Análisis: Uncharted 3

Escrito por en Análisis - 17 noviembre, 2011

Análisis: Uncharted 3
Uncharted 3 es un juego en el que durante un rato te encuentras cabalgando a caballo por el desierto, con un lanza cohetes en una mano, mientras persigues un convoy de enemigos que van en camiones, motocicletas y vehículos blindados. Por supuesto, durante la persecución tienes que saltar del caballo a los camiones, de los camiones al caballo, y del caballo a la gloria, mientras con una mano agarras las riendas y con la otra apuntas a las decenas de soldados que te disparan con fusiles de asalto y escopetas recortadas. Nada fuera de lo común dentro de la diégesis de Uncharted, pero sí bastante espectacular.

Claro que para espectacular aquella vez en la que te cuelas de polizón en un avión que está despegando, te descubren, y un gigante de dos metros intenta lanzarte por el portón de carga. Por suerte, lo que el gigantón no sabía cuando se pone a machacarte a hostias, es que Nathan Drake es más putamente duro que una piedra, así que claro, terminas moliéndolo a palos y tirándolo por la borda a él, a todo el resto de la tripulación, al cargamento —un par de camiones incluidos— y hasta el mismísimo avión hecho pedazos. Por suerte, repito, tú eres Nathan Drake, así que aterrizas en la arena sano y salvo con esa pose tan chulesca que se puede ver en la carátula del juego. Metralleta y palestina (de pañuelo, no de señorita) incluidos.

Pero claro, todo eso sucede antes (o después, en realidad ni lo recuerdo bien ni importa) de que hayamos escapado de un barco enorme que está naufragando por nuestra culpa. Y no por nuestra culpa porque sin querer la hayamos liado parda, no, por nuestra culpa porque somos un hijo de puta de mucho cuidado peor que Atila el Huno, que por donde pasa no sólo no crece hierba, sino que todo se va a tomar por culo muy rápido y muy fuerte. Así claro, como es previsible nos encontraremos corriendo por los pasillos de un transatlántico en posición vertical, mientras una ola de agua capaz de destrozarnos en pedacitos muy pequeños nos persigue implacablemente para hacer exactamente eso. Pero lo dicho, interpretamos al bueno de Drake y esas cosas son el pan con mantequilla del aventurero curtido.

FUCKING EPIC MOTHER FUCKING FUCKER

Pero eh, no os vayáis a pensar que todo son momentos épicos en los que Nathan Drake está al borde de la muerte y se salva porque es el puñetero protagonista de la historia y para eso le han pagado un pastizal a Nolan North (su actor de doblaje en la versión original), no. También hay muchos momentos de tranquilidad y relajación en los que sencillamente tendremos que dar paseos. En algunas ocasiones nos podremos dar un garbeo por las concurridas calles de varias ciudades del mundo, todas ellas recreadas con un mimo y una atención que nos harán querer follarnos la pantalla; y en otras nos encontraremos moviendo las piernas por lugares inhóspitos y poco transitados en los que la única compañía será la burlona voz del propio protagonista. Que lo dicho, no le han pagado al señor North para que no haga chistes y no hable solo.

Me he puesto a comentaros la tontería esta de dar paseos mirando el escenario y casi se me pasa hablar de cuando encuentras un caserón muy grande tirando a castillo medieval en algún lugar del este de Francia. No me preguntéis muy bien qué hacéis ahí porque tampoco lo recuerdo, pero joder, da igual. Cuando empiezan a salir enemigos hasta de debajo de las piedras y empiezan a llover las explosiones, como que todo te da un poco igual. Además, en esta zona hay bastantes puzles de esos que le dan variedad al juego y que tienes que resolver con la ayuda del Diario del Grial librito ese que lleva siempre encima Nathan y que no se moja ni le pasa nada. Qué queréis que os diga, es bonito hasta pasar las páginas del puñetero manuscrito.

Uncharted 3

Insertar comentario «gracioso» sobre hacer un trío. JAJA

Casi se me olvida hablaros de algo que quizás parezca una tontería, pero no lo es. ¡Las persecuciones! También protagonizamos unas cuantas persecuciones a través de diferentes escenarios, saltando de cornisa en cornisa, trepando por lugares imposibles, y esquivando pobres transeúntes, que nos harán darnos cuenta de que Uncharted 3 es más emocionante y más vibrante que prácticamente cualquier película de aventuras que hayamos visto hasta el momento. La forma en la que Nathan Drake corre detrás (o delante) de la gente hace que se nos ponga una sonrisa bobalicona en la cara y sólo queramos tirar para adelante, para adelante y para adelante. Además, en cuanto atrapamos a alguien y nos ponemos a distancia de escupitajo (yo nunca he escupido muy lejos), es cuando empieza la verdadera fiesta, porque nuestro héroe no sólo pega una hostias como panes, sino que está encantado de hacerlo constantemente.

Por supuesto, Uncharted 3 no sólo es adrenalina y momentos tensos por todos lados, también tiene sus escenas tiernas en los que nos enseñan la importancia de la amistad y lo buena gente que son todos los protagonistas. Es algo que quizás parezca redundante recordar, pero que como siempre, resulta muy importante para que nos integremos y hagamos uno con la narración de la aventura. No es lo mismo identificarse con un asesino de masas casi inmortal, que con un asesino de masas casi inmortal que se preocupa por su amigo del alma.

Ah bueno, claro, se me olvidaba, jugar a Uncharted 3 también es divertido, pero en realidad eso es lo de menos.
Nota Uncharted 3

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