Análisis: Fruit Ninja

Fruit Ninja es un juego sobre cortar fruta. Y cuando digo fruta no me refiero a una raza de alienígenas o seres de ultratumba con ganas de comerte el higadillo, no. Cuando digo fruta quiero decir sandías, peras, manzanas, kiwis, piñas, fresas, etc. Es decir, fruta de la que se come. Y nuestro objetivo, como ya he dicho, es cortarla. A la fruta. Que recordemos es sólo fruta. Con sus pepitas, sus hilillos, sus pieles y demás cosas indeseables, pero sólo fruta.

¡MIRA MI HUEVO!

Como posiblemente sepáis o imaginéis, la mecánica casi minimalista de Fruit Ninja consiste en deslizar el dedo por la pantalla a medida que van saliendo frutas para cortarlas. Los pequeños detalles que completan esta peculiar experiencia son las bombas, que volarán por la pantalla al igual que las frutas y supondrán un «game over» instantáneo si las cortamos; los combos, que nos darán unos cuantos puntos más si cortamos tres o más frutas de un mismo tajo; y los críticos, que son completamente aleatorios pero de vez en cuando nos darán +10 puntos. Y ya está, no hay más. El juego se reduce a cortar frutas y bombas durante no más de tres o cuatro minutos, algo en lo que por desgracia, Pix’n Love Rush es infinitamente superior. Y por el mismo precio: ochenta céntimos.

Os prometo que me encantaría extenderme un par de párrafos más escribiendo sobre… cualquier cosa. Lamentablemente Fruit Ninja no tiene donde rascar. Unos cuantos escenarios diferentes en los que descuartizar fruta, varios colorines adicionales para cuando deslizamos el dedo por la pantalla, y un modo de juego aburrido de cojones en el que no hay bombas, ni tensión, ni diversión ni nada. Así que si tenéis los dedos como cipotes y un montón de problemas con la mayoría del catálogo de la Appstore, dadle una oportunidad: os entretendrá en tandas de tres a cinco minutos mientras pegáis pollazos en la pantalla.