Míticos plataformas de la Mega Drive

Escrito por en Artículos - 12 enero, 2010

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Hace 15 años las plataformas eran sinónimo de calidad, de juego bien hecho, entretenido y que no defrauda. Hoy en día, aparte del enano gordo fontanero, poquitos son los representantes que siguen recordando al mundo la grandeza de este tipo de juegos. Al mismo tiempo empiezan a salir a la luz revisiones con nuevos gráficos de ilustres juegos del pasado, como es el caso de Toki o Rocket Knight Adventures. Esto no está mal, según como se mire, pero nada como ponerle las manos encima a los originales, por eso es el momento de reivindicar este sagrado género recordando algunos de los mejores plataformas que aparecieron en la 16 Bits de SEGA.

Los Sonic

Todos y cada uno de los Sonic que aparecieron en la consola rebosan calidad. Cada uno de nosotros tendremos nuestro favorito, pero no cabe duda de que gozamos con los juegos del erizo azul como enanos. La fórmula era sencilla: Velocidad, una genial elaboración de los niveles y una banda sonora de ensueño. Ya es hora de que la mascota de SEGA vuelva por la puerta grande, y tanto tú querido e ilustre lector, como yo, sabemos que es lo que hay que hacer.

Ristar

Otro juegazo de la compañía nipona con un protagonista cuyas cualidades daban un toque diferente al resto de plataformas. Apareció en los últimos coletazos de vida de la consola, por lo que gozó de un sensacional apartado gráfico. Al mismo tiempo, aprovechando las distintas posibilidades de esta elástica estrella se innovó un poco en la manera de acabar con los enemigos de final de fase y solventar algunas partes. Al contrario que Sonic y otros compañeros de trabajo, Ristar no protagonizó ninguna secuela, motivo por el cual quizás no tenga el mismo carisma de otros, a pesar de habernos brindado un juegazo.

Dynamite Headdy

Juego de culto de compañía de culto. De la mano de la maravillosa Treasure nos llegó en exclusiva a Mega Drive uno de los más delirantes y surreales plataformas que se puedan recordar. Con unos enemigos de final de fase muy bizarros y unos escenarios muy variados y coloridos, nuestro amarillo protagonista supo ganarse a la crítica del momento con un juego distinto y fresco. Headdy era capaz de usar su cabeza de múltiples maneras, siendo vital el saber que uso darle para acabar con según que enemigos. De lo mejorcito del momento y un juego que ha envejecido muy bien con el tiempo.

DynamiteHeaddy

Boogerman

Interplay se sacó de la manga un asqueroso anti-héroe que de no ser por sus maneras para abrirse paso por la aventura hubiese triunfado menos que la cherry coke. Boogerman era un tío repugnante que acababa con las amenazas a base de ventosidades, mocos, escupitajos y demás lindezas. Original, de eso no cabe duda, y además contaba con un buen apartado técnico, una dificultad bien ajustada y unos diseños realmente currados para la idea del cartucho. Inolvidable.

Cool Spot

Como su propio nombre indica era un chulesco punto rojo que según sus diseñadores provenía del logo de 7 up. Un genial plataformas donde destacaban las animaciones y los gráficos de los escenarios. Más de uno se quejó por su dificultad, y es que realmente era un hueso duro de roer al que había que dedicarle tiempo y paciencia. Aún así valía mucho la pena. Virgin lo sabía, y por eso le dedicó una secuela con vista isométrica que a mí gusto no cuajó tanto como el original.

Juegos protagonizados por Mickey

Hubo tres juegos protagonizados por Mickey Mouse que se alzaron hasta lo más alto. El primero de ellos, Castle of Illusion, era un sensacional plataforma con un bonito apartado gráfico que transmitía toda la magia de Disney. En World of Illusion, ya con Donald como compañero y modo cooperativo para dos jugadores, pudimos retornar a ese mundo de fantasía en un juego que mejoraba técnicamente al anterior, aunque quizás pelín facilón. Con Mickey Mania llegó la explosión, y es que se trataba de un juego mimadísimo que además servía de biografía. Iríamos recorriendo las distintas películas de Mickey con una jugabilidad y unos gráficos cojonudos, a la par que una dificultad considerable.

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Marko´s Magic Football

Marko era un chaval obsesionado con el fútbol, y en este juego nuestro único acompañante era el balón. Debío tomarse muy en serio los consejos de Oliver Aton y decidió no separarse nunca del esférico. A golpe de balonazo avanzaríamos por unos escenarios llenos de trampas y enemigos. Distintas habilidades y una cualidades discretas pero acertadas lo transformaron en un juego que seguramente pasó bastante desapercibido, pero que en el fondo era una interesante propuesta para el género.

Tiny Toon adventures: Buster´s Hidden Treasure

Konami acertó de lleno con este juegazo, y es que aparte de lucir un genial apartado gráfico y contar con una pegadiza banda sonora arrancada de la serie de televisión, el cartucho guardaba ciertos puntos en común con los Sonic. En lugar de anillos recogeríamos zanahorias, y nuestro protagonista el conejo corría de la misma forma cuando alcanzábamos cierta velocidad. Muelles, resortes y algún que otro enemigo final bastante parecido levantaron ciertas críticas de plagio, pero este Tiny Toon tenía bastante calidad como para valerse por si mismo. Además era largo y con una gran variedad de niveles.

Tazmania

Seguimos con personajes de la Warner, en este caso el desquiciado diablo de Tazmania. Su primer juego en la consola de SEGA estaba realmente adelantado a su época (1992), con unos escenarios bien cuidados que transmitían las sensaciones del dibujo animado. Un juego muy simpático, al igual que su protagonista.

Rocket Knight Adventure

Esta pequeña zarigüella enfundada en una armadura protagonizó uno de los plataformas que más repercusión tuvieron en los 16 Bits. La responsable era de nuevo Konami, que hizo un genial trabajo en todos los aspectos y catapultó la aventura de este animalito a los primeros puestos de ventas de la época. El éxito fue tal que llegó a aparecer una secuela: Sparkster, también un genial juego, pero sin el carisma de la primera entrega. Konami ha anunciado recientemente un remake en HD, veremos si vale la pena.

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Capitán Havoc

Otro ejemplo de plataformas incomprendido y poco atendido. Capitán Havoc nos transportaba a una historia de piratas de las de toda la vida con un protagonista que era una… ¿Foca? no se realmente que cojones era, pero el juego me gustaba bastante. Codemaster  hizo su particular apuesta en el género con esta aventura en la que teníamos que acabar con el típico pirata barbudo chungo y librar a los demás de su tiranía. Colorido, difícil y bastante adictivo.

Donald in Maui Mallard

Con tanto juego made in Disney va a parecer que soy un marica fan de Winnie de Pooh, pero señores, muchos de los juegos de esa compañía eran auténticos regalazos para los fans del género. Si ya en los primeros años de vida de la consola nos encantó Quackshot, Donald in Maui Mallard supuso el despiporre total. Recuerdo unas fases en las que tenías que comerte la olla con las distintas habilidades del pato, que se vestía de una especie de Ninja e iba desfasando, como siempre. Como iba siendo tónica habitual en los juegos pertenecientes al universo Diseny, nos encontraríamos con unas animaciones muy curradas.

Chuck Rock

Clasicazo donde los haya. En un mundo prehistórico, nuestro primitivo personaje tenía que abrirse paso por junglas y verdes parajes poblados de toda serie de animalicos. El diseño de paleto que le dieron al Chuck es genial, así como los efectos de sonido y las rayantes melodías. Más tarde apareció una secuela protagonizada por su hijo, mejor en el apartado técnico pero no tan grande como este Chuck Rock.

chuckrock

Toki

Si hablamos de plataformas prehistóricos tampoco podemos pasar por alto a Toki, un mitiquísimo cartucho en el que ayudábamos a un estúpido mono a acabar con la tiranía de otros simios malvados (parece que no pero la historia mola). La maldición de un mago/cucaracha transformaría a un humano en mono después de raptar a su amada, y aquí empezaba el tinglao. Podíamos vencer a los malosos saltando sobre ellos o disparándole bolas con nuestra boca -potenciadores incluídos-. Divertidísimo, y otro remake en breve.

Aladdin

No siempre ha existido la premisa de que un juego basado en   una película tiene que ser forzosamente malo. En la generación que estamos tratando aparecieron grandes adaptaciones, las mejores, vuelvo y repito, las del universo Disney. El Rey León fue un juegazo, pero si había otro que lo podía superar ese era Aladdin. Espectaculares gráficos y animaciones, gran jugabilidad, fases entretenidas, míticas pruebas de bonus, banda sonora acorde y entretenimiento, mucho entretenimiento.

Kid Chameleon

Difícil como su madre pero con un nosequé que a día de hoy sigue despertando la admiración de un gran número de seguidores. El chulesco protagonista era capaz de adquirir distintos disfraces, cada uno con una habilidad determinada, gracias a los cuales era posible avanzar dentro de un nivel o derrotar a algunos enemigos. Son muchos los que hablan de él como el mejor juego de la consola. Yo no lo veo como tal, pero si lo veo como un juego con una gran personalidad y carisma, a pesar de tomar prestadas algunas ideas de, sin ir más lejos, Super Mario Bros.

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Portada mítica

Y aquí acabo este pequeño homenaje a algunos de los plataformas que más disfrute en la mejor consola del planeta, la SEGA Mega Drive. La verdad es que no están todos los que son. Atrás me dejo algunos como Bubsy, Wonder Boy, Chiki Chiki Boys, Vectorman, Alex Kidd , Earth Worm Jim, Gunstar Heroes y seguro que muchos más, ya que la salud de la que hacía gala el género era admirable y habían un porronazo de cartuchos de este tipo. ¿Qué otros plataformas míticos de esta consola pensáis que merecen ser recordados?

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