Dos horas con Mario (y otros juegos para Nintendo) - Primera parte

Escrito por en Artículos - 12 julio, 2013

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Como con el libro de Delibes, yo también podría pasarme unas cuantas horas recriminando cosas a Nintendo, que no es mi marido, pero sí la empresa que hacía las consolas a las que más he jugado de más joven. Podría acusarla de no hacer juegos como antes, de ser demasiado amigables y romper con la idea de desafío propia de un videojuego, de estar explotando sus franquicias por encima de sus posibilidades, de meter con calzador cosas en sus consolas y juegos que luego nadie quiere usar… Sin embargo, prefiero jugar algunas de sus novedades del E3 y tratar de recuperar algo de fe en ellos, que sigo teniéndola, todo hay que decirlo.

Bayonetta 2

Mi única meta en este evento de prensa era jugar a Bayonetta 2, y la cumplí con creces para sorpresa del PR francés, o yo creo que era francés, que pasó de explicarme los controles a felicitarme por sacar platino en el primer combate. Mi mayor temor con el juego era que la cagaran, que tiraran por otros derroteros, que fuera más fácil todo (un poquito sí lo es, pero muy poca cosa), que no se manejara bien con el mando-tocho de Wii U. Eran miedos infundados para alegría y jolgorio de los quince españoles (10 de ellos, periodistas) que tenemos la consola en España y somos fans de Bayonetta al mismo tiempo.

En Bayonetta se pegaba un puñetazo a la diosa de la creación y se la mandaba al sol tras jugar al pinball con su culo como pelota y los diferentes planetas de la Vía láctea como bumpers. ¿Cómo demonios superar eso? Difícil lo tienen en Platinum, pero tras jugar a lo que he jugado, que no ha sido mucho, cuentan con mi confianza. La fase de la demo empieza con Bayonetta y su nuevo corte de pelo pegándose de puñetazos con unos centauros celestiales a lomos de un caza-bombardero que surca a toda velocidad los cielos de una ciudad al estilo de San Francisco. Bienvenidos de nuevo a Bayonetta, amigos: absurdeces cósmicas, misiles enormes y brujas pirujas con mucho pelo, todo a 60 frames por segundo.

El control no ha variado en absoluto: patada, puño, pistolas y salto en los botones, esquiva en un gatillo, etc. Sí hay un nuevo control táctil para los mancos que yo no he probado por orgullo, aunque por lo que vi a otro compañero con menos ego que yo, parece funcionar con suficiente acierto. Pero eso no era jugar a Bayonetta, claro. Jugar a ser la más puta bruja equivale a enlazar combos a buen ritmo de negras y corcheas con saltos, con torturas y, ahora, con un nuevo modo súperdopado que invierte toda la magia acumulada jugando bien y esquivando con el tiempo brujo en convertir cada golpe, he dicho CADA GOLPE, en uno gigantesco, de estos que invocan una patada o puñetazo de pelo a través de portales cósmicos mientras la mujer esta se desnuda progresivamente. Enlazar treinta golpes así sin que el juego se ralentice lo más mínimo es lo mejor que me ha pasado en este mes.

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Bueno, no, lo mejor es ver que Jeanne y Bayonetta pelean juntas contra un jefe medio (lo que me lleva a pensar que hay un modo cooperativo a la vista); que Bayonetta puede usar dos espadas en las manos y unos látigos en los tacones, con su correspondiente R.I.E. (Remolino Invertido Espatarrada), tal como aparece en la foto de arriba; y cómo ahora también es posible luchar contra esos demonios que en el anterior juego eran nuestros aliados y servían para acabar con los jefes finales. Estos bichos de pelo y sangre parecen haberse rebelado un poco contra las brujas.

Imagino que por aquí irá la historia del juego, sobre todo si tenemos en cuenta que roban el alma a Jeanne; y lo veo una evolución lógica: en el primer juego se apaleaban ángeles, aquí ángeles y demonios. Hablando de ángeles: Bayonetta tiene alas y vuela en la pelea contra el demonio rebelde este, y se encarama junto con la bestia a lo alto de una especie de Empire State Building. Ahí es cuando mi bragueta ha pedido clemencia, yo he agradecido llevar pantalón pitillo y, por fortuna, la demo también ha acabado. Demonio muerto y segundo trofeo de platino.

The Wonderful 101

Ya fuera porque estaban en la misma consola o porque Platinum Games me invoca, lo siguiente que probé fue The Wonderful 101. Ya tuve un primer contacto con este juego hace tiempo, y no entendí nada. Esta vez también me ha costado enterarme, pero no porque el juego sea malo o se explique mal, sino porque es complejo, en un buen sentido. La demo empezaba in media res, con varios personajes ya desbloqueados, muchos poderes y enemigos grandotes.

Por si no es evidente, se trata de un Pikmin con superhéroes y con pinceladas aquí y allá de hack and slash, género que esta gente domina. Es un hack and slash porque hay bloqueo, esquivas, doble salto (sep, 30 tíos saltando a la vez), puzles ramplones para avanzar y se pueden comprar movimientos de grupo en una tienda entre misiones. Y es un Pikmin porque hay que gestionar un grupo de superhéroes, reclutarlos por el escenario y emplearlos para crear ataques poderosos con los que matar robots grandes. Los ataques depende del líder que tome las riendas en cada momento y de su arma, la cual hay que dibujar con el stick derecho o, más literalmente, trazar en la pantalla táctil del cacharro.

Suena muy incómodo, y lo es al principio, pero con dos repeticiones uno se acostrumbra a cambiar de armas al vuelo y todo funciona como la seda. Así, haciendo un círculo se activa el puño gigante, haciendo una S, un látigo; haciendo una L, una pistola y haciendo una línea, una espada. Cuantos más héroes estén dentro de la forma dibujada, más fuerte es el arma, y más pilas (esto es literal) gasta. Y para darle un toque de estrategia, no siempre vale con usar un arma, sino que hay enemigos débiles a unas y fuertes a otras. Lo normal.

La demo tenía un temporizador de 10 minutos, me jodió vivo parar cuando ya había entendido todo lo que pasaba y había aprendido a esquivar y a ver cómo funcionaba cada robot. Fue tiempo suficiente, en cambio, para ver el potencial de un juego frenético por momentos, pero con una mecánica tan meditada y compleja.

Solo por su mundo lleno de colores chillones, por la estructura de las misiones, que se suceden sin más, por lo naïve de su violencia (cuando te golpean, tus héroes se quedan inconscientes y en ropa interior por los suelos), por esos ayudantes dispuestos a unirse a tu grupo de superhéroes para combatir robots gigantes como si el mundo no estuviera en peligro; por todo esto, debería vender lo invendible. Desprende carisma, cariño y huele a Viewtiful Joe y Power Rangers por todos lados, pero apunta a que será un tapado de estos que te duelen en el alma, un Nier, un Alpha Protocol, un Binary Domain. Y es una desgracia que pase esto, la verdad, porque fui a este evento solo para jugar a Bayonetta 2 y lo único en lo que pienso ahora es en este juego.

Mario Kart 8

Mi siguiente parada, la que estaba a la derecha, fue un reencuentro con mi adolescencia. Hace años que no me pongo en serio a un Mario Kart, pero, como la mayoría de juegos de Nintendo, jugarlo es como montar en bici: no han cambiado demasiado, se siguen haciendo los barridos igual y los objetos siguen funcionando de miedo. Miedo de verdad, miedo noruego, miedo de «joder, que estaba el primero y ahora he quedado el sexto». Mario Kart es un juego terrorífico que rompe amistades y que solo ha sido superado por Mario Party.

peach-mario-kart-8-el-pixel-ilustreNo sé hasta qué punto va a cambiar Mario Kart gracias a los escenarios con bifurcaciones y los karts que se pegan a techos y paredes, pero en los pocos niveles que pude probar, era posible darse unas vueltas bastante guapas dentro de la misma pantalla. Se puede ir por la carretera de siempre o coger un turbo en un borde de la carretera y pegarte al techo para continuar por ahí y luego coger otro atajo más o volver al recorrido normal. Todo esto crea variaciones dentro del propio circuito que no siempre te ponen en una mejor posición en la carrera. Hay que estar atento de todos estos detalles y memorizar nuevas cosas, y esto está muy bien.

Por lo demás, me hizo gracia Peach (tanto que la cogí como personaje) porque llevaba un vestido de motera rosa y que le marcaba todo en exceso. ¿El HD era esto? Junto con Bayonetta 2, es el único juego de todos estos de Wii U que se va a 2014 y que tiene una mujer embutida en cuero de colores.

Super Mario 3D World

¡GATOS! Este juego ya tiene algo que me gusta: trajes de gato para trepar por paredes durante un tiempo limitado y para atacar en picado desde el aire, cual minino que caza goombas. Lástima que el resto de la propuesta sea un modificación del New Super Mario Bros. sin mucha vida. Me gusta la estructura de sus niveles, al menos, que están inspirados en Super Mario 3D Land, y funcionan como algo a medio camino entre los Mario en 2D y en 3D.

El cooperativo responde como suele, con cuatro personajes sumidos en el caos absoluto, entre los que ahora figura Peach (hoy me ha dado con ella, también la volví a manejar aquí); y con cada uno de ellos empleando saltos diferentes. El otro día hablé del salto más alto e irregular de Luigi, ahora puedo hablar del salto con levitación de Peach y su poca velocidad en carrera. Está bien que introduzcan estos cambios y creo que es un forma de crear variedad, pero en serio: la fórmula está ya forzada. Incluso las novedades en forma de niveles de velocidad o los nuevos enemigos reinspirados en Super Mario World parecen viejos.

Al menos, se apuesta por la verticalidad, que puede ser algo bueno y malo a la vez, todo depende de si es más fácil o menos morir, cosa que en el resto de Marios 2D es ya casi imposible. Como solo pude jugar unos pocos niveles y el vídeo de arriba muestra bastante variedad de los mismos, quiero creer que harán cosas diferentes. Y la coletilla «World» me anima a creer que irán metiendo más elementos de esta saga dejando atrás lo «Bros», aunque no vi ningún Yoshi. En fin, que ojalá hubieran lanzado un Mario 3D como dios manda y no hubieran apostado por algo a medio camino. Oh, y dios, qué harto estoy de la música de estos juegos…

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Me quedo con las buenas sensaciones de los juegos de Platinum por encima, muy por encima, del resto de catálogo que probé; y también me quedo con las ganas de probar el nuevo Smash Bros (ay, Mega Man). Había más juegos, como Pikmin 3, que sale este mismo mes, el Profesor Layton nuevo o el Bravely Default, pero preferí dedicar mi tiempo a estos que son más importantes. En la segunda parte comento otros tantos, que esto me dio para rato. Tanto que originalmente había escrito 3.000 palabras y he tenido que dividir el post porque era infumable todo junto. A las 12.00 del mediodía os quiero ver aquí leyendo sobre el resto.

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