El daño de la Multiplataforma

Escrito por en Artículos - 24 febrero, 2011

Hace unos años, cuando los bandos de videojugadores se dividían entre SEGA y Nintendo, elegir consola era un tema peliagudo. Más que nada, y más que ahora, porque los que condicionaban nuestra decisión no eran las capacidades técnicas de la consola, ni el color, ni el juego online. Eran (y deberían seguir siendo) los juegos.

Y eran los juegos porque, salvo casos muy puntuales, casi todos los títulos de la consola eran lo que ahora conocemos como exclusividades: salían únicamente para esa consola (o para las consolas de la misma marca). Por eso, teníamos a Super Mario con todas sus variedades (Kart, Tenis, jugando a médicos y enfermeras, etc.) a Metroid, Kirby y Zeldas varios para los sistemas de Nintendo y a Sonic, Alex Kidd, Golden Axe, After Burner y los puñetazos de Streets of Rage para los sistemas de SEGA. Muy pocos títulos se lanzaban para varias consolas e, incluso así, las distintas versiones podían llegar a ser bastante diferentes entre sí.

A correr, ganará Sonic, pero en todo lo demás….

Nuestra elección debía ser premeditada, sabiendo qué catálogo se adaptaba más o menos a nuestros gustos, pero en cualquier momento esa balanza podía verse alterada gracias a un lanzamiento exclusivo. Las “third parties” como Konami o Capcom lanzaban títulos para ambos sistemas, pero en algún que otro caso, las exclusividades vía talonario fueron auténticos mazazos para los seguidores de uno de los dos sistemas. El que recuerdo con más fuerza: el lanzamiento exclusivo para Super Nintendo de Street Fighter II. Nunca había deseado con más ganas tener una Super Nintendo.

A pesar de lo fea que era la portada, me moría de envidia

Esto siguió así con la llegada de los polígonos de Play Station, Saturn y Nintendo 64: cada uno de los sistemas tenía su propio catálogo, diferenciado de los demás a excepción de un puñado de títulos multisistema. Incluso en la anterior generación, las diferencias entre los catálogos de Play Station 2, Dreamcast y Game Cube eran más que evidentes. Hasta que llegó Microsoft a joder la marrana.

Y Microsoft llegó a lo GRANDE

Que me perdonen los XBoxers, porque no tengo nada contra ellos, pero gracias a la llegada de máquina de Microsoft y al “bipartidismo consolero” actual (vamos a dejar a la Wii al margen, porque realmente está en otra guerra distinta), el catálogo de los juegos ha dejado de ser un factor decisivo a la hora de elegir un sistema u otro. ¡Si hasta el PC, que siempre había gozado de un catálogo totalmente distinto a las consolas, con sus RPG de verdad, sus juegos de estrategia, simulación y aventuras gráficas, ha acabado sucumbiendo a la maldición de la multiplataforma!

Cualquier tiempo pasado fue mejor…

Tanto Microsoft como Sony son empresas fuertes, firmemente arraigadas en el mundo de la electrónica, tecnología e informática, pero con escasa experiencia en el sector de los videojuegos. Por eso, mientras Nintendo sigue en su linea, publicando juegos para Wii, de sagas conocidas por todos y con 20 o más años de antigüedad en algunos casos pero casi siempre videojuegos más que decentes, Sony y Microsoft tienen que echar mano de second y third parties para desarrollar su catálogo. Third parties que, tras ver que los cutre-ports para Wii no les eran demasiado rentables, han colapsado el catálogo de la sobremesa de Nintendo con juegos agitamandos de escasa calidad (salvo honrosas excepciones) o directamente la han abandonado a su suerte (llevo meses sin ver anunciar ningún lanzamiento interesante para Wii).

Epic Mickey. Quizás el último lanzamiento interesante de una third party para Wii

¿Qué tenemos ahora? Dos sistemas (o tres si contamos el PC) con un catálogo casi idéntico, con escasas exclusividades y que muchas veces carecen de la entidad necesaria para decantarse hacia un sistema u otro. A la hora de decidir se habla de precios, de juego online, de frames, de ports… En resumen, de cosas que no tienen nada que ver (o casi nada) con el aspecto lúdico de la consola. Las guerras entre Segueros y Nintenderos, cómo discutíamos si era mejor Sonic o Mario, han quedado reducidas a “¿A qué versión de Red Dead Redemption se le cuentan más púas a los cactus del desierto?” ¿En serio eso le importa a alguien? ¿Alguien se siente ofendido porque una textura tiene menos resolución en su consola que en la del vecino? ¿Alguien se ha hecho sangre con unos dientes de sierra de esas que dicen que aparecen en algunos juegos?

Cada vez que veo imágenes así me entran ganas DE CAGAR. Y no es porque sea Final Fantasy XIII

¿Y qué pretendo arreglar o demostrar con este artículo? Pues nada de nada. Estamos en una situación sin marcha atrás: desarrollar un juego cuesta mucho más dinero que hace 10 o 20 años y es necesario publicarlo en todos los sistemas posibles para amortizar al máximo el coste de programación. Quizás ese sea el mayor beneficio de la multiplataforma, que al sufragar el coste de producción entre varios sistemas, sea posible una mayor inversión que dé como resultado un juego mejor. Por contra, tenemos que, al programarse a la vez para varios sistemas, no se aprovechen las capacidades técnicas de todas las máquinas. Que esos ports se hagan con más o menos fortuna, con más o menos frames por segundo o con texturas más o menos detalladas es algo que me la pela, pero deja la elección de consola en una mera cuestión de costumbre, favoritismo, fanboyismo o como lo queráis llamar. Y, qué queréis que os diga, considero entrañable y con algo más de peso alabar o criticar una consola por sus juegos y no por otros factores, irrelevantes a la hora de jugar. Será que me estoy haciendo mayor.

PC Jesus y Dragon Age 2

La corbata más ilustre x2