesos pesados como los Final Fantasy, Dragon Quest y las obras maestras de Square de las que disponía El Cerebro de la Bestia. Un juego parecido a The Legend of Zelda para Megadrive era algo que llamaba la atención a muchos.

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El punto de partida de The Story of Thor no era muy diferente de todos los juegos de acción de la época: un chaval encuentra un brazalete mágico sin querer y se le endosa el marronazo de salvar el mundo del caos originado por el portador de otro brazalete mágico. La eterna batalla entre el bien y el mal de la que solo un mozalbete de corazón puro puede salvarnos de un aciago destino. Entonces, siempre que estuviera aderezado con muchos espadazos, monstruitos y mazmorras, nos bastaba con eso para pasarlo bien. Por el camino, recogíamos la ayuda de cuatro espíritus que nos otorgaban nuevos poderes para hacernos la batalla más fácil o para acceder a zonas hasta entonces inaccesibles.

Lo primero que llamaba la atención de The Story of Thor eran los cojonudísimos gráficos. A la habitual perspectiva caballera-militar de los RPG made in Japan le habían añadido unos sprites enormes, detallados y muy bien animados. Se notaba que los desarrolladores ya sabían exprimir todo lo que daba de sí la Megadive y The Story of Thor era una maravilla a nivel gráfico. Ese poderío se notaba especialmente con los jefes finales, algunos de ellos realmente enormes. La banda sonora corrió a cargo del maestro Yuzo Koshiro, responsable de algunas de las melodías más famosas de los juegos de Sega.También fue uno de los primeros juegos que llegó completamente traducido al español. Para uno que se pasó Shining Force II con el diccionario en la mano, resultó ser un completo alivio.

Recuerdo un verano entero acompañado por este juego. The Story of Thor no era un juego especialmente dificil ni largo. Unido a la posibilidad de salvar la partida, era posible acabarlo en un par de tardes bien aprovechadas. Pero, lejos de resultar algo negativo, recuerdo que me dediqué a buscar la excelencia, explorando todos los rincones posibles e intentando superar la puntuación que aparecía al acabar el juego. Fue uno de los últimos juegos que compré para Megadrive antes de pasarme a PlayStation, pero lo amorticé todo lo que pude.

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The Story of Thor tuvo una secuela un par de años más tarde para Sega Saturn, que llegó cuando a nadie parecían importarle los juegos que no estuvieran hechos con poligonotes y que parece haber caído en el olvido, como casi todos los juegos de Saturn. Por lo menos The Story of Thor apareció para la consola virtual de Wii y en los recopilatorios que Sega publicó para PC, XBox360 y PS3 con clásicos de 16bits, por si a alguno os apetece descubrirlo o volverlo a disfrutar. Os aseguro que lo merece.

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