Análisis: Demon Hunter - The Return of the Wings

Escrito por en Análisis - 4 noviembre, 2010

Todavía no sé muy bien por qué demonios lo compré. No sé si fueron las capturas de pantalla, que mostraban un clon de Castlevania bastante atractivo; los ochenta céntimos de precio de entrada, o el estilo «anime emo» que en el fondo todavía me pone un poquito. No sé qué coño fue, pero me decidí a pasar por caja. Total, por ese precio lo más que me voy a comprar es un café, no hay pérdida posible – pensé. Cuan equivocado estaba.

Demon Hunter – The Return of the Wings no sólo ha conseguido que me arrepienta por primera vez de comprar un juego de iPhone, sino que ha conseguido hacerme sentir verdaderamente mal por invertir tiempo jugándolo (o intentando). Para empezar, y aunque sea lo de menos, la traducción inglesa es atroz. Es decir, se entiende, puedes comprender el mensaje que intentan transmitirte el resto de personajes, pero las faltas ortográficas son tan obscenas que da auténtica vergüenza ajena pensar que alguien ha recibido dinero por hacer semejante chapuza. Vale que el juego sea coreano, pero joder, digo yo que algún traductor decente de coreano habrá en el mundo. Pero bueno, en cualquier caso es algo perdonable.

Lo que no es perdonable es que durante los diez primeros minutos de juego lo único que haces es leer un diálogo (mal escrito) de mierda, que te cuenta una historia de mierda, sobre unos personajes que aparecen literalmente de la nada. Cuando por fin terminas de ver todo el prólogo, que como digo no es tarea fácil, todavía tienes que seguir leyendo un poco más, porque hay un montón de personajes que también tienen cosas que decirle al protagonista. Así que estás durante otros diez minutos leyendo toda la basura (mal escrita) que tienen que decirte.

Al final, tras veinte minutos de aburrimiento, consigues salir al mapa a repartir algo de estopa al más puro estilo Castlevania. Sólo que no y además tampoco, porque los controles son una puta basura inmunda imposible de manejar. Los botones, que en las capturas parecen bastante pequeños, lo son aún más. Moverse y atacar al mismo tiempo es imposible sin estar levantando los dedos de la pantalla cada dos por tres para ver dónde los tienes puestos exactamente, ya que si los tienes un milímetro más a un lado no te detectará la pulsación. ¿Qué supone esto? Pues que los enemigos te atizarán de vez en cuando sencillamente porque no estás pulsando ningún botón. Cojonudo.

Después está el tema del desarrollo del personaje, que bueno, pese a ser muy sencillo no está mal. Lo que está mal, rematadamente mal, es el empleo de las habilidades especiales (lo que aparece en los bordes de las capturas). Resulta físicamente imposible pulsar ninguna de ellas sin tener que, de nuevo, mirar donde colocas los dedos durante un combate. Algo que te garantiza, como ya he dicho, un buen par de hostias por parte de los enemigos. Y si tenemos en cuenta que el espadazo normal suele hacer retroceder ligeramente a un enemigo, al final resulta mucho más útil y rentable darles golpes sencillos.

Lamentablemente, si el sistema de combate es malo de cojones, el movimiento del personaje por el mapa no es mucho mejor. De hecho, me aventuraría a decir que es lo peor que he probado nunca en mi querido iPhone (y eso que he jugado a muchas mierdas gratuitas). Pasar de una plataforma a otra es, literalmente, una odisea. Qué coño una odisea, es ¡LA PUTA ODISEA DE HOMERO! Y eso que nuestro protagonista es capaz de hacer doble salto desde el principio. Pero es que ni por esas. El movimiento del personaje es desastroso a todos los niveles, y la única forma de empeorarlo más sería obligarte a jugarlo con los pulgares rotos.

Para más inri, esta pedazo de basura incorpora un sistema de micropagos con el que podemos compararnos un montón de basura ingame. La mera idea de que alguien haga semejante atrocidad en un juego como este hace que me ponga de mala hostia. Pero bueno, supongo que si eres tan capullo como para hacerlo, te lo mereces. Así que la conclusión, por si no ha quedado clara, es que debéis huir de esta ponzoña a toda costa. Es, de largo, el peor clon de Castlevania que he tenido la desgracia de jugar.

Elf Bowling: THE MOVIE

UPC, cantera de talentos