Empire Eden, el salvador de la tribu

Escrito por en Noticias - 26 febrero, 2013

EMPIRE-EDEN

Empire Eden es un proyecto de Kickstarter que acaba de empezar y que no tiene mala pinta. 19.000 dolares es la cantidad mínima que pide Ryan DeGange, cabeza visible del proyecto, para que el tren salga de la estación. ¿Conseguirá su objetivo? Yo pienso que sí ya que el juego pinta interesante.

El título es definido por el autor como una mezcla entre el trepidante género Run N’ Gun con referencias míticas como Metal Slug o Contra Hard Corps con estancias de más reflexión propias de los Metroidvania. Habrá extensos mapeados y varios caminos a seguir repletos de secretos para que cada aventura en el juego sea diferente. El autor de Empire Eden también promete diferentes finales según el camino que sigamos en el juego.

Y entremos en la historia que aún no os he mencionado nada sobre ella: nos ponemos en la piel de un nativo de una tribu cuya tierra está siendo invadida por el Imperio, fuerza del mal que está raptando a los miembros de nuestro clan y que nosotros deberemos rescatar. Empire Eden promete una historia llena de misterios a descubrir así como multitud de personajes con los que congienar a lo largo del videojuego. Todo suena muy bonito aunque todos tenemos claro que si un proyecto no sabe venderse bien en cualquier campaña de crowdfunding no se comerá un turrón.

No hagáis demasiado caso a las capturas que hay mostradas hasta ahora ya que la desnudez del protagonista está dada porque aún son modelos preliminares de lo que será el juego final. Empire Eden luce bastante bien para el poco tiempo que lleva desarrollándose y probablemente nos encontremos ante un más que divertido juego de un género antes aclamado hasta la saciedad en consolas y que ha sido postrado al olvido con el paso de los años. Es bastante curioso ver como los viejos géneros consoleros están haciéndose un hueco en la escena indiegente gordopecera. Seguiremos con atención este proyecto.

Vía: Indie Statik.

Nuevo tráiler de StarCraft II: Heart of the Swarm

Análisis: Neverdead