Análisis C2C: Trollboarder

Escrito por en Análisis - 26 abril, 2011

Análisis C2C: Trollboarder

Si hay algo curioso en las plataformas de descarga es que vemos como conviven pacíficamente las grandes muestras de talento de pequeños estudios, joyas jugables que emanan HAMOR por los videojuegos en cada píxel, y la mayor ponzoña en forma de “videojuego”, ideas sobre las que me resulta difícil comprender como alguien ha podido perder su tiempo, su dinero y su creatividad en diseñar mierda como esa y además pretender sacar beneficios con ello. Trollboarder es un ejemplo clarísimo del segundo grupo.

Trollboarder es también mi primer (y muy posiblemente último) videojuego que descargo de DSiWare, plataforma que ha tenido el dudoso honor de sacar a WiiWare de la cola de las tiendas online de videojuego. Echar un vistazo rápido ha sido suficiente para darme cuenta que el catálogo está relleno de copias de los chinos de juegos que han hecho que la portátil de Nintendo sea conocida para el gran público (me refiero a los repudiados “jugadores casuals”): brains trainings, compilaciones de minijuegos , miles de Sudokus y títulos de cuidar niños y peinar ponies. Una pena, puesto que mi amada consola de doble pantalla ha demostrado que vale para cosas mucho mejores que esas.

Game and Watch
Cuando lo mejor que podemos encontrar en DSiWare son las maquinitas de hace 30 años, es que algo va mal

¿Qué tiene Trollboarder? Gracias a los blogs y los foros, los Trolls han pasado a ser algo entrañable (en El Píxel Ilustre nos gusta darles de comer bastante a menudo) y toda mención a Troll resulta casi graciosa. Pues en este juego manejamos a un Troll haciendo Snowboard. Fin del chiste. Fin de la gracia.

«Puedes coger la puerta y marcharte»

Y a partir de ahí, empieza el descenso a los abismos, porque hay demasiadas cosas malas en Trollboarder. Para empezar, durante el juego no se utiliza para nada la pantalla táctil. Diréis “Galious, ¿acaso importa eso? Hay muchos juegos buenos para Nintendo DS que no utilizan la pantalla táctil». Y tenéis razón, lo que no tiene sentido es que para los menús y dar a “Continuar” en el juego sí que necesitemos sacar el Stylus (o usar los dedacos) y darle a la pantalla en lugar de apretar cualquier botón. Son de esos detalles tontos, que parecen no tener importancia pero tocan los cojones.

Preparado para despeñarse

Y bueno. Empezamos el descenso… Vemos a Troll to wapo en la tabla, “CAPITULO I”. Debemos capturar cinco trasgos y nos darán 50 monedas, 25 más si realizamos 10 piruetas durante el camino. Vamos allá… Lo hacemos, cagándonos en la terrible cámara, dispuesta ahí para jodernos la vida y sin ninguna posibilidad de cambio por nuestra parte. Conseguido… “CAPÍTULO I” Entonces es cuando nos fijamos que escrito bajo el título está el número 75/500…

A mí también se me empezaban a poner rojos los cojones de tanto repetir lo mismo

Cada carrera nos dará 50 monedas si superamos el objetivo principal (recoger X monedas, capturar X trasgos o acabar en X minutos. Esa es toda la variedad) y 25 monedas si realizamos el desafío adicional (hacer X piruetas, atrapar X trasgos o encontrar X tesoros). Si tenemos en cuenta que las monedas que cojamos durante el juego no aumentan ese contador, sacando la calculadora, vemos que será necesario repetir el slalom como mínimo 7 veces. Vamos a por ello. Que se note que es un análisis C2C.

Cambiar de escenario no lo hace más divertido

Y lo hacemos, porque Galious es un valiente y tiene el hígado curtido de jugar con mierdas. Llegamos al Capítulo 2… 1.000 monedas. Eso son quince veces… Por lo menos se ha añadido un escenario distinto y ahora hay enanitos empujando vagonetas. Vamos a echarle huevos. Capítulo 3… 3.000 monedas… mínimo 40 veces… Va a seguir jugando a Trollboarder su puta madre…

Estoy seguro que NADIE ha pasado del Capítulo III

Porque no es solo repetir una y otra vez lo mismo. Trollboarder es de esas pequeñas torturas jugables. Además de la horrorosa cámara, hacer saltos y piruetas (la base de cualquier juego de snowboard o saltitos) no es divertido, el control mediante pad y botones es terriblemente poco preciso y el sistema de colisiones con elementos del escenario y el suelo es terriblemente aleatorio, con piñazos inesperados cada dos por tres excepto cuando nos lo veíamos venir. Un auténtico despropósito en todos los sentidos que no merece la pena ser jugado por absolutamente nadie.

La misma foto. La misma sensación

 

La única cosa buena que podría decir de este Trollboarder es que por lo menos han tenido la decencia de no sacarlo en formato físico, que los juegos en formato descargable apestan como un pedo y su hedor se lo lleva el viento y por lo menos no queda apestando en la estantería ni lo ves como «Seminuevo» en el GAME de tu barrio por solo 15,95 €. Esperemos que este título desaparezca pronto entre la maraña de copias de Brain Academy y 101 juegos de siempre que habitan en DSiWare y nunca nadie más hable de este juego. Jamás.

Anonymous sabotea el Club Nintendo

Risen 2 pinta cada vez mejor