Retro Amor: Syndicate

Escrito por en Retro Amor - 19 enero, 2012

Creo que no hay día mejor que hoy, coincidiendo con su lanzamiento en GOG, para dedicar unas palabras a Syndicate, “el bueno” (como en las Tamaras, pronto habrá un Syndicate bueno y un Syndicate malo) tal como se refería a él Andresito ayer mismo. Porque, a pesar que haya pasado mucho tiempo desde que lo jugué con el 486 que mi padre tenía para trabajar, seguro que seguirá en la memoria de los que HAMAMOS los videojuegos mucho más tiempo que ese FPS del montón que nos llegará en unos meses.

Hubo un tiempo que los juegos de estrategia no llegaban a las consolas. Super Mario Bros., Sonic The Hedgehog y Alex Kidd estaban de puta madre para pasar la tarde, pero jugar en ordenador era otra cosa: las aventuras gráficas de Lucas Arts y Sierra, Sim City, Dune II y, por supuesto, Syndicate eran juegos para niños grandes, más serios y complicados; que no se podían jugar con un mando con dos botones. Y mira que me defino como un jugador consolero, pero no puedo negar que recuerdo con mucho HAMOR la mayoría de juegos que pasaron por ese 486.

Cyberpunk… Que palabra más bonita… Cyberpunk… No creo que entonces se usara este término para etiquetar juegos y la primera vez que lo escuché me imaginé a un robot con cresta y una chupa de cuero con una A de anarquía en la parte donde los jebis ponen parches de Iron Maiden. Pero, sin saberlo, me metí de lleno en el mundo cyberpunk de la manita de Bullfrog y su Syndicate, ese juego en el que encarnábamos a una mano negra que controlaba un sindicato criminal cuyo objetivo era el habitual de todos los malvados de cine: dominar el mundo.

Yo creía que el Cyberpunk era un robot como el que salía en la portada de este LP

Y para ello, nada mejor que unos sicarios sin cerebro para llevar a cabo el trabajo sucio. Hasta cuatro peleles que íbamos modificando a nuestro antojo mediante implantes y mejoras robóticas para hacerlos más fuertes, más rápidos y más resistentes. Sin piedad ni remordimiento, nuestros agentes pasaban por quirófano con más frecuencia que la plantilla de Salvame Deluxe.

Belen Esteban meets Terminator

Pero el punto fuerte de Syndicate eran las misiones a realizar para conquistar cada uno de los territorios ocupados por las bandas enemigas, de una variedad y complejidad que nunca antes había experimentado. Desde eliminar a unos cuantos agentes enemigos hasta proteger a un político en un desfile (o asesinarlo), reclutar espías enemigos, destruir edificios… Y para ello contábamos con un extenso arsenal, desde pistolas y ametralladoras hasta lanzagranadas, lanzallamas y un mortífero láser que desintegraba a nuestros enemigos. Pero hay un “arma” que destacaba por encima del resto: el Persuasor…

Primero dejamos que la plebe se nos acerque…

El Persuasor (creo que se llamaba así, corríjanme en los comentarios si es necesario) era un pequeño dispositivo que anulaba la voluntad de las personas cercanas al agente. El alcance y potencia variaba según las mejoras de nuestro espía y podía ser tan poderoso como para convertir a agentes enemigos a nuestra causa… Y ya no hablemos del pueblo llano… Bastaba con pasar al lado de la gente para transformarlos en perritos falderos y crear una turba furiosa a nuestro alrededor, y si como guinda podían acceder a armas ya era la hostia en verso.

… y la convertimos en una multitud enfurecida dispuesta a desafiar a las Fuerzas del Orden!

Si a eso le sumamos la posibilidad de interactuar con el escenario, subiéndonos a los coches y otros medios de transporte, entrando en los edificios, pudiendo afrontar la misión de distintas formas, con más o menos bajas (tanto civiles como enemigas) hacían de Syndicate algo único. Algo que perdura en la memoria de todo aquel que lo haya jugado.

¡VIVA LA PERSPECTIVA ISOMÉTRICA!

Solo me llevé una única decepción: tras superar la última misión y pintar todo el mapa del color de mi banda, una última misión realmente jodida donde nos encontrábamos asediados por una multitud de agentes enemigos, esperando un final a la altura del esfuerzo que me supuso completar el juego (especialmente esa última misión, ese punto en mitad del Atlántico que pensé que era una espece de Rosa de los Vientos durante casi toda la partida) y solo recibir la misma cinemática que veíamos al cumplir nuestro objetivo enturbió un poco la sensación de triunfo que esperaba.

Este mapa debe mirarse haciendo risa de malo y acariciando un gato tumbado en el regazo

Pero eso no impedirá que acuda pronto a GOG y me haga con él para así volver a conquistar el mundo y recuerde que hubo un tiempo que me gustaba mucho jugar en ordenador y ¿sabes qué? Tú deberías hacer lo mismo…

Resident Evil 6 tiene un logo muy feo

Mi Pequeño Pony, ahora sí, en Skyrim