Análisis: Thor, Dios del Trueno (NDS)

Escrito por en Análisis - 27 junio, 2012

Los que tenemos un mínimo de experiencia en esto de los mandos sabemos que hay que desconfiar de los videojuegos basados en películas. Suelen ser un sub-producto sacado con prisas para acompañar al estreno de la película en cuestión y aprovechar el tirón comercial del estreno. Los superheroes Marvel nos tienen demasiado acostumbrados a estos lanzamientos mediocres y por eso ya no se les hace demasiado caso. No en vano, a SEGA se le retiraron las licencias para desarrollar productos Marvel tras encadenar varios fracasos (absolutamente merecidos). Sin embargo, la versión de Thor, Dios del Trueno para NDS tenía algo diferente…

Al contrario del resto de versiones, donde el juego del Dios nórdico viene a ser un Hack & Slash poligonero, el Thor para NDS bebe directamente de la fuente de la eterna juventud que son los pixelacos 16-biteros. El juego se ve, se siente y se juega como uno de los viejos títulos que aparecieron hace unos 20 años para MegaDrive y SuperNintendo. Y eso, siempre es de agradecer para los que tenemos grandes recuerdos de esa época.

 

Siento HAMOR incondicional por los píxels y los sprites

Salvo algunos dibujos inspirados en los actores, el videojuego de Thor no tiene nada que ver con la película homónima. No vamos a la Tierra ni perdemos los poderes por hacer bravuconadas delante de papá Odín, simplemente resistimos a una invasion Troll (en El Píxel Ilustre también tenemos alguna de vez en cuando) y nos dejamos engañar una y otra vez por Loki, que es el que realmente la lía parda. Pero no perdamos de vista que es un juego a lo 16 bits y entonces la historia era muchas veces lo de menos.

Sigamos con el espíritu de antaño: si se mueve HAY QUE MATARLO!!

Nada más sabemos cómo funcionan los botones y los distintos ataques de Thor nos ponemos a repartir martillazos non-stop. Las ocho fases del juego, divididas en tres actos cada una, consisten en ir liquidando a todo lo que se nos ponga por delante sin contemplaciones ni miramientos. Avanzar y matar hasta que al final del tercer acto de cada fase nos encontremos un inevitable Final Boss que nos pondrá las cosas un poco más complicadas. Esos enfrentamientos contra los jefes es lo mejorcito del juego, siendo el último de ellos un auténtico hijo de puta de los que hacía tiempo que no encontraba.

Los bustos gigantes llegan a la NDS

Sin embargo, el hecho de poder guardar partida y tener vidas infinitas nos pone las cosas más fáciles que si estuviéramos jugando a un auténtico juego de 16 bits, esos en los que una vida extra era el mayor de los tesoros. En poco más de 4 horas de partida nos habremos acabado el modo historia, aunque se desbloquearán unos cuantos modos de juego adicionales para que no mandemos el cartucho a criar polvo tan pronto.

Thor, Loki y sus amiguitos

A pesar que alabo el diseño retro del juego, el uso de la doble pantalla para tener un escenario más ancho y el sistema de juego, he llegado a cansarme un poco de solo avanzar y matar. El diseño de las fases es poco más que una línea recta por la que nos van apareciendo enemigos a los que hay que aplastar. He echado de menos un poco de plataformeo o los típicos puzzles de abrir y cerrar puertas con palancas o interruptores que podrían haber aportado un poco más de variedad al título, además que podría haberse puesto un poco más de mimo al diseño de los escenarios, que llegan a ser algo repetitivos a pesar de cambiar de planeta.

Los enemigos también cambian de color como en los viejos tiempos.

No todo lo retro tiene por qué ser bueno, y el juego de Thor para NDS, pese a no ser ningún bombazo, tiene lo necesario para que muchos recordemos una época muy importante para los videojuegos y entretenernos durante un par de horas repartiendo martillazos. Ahora que está baratito (10 € en cualquier GAME) quizá muchos os atreváis a darle una oportunidad que se le ha negado por el mero hecho de basarse en una película.

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