El diaro veraniego de Gamboi

Escrito por en Varios - 2 noviembre, 2011

Hola motherfocas. ¿Qué tal? Permítanme que me ponga un poco gilipollas: ¿andan ustedes por alguna playa paradisíaca del puto Caribe? ¿No? Yo estaré en una de ellas en unas pocas horas, tumbado bajo un sol de justicia, con un coco en la mano y una señora navaja para abrirlo y comérmelo bien a gustito. Quizás llueva un poco, pero la verdad es que en Martinica eso es lo de menos. De hecho, sentir el agua fría de la lluvia mientras te bañas en un mar calentito es la rehostia…

Puede que alguno de ustedes haya notado que no aparezco por aquí desde hace un tiempo. De hecho, unos cuantos estarán dando botes de alegría por ello, y les entiendo perfectamente. Hace unos cuantos meses, viendo cómo estaba el panorama en España, decidí largarme y venir a currar un año a una de las islas que Francia tiene repartidas por todo el mundo mediante un programa de profesorado del MEC. Nuestro sistema educativo apesta, pero hoygan, su órgano rector reparte becas a cascoporro, y lo cierto es que no pintan nada mal, juas.

El caso es que no he tenido mucho tiempo para escribir por diferentes problemas que no vienen al  caso y que inicialmente me  han amargado la existencia, pero creo que poco a poco volveré a coger el ritmo. Durante todo este tiempo, obviamente, también me he dedicado a catar varios jueguitos con los que amenizar mi oh glorioso y larguísimo verano.

Juegos de WC: Mega Man II y Tetris

El robot con menos psicomotricidad de la historia es el que ocupa mis señoras cagadas. La única consola que me he traído desde España es la Nintendo DS, y gracias a que es todo un maquinón a la hora de emular sistemas de 8-bits, puedo permitirme echar unas partidillas a este clásico atemporal. Ocasionalmente también le doy al eterno Tetris de Game Boy, quien está alargando mi estancia en el cuarto de baño considerablemente.

Juego de andar por casa: Bahamut Lagoon


Este battle RPG es uno de los cantos de sirena que Squaresoft dedicó a  Super Nintendo. Presenta buenas maneras, pero a las pocas horas de empezar se transforma en un truño infumable y pesado, muy pesado.

Juegos de playa: la  morralla gratuíta del Android Market

Al pillarme un contrato telefónico, el móvil más baratuno que me ofrecían era un Alcatel One Touch, cacharro con el que me he descargado unas pocas cagadillas gratuítas que ayudan a matar el tiempo. El único que me mantiene pegado un rato es la  demo de Robo Defense , un tower defense regulero que ayuda a matar el tiempo entre baño y baño.

Compras jueguiles: Cash Converters fuck yeah!

Como amante de lo retro que soy, al venir a Martinica no esperaba encontrar gran cosa en cuanto a juegos viejunos. Gracias a Cash Converters me equivoqué un poco. Al contrario que en las tiendas españolas de esta cadena, los precios  de los videojuegos antiguos no se han disparado desmesuradamente (¿títulos destrozados de Super Nintendo sin caja ni instrucciones por 20 €?, ¡sí, de puta madre!), por  lo que he empezado a aumentar la colección de mi recién adquirida Game Cube con Pikmin y Odama. Este último tiene una pinta bastante curiosota: mezcla estrategia con pinballs, y todo ello utilizando un micrófono para dar órdenes al juego. Lo malo es que no podré probarlo hasta mi vuelta a España.

Bonus track : los culos de las negras

Cuando vine a vivir al Caribe con mi novia, esperaba ver tropecientas negras despampanantes que me ayudarían a bajar un par de dioptrías de mi cegada vista… MEH. La mayoría de las martiniqueñas son feas, feas de cojones. Quizás sea porque no estoy acostumbrado a la forma de sus facciones, pero lo cierto es que no me tiran para nada. Con ello, hay que reconocer que los culacos que se estilan por aquí son de 10 (según baremo EPI). Hablando en plata, hay una  cantidad de culos planchacamisas increíble. “A falta de pan, buenas son galletas”.

DAT BLACK ASS

Mejor solo que mal acompañado

Cuando Bruce Willis fue la cobaya de Tony Hawk