Análisis: Hotline Miami

Escrito por en Análisis - 22 noviembre, 2012

Análisis: Hotline Miami

Hotline Miami no se anda con tonterías. Matas o te matan. Ya. Por respeto a la obra, nosotros tampoco lo vamos a hacer. Hotline Miami es una pasada. Es un juego al que debéis jugar y al final del texto veréis un 9 que lo confirma. Si queréis saber más sobre esta oda a la ultraviolencia, ya sabéis.

Un golpe. Matas. Un golpe. Mueres. No hay más. Puede que haya algún enemigo más resistente pero una buena ráfaga de plomo acabará con cualquiera. O no. Al menos acabará con la mayoría de nuestros problemas. Esto es Hotline Miami. Un cántico a la violencia sin sentido, una obra hecha para una época sin prejuicios. La violencia como arte. Hotline Miami no posee unos gráficos next-gen pero aún así logra que podamos contemplar como al acuchillar a los enemigos, la sangre es expulsada de sus gargantas de una manera feroz. Con detalle. Detalles entre píxeles gordos pero detalles al fin y al cabo.

En Hotline Miami sabemos quien es nuestro avatar porque al usar las teclas de control vemos a un personaje moverse, pero nada más. Es un ser anónimo, un paria más de la sociedad. No sabemos nada de este individuo, tan solo que recibimos unos mensajes en el contestador que nos invitan a ir a lugares concretos. Para proseguir en el juego lo único que podemos hacer es coger nuestro coche e ir. Ir a estos sitios, colocarnos una máscara de animales y masacrar a todo lo que se nos ponga por delante. Fríamente, sin escrúpulos.

No sabemos muy bien porque estamos cometiendo una orgía sangrienta tras otra. No hay más pistas de por qué matamos sin piedad. No hay un fajo de billetes al acabar que nos indique que hay una recompensa por el trabajo. No hay una palmadita en la espalda tras acabar la faena. No. Simplemente vamos a esos lugares plagados de enemigos y los matamos sin que nos maten. Ya está. Es una violencia sin sentido pero aún así seguimos cumpliendo y vamos a los sitios que nos indica crípticamente el contestador. Lo peor de todo es que cada vez que vamos a una nueva localización, intentamos aniquilar enemigos de formas creativas; intentando ser más rápidos, más precisos y más eficaces. Aún a sabiendas de que estamos eliminando personas sin ninguna razón, cada vez lo intentamos hacer mejor. Matamos automáticamente y cada vez nos gusta más hacerlo.

Es adictivo. Difícil. Frustrante tal como lo son otros títulos indiegentes como VVVVVV o Super Meat Boy. Comparten los tres la regeneración automática tras morir pero Hotline Miami no se debe tanto a la prueba y error. En el primer videojuego de Dennaton Games hay muchos caminos posibles y estrategias a seguir. La rutina de los enemigos es variable y muchas veces nos sorprenderá ver como el mismo golpe que hemos dado antes no sirve en siguientes intentos. No se nos obliga a ejecutar las acciones de la misma forma, es más, se nos invita a que intentemos hacer cosas diferentes. Al final de cada pantalla sale una puntuación final con una serie de valores (rapidez, variedad de muertes y de armas usadas, y más) cuyo objetivo es logar que nos pique el gusanillo de repetir la fase ya que iremos desbloqueando nuevas armas y máscaras con puntuaciones elevadas.

Estas matanzas no podríamos hacerlas sin un control medido al detalle y aquí el juego sobresale. La sencillez del manejo es clave ya que con tres botones se solventan todas las acciones: botón izquierdo para usar el arma, derecho para lanzarlas y la barra espaciadora para ponernos encima de un enemigo aturdido en el suelo o para patearle la cara si ha tenido la mala fortuna de estar contra la pared. Con tres botones (junto a las imprescindibles teclas de control para movernos y el ratón para apuntar la dirección de nuestro golpe o disparo) simplificas el manejo pero aún así queda mucho por delante. Usar estas tres teclas perfectamente nos llevará un poco de tiempo y solo mediante continuas muertes —créanme, se muere mucho— mientras lo hacemos llegaremos a la excelencia.

Antes he mencionado las máscaras que porta nuestro personaje. Estas máscaras de animales son diversos power ups que elegiremos al principio de cada escenario y que nos darán ciertas habilidades tales como hacer más daño con las puertas, que los perros no nos ataquen o empezar la partida con un arma en la mano. Hay multitud de máscaras y habilidades y ésto aporta rejugabilidad al título ya que las estrategias a seguir gracias a las diferentes máscaras pueden ser bastante diferentes. Y joder, todo esto hace que la inmersión en esta locura psicotrópica de juego sea más profunda.

El juego tiene defectos, como todo hijo de vecino. La inteligencia artificial de los enemigos es digna de sainete: a veces podemos matar a un enemigo sin que su compañero que está a 5 píxeles de él se de cuenta o en otras ocasiones vemos como los enemigos deambulan sin saber bien donde están al sacarles de su zona de acción. Pero Hotline Miami tiene algo que logra que no nos fijemos del todo en estos errores de programación. Quizás sea su estilo transgresor o la épica de la violencia que envuelve todo. Yo que sé. Lo único que sé es que quiero seguir eliminando mafiosos de perlado vestuario mientras la música cubre las escenas. Si hablamos de bandas sonoras para la posteridad, 2012 ya tiene dueño. La música del título es suprema. Es tontería seguir dándoos razones cuando podéis escucharla. Eso sí, no es lo mismo escucharla que vivirla ya que en Hotline Miami la fusión audiovisual es perfecta. Pocos títulos vais a encontrar así.

Cuando te acostumbras a matar continuamente, el asesinato es algo que empezamos a ver como algo rutinario. De forma mecánica intentamos masacrar la mayor cantidad de enemigos posibles de mil y una maneras con tal de hacerlo lo mejor posible. Coges la navaja del suelo, abres la puerta con violencia estampando a uno de los enemigos. Mientras el otro matón se da la vuelta para apuntalarte con su escopeta le seccionas el cuello. Te vuelves y saltas encima del aturdido por la puerta para acabar con su vida uniendo el filo de tu navaja con su cuello. Coges la recortada y corres al siguiente habitáculo donde disparas a un enemigo y le tiras la escopeta a la cara al siguiente. Muerte. Muerte. Muerte. El arte de matar. Violenta poesía.

Nota Hotline Miami

The Walking Dead

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