Tifa son dos de los motivos

10 motivos para amar: Final Fantasy VII

Escrito por en Artículos - 21 febrero, 2011

Algunos lo recordaréis y otros no, pero hace ya casi un año el señor Galious nos sorprendió con un artículo titulado «10 motivos para odiar: Final Fantasy VII«, con el que consiguió trolear a muchos de vosotros. Hoy ha llegado el día en que un servidor se tomará la revancha. Utilizando los mismos puntos que él, voy a daros diez buenas razones por las que Final Fantasy VII es un juego amoroso donde los haya. Seguramente no el mejor de la historia y posiblemente ni siquiera el mejor de la saga, pero sí un excelente título que algunos de nosotros conservamos y conservaremos en el corazón durante mucho tiempo.

1. Gráficos
Los modelados de los personajes en Final Fantasy VII son bastante peculiares, de eso no hay duda. Tanto es así que las el diseño de las pociones cuando las vemos sueltas por el escenario, es exactamente igual al de los brazos de nuestro protagonista. ¿Quiere esto decir que sean malos u ofensivos? Para nada. Todo lo contrario, el hecho de pasar la mayor parte del tiempo viendo a nuestros personajes representados como una serie de «muñecajos super deformed«, le da todo el carisma del que, por ejemplo, carecía Final Fantasy VIII. Los gráficos serán peores, pero esos ojos de papel recortados y pegados sobre el enorme polígono que es el cabezón de Cloud no se olvidan. Y eso amigos, es lo que cuenta.

2. Argumento
A ver, Final Fantasy VII es, como su nombre indica, un Final Fantasy. ¿Qué supone esto a nivel argumental? Varias cosas. Para empezar tenemos que salvar el mundo sí o sí, para continuar debemos tener un jefe final malísimo al que derrotar justo antes de salvar al mundo, y para terminar necesitamos suficiente material para rellenar un mínimo de cuarenta horas. Teniendo en cuenta esta base sobre la que parten los guionistas, lo que nos encontramos no está nada mal… aunque evidentemente no le voy a desmenuzar el argumento a nadie. Sólo diré, eso sí, que los giros de guión no sólo no son tan descabellados, sino que además aportan la tensión necesaria para que el juego sea tan adictivo como es.

3. Traducción
Meterse con la traducción de Final Fantasy VII es muy fácil porque, como todos sabemos, es muy mala. Esto es así, no tiene defensa posible. David Carillo, el señor que perpetró semejante basura y cobró por ello, todavía estará ardiendo en el infierno con razón. Dicho esto, si echamos la vista atrás y tiramos de memoria, recordaremos que allá por 1997 no era tan poco común eso que hoy está muy mal visto de recibir juegos sin traducir; y los pocos que llegaban en español lo hacían como lo hacían… ¿o es que ya no nos acordamos de, por ejemplo, la traducción de Suikoden 2? ¿O de que Suikoden 1 o Vandal Hearts no llegaron ni traducidos?

4. Coherencia
En Final Fantasy VII hace más daño pegar una hostia que un disparo, sí. ¿Y qué? En el universo de Final Fantasy hay cientos de monstruos campando a sus anchas por el campo, cañones del tamaño de transatlánticos adosados a ciudades, fuentes de energía que merman la vida del planeta, magia de todos tipos y colores… ¡incluso dioses de distintas mitologías metidos dentro de piedras de color rojo! ¿Cómo cojones vamos a pedir coherencia en algo como el daño de las armas de fuego y las espadas? El mundo de Final Fantasy VII es heterogéneo y poco coherente con todo, y eso es precisamente uno de sus puntos fuertes.

5. Minijuegos
A Final Fantasy VII se le pueden echar muchas cosas en cara, pero desde luego, los minijuegos no son una de ellas. Sólo por la recreativa del Snowboard ya merece la pena ir al Gold Saucer a pasar las horas muertas. Joder, el maldito minijuego era tan divertido que el resto de personajes de tu grupo te pedían jugar cada cierto tiempo. Qué demonios, incluso máquinas tan tontas como la del baloncesto o la de los pulsos seguro que nos han entretenido durante un buen rato. ¿Es malo un minijuego cuando puedes jugarlo a voluntad y lo haces? No lo creo.

6. Cait Sith
En su artículo Galious se quejó especialmente de Cait Sith, al que odia lo suficiente como para dedicarle un punto propio. Para mí, sin embargo, Cait Sith no es más que la extensión -graciosa, eso sí- de Reeve. ¿Y quién es Reeve? Los que tengan mejor memoria o hayan jugado recientemente a Final Fantasy VII sabrán que Reeve es el único ejecutivo sensato de Shinra y la persona que maneja -literalmente-a Cait Sith. Tampoco voy a incidir demasiado sobre su intrahistoria porque para ello tenéis la wikia del juego, pero sí diré que Reeve/Cait Sith aporta un excelente contraste tanto en la organización Shinra como en el grupo de Cloud.

7. Primeras horas
Las primeras horas de Final Fantasy VII no sólo no son soporíferas, sino que resultan absolutamente deliciosas. La primera vez que te pones a los mandos de Cloud sientes que estás ante algo grande. Nada más comenzar la aventura te enteras de que eres un antiguo soldado de élite metido a terrorista/mercenario con conciencia, que lucha contra un gobierno opresor mientras se liga a camareras de bar y jardineras por igual. Si eso no es el mejor comienzo posible para un videojuego no sé qué cojones lo es. ¿Pegar puñaladas traperas con un asesino de pacotilla con perilla?

8. Muerte de Aeris
La muerte de Aeris es, sin discusión, uno de los momentos más emotivos de la historia de los videojuegos. ¿Por qué? Por muchos motivos: porque estaba recreada con una escena de vídeo que, por entonces, era alucinante; porque va acompañada de una banda sonora sobrecogedora, porque a esas alturas Aeris ya era parte activa de nuestro grupo y, sobre todo, porque el que más y el que menos era joven y no había visto algo así en un videojuego nunca (o casi nunca). Algunos dirán que matar a un personaje principal siempre es un recurso fácil para dotar de falsa emotividad a una historia. Yo, sin embargo, diré que hacen falta huevos para hacerlo. Y los chicos de Square lo hicieron a lo grande.

9. Propicia Final Fantasy VIII
Otra de las quejas de Galious fue que el éxito de Final Fantasy VII propició Final Fantasy VIII. Y si bien estoy de acuerdo en que la octava iteración de la saga interminable es un truño de proporciones colosales, no estoy de acuerdo en que su predecesor tuviese nada que ver con ello. Final Fantasy VIII hubiese salido tal cual es pasase lo que pasase, y buena prueba de ello es el anunciado Final Fantasy XIII-2. A Square se la pela lo que piense el público, ellos sacan los juegos que les salen de los cojones. Punto.

10. Hype por el remake
Todavía hay esperanza por ver un remake de Final Fantasy VII, algo que sería muy positivo no para nosotros, los que ya hemos disfrutado del juego, sino para las nuevas generaciones que podrían disfrutar de esta maravilla. ¡Que jueguen al original! -clamarán los más puristas. Lamentablemente hoy en día es prácticamente imposible que un joven que no ha vivido el apogeo de la primera Playstation se pueda sentar a jugarlo sin prejuicios. Así que bajo mi punto de vista, un lavado de cara con modelos más detallados (pero conservando el super deformed), escenarios en alta definición y banda sonora remasterizada, acercarían esta gran obra maestra a un público que piensa en Lighting, Snow y compañía cuando escuchan «Final Fantasy».

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