¿Alguna vez os habéis preguntado cómo sería estar casado con una zombi o una rana? ¿Os gustaría masacrar miles y miles de hadas, enanitos, campesinos y demás escoria indeseable? ¿Pelear contra tortugas gigantes, krakens y dragones de diversos colores es vuestro rollo? Entonces seguid leyendo porque King’s Bounty: The Legend ofrece todo eso y mucho, muchísimo más.

Análisis: King’s Bounty: The Legend

Escrito por en Análisis - 24 octubre, 2008


¿Alguna vez os habéis preguntado cómo sería estar casado con una zombi o una rana? ¿Os gustaría masacrar miles y miles de hadas, enanitos, campesinos y demás escoria indeseable? ¿Pelear contra tortugas gigantes, krakens y dragones de diversos colores es vuestro rollo? Entonces seguid leyendo porque King’s Bounty: The Legend ofrece todo eso y mucho, muchísimo más.

¿De qué va esto?
A ver, para que nos entendamos todos, la mecánica de juego de King’s Bounty: The Legend es muy similar a la de la saga “Heroes of Might & Magic”. Tú, un héroe que no se baja del caballo ni para cagar, viaja por un mapa infestado de enemigos traicioneros y tesoros escondidos. Para tu viaje llevas una espada, un escudo y un enorme ejercito que lucha y muere por ti, al fin y al cabo eso de pegar espadazos es para la plebe. Así, con tu corcel, tu espada, tu escudo y tu ejército, tendrás que resolver los estúpidos problemas que todo el mundo te encargue resolver, al tiempo que ganas algo de oro, objetos mágicos y mujeres… que nunca están de más. Las principales diferencias con los juegos de la saga Heroes es que no tenemos que gestionar nuestro castillo, no podemos coger recursos y el movimiento por el mapa no va por turnos, es decir, no tendremos que esperar a que la CPU termine su movimiento y podremos huir cobardemente de nuestros enemigos nada más verlos en el mapa. Huelga decir que una vez entablemos combate, cada unidad atacará por turnos ordenados según su iniciativa y nuestro rol se reducirá a lanzar hechizos y aportar bonificadores a nuestras tropas. Sí, supongo que no hacía falta decirlo, pero por si acaso.


Sí, sí, pero ¿de qué va esto?
Vale, ahora que hemos dejado claro cómo funciona, pasemos a hablar de la propia historia del juego. Elijamos al héroe que elijamos (mago, paladín o guerrero), nuestro trabajo siempre será el mismo: “Buscador de Tesoros Real”, que aunque pueda sonar a trabajo chorra, resulta que lo es y mucho. Así, nuestro Rey nos irá encomendando misiones que empezarán siendo tan nimias como recuperar el dinero de los impuestos y terminarán siendo tan importantes como llevar tratados de paz a enanos y elfos. No obstante, la gracia del juego no está en sus misiones principales, sino en las llamadas “subquests”, que nos harán protagonizar algunas situaciones realmente memorables. Recuperar todos los huesos del cuerpo de una calavera parlante, arrancarle una muela a un dragón negro o alimentar a un extraño dios de los pantanos son sólo algunos de los ejemplos más hilarantes que nos encontraremos a lo largo de la aventura. Claro que también habrá que vengar espíritus atormentados, hacer de mensajero o recuperar objetos perdidos, pero a este tipo de tareas estamos más acostumbrados. No puedo cerrar este apartado sin mencionar que muchas misiones se pueden resolver de dos maneras distintas, y de nuestras elecciones dependerá, por ejemplo, terminar casado con una mujer o con otra.

Muy bien… ¿y es entretenido?
Hace no demasiado tiempo os comenté que la saga Heroes of Might & Magic me encantaba en su vertiente multiplayer, pero la detestaba en el modo campaña, el cual me parece tedioso a más no poder. King’s Bounty: The Legend es todo lo contrario, primero, no tiene multiplayer y segundo, su modo campaña es tan adictivo que me lo pasé en nivel normal (unas 40 horas) y enseguida lo hice en nivel difícil (otras 40 horas). Y es que ya sea por aquello de terminar una misión, librar una batalla más o subir al siguiente nivel, siempre encuentras un buen motivo para jugar cinco minutos más. Además, el planteamiento de las batallas está muchísimo mejor diseñado que en la saga Heroes, y factores tan diversos como el tipo de terreno o si es de día o de noche pueden ser cruciales en una contienda igualada. Por otro lado está la personalización del heroe, que con sus tres árboles de habilidades y la cantidad de objetos equipables, se convierte en un punto muy a tener en cuenta en los momentos previos a la batalla. Otro factor que influye en las batallas es la esposa (y los hijos si los hay) que tengamos, dándonos diversos bonus al ataque, defensa o liderazgo. Sí, suena lol, pero mola. No puedo terminar este apartado sobre la jugabilidad, sin mencionar la enorme cantidad de tropas que podemos y debemos poner a nuestro servicio. Y es que gracias a que las unidades que podemos comprar son finitas, al final del juego lo más probable es que hayamos probado docenas de criaturas diferentes.

¿Y técnicamente qué tal anda?
Los gráficos tanto fuera como dentro de las batallas son una delicia. El diseño de los personajes y los monstruos es muy bueno… con la salvedad de los tres protagonistas, que resultan francamente “gayers”. La optimización es cojonuda, en un AMD 3500 tira sin problemas con casi todo a tope. La banda sonora es tan buena o mejor que la de los “Heroes”, que han sido tradicionalmente muy buenas. Y las voces… no son, porque no hay ninguna. En definitiva y resumiendo (que me estoy alargando demasiado), el juego es técnicamente impecable, con unos tiempos de carga muy breves tanto al cambiar de mapa como al cargar la partida (esto se agradece mucho) y una sensación constante de estar ante un juego bien pulido.

Conclusión
King’s Bounty: The Legend es el mejor RPG con tintes de estrategia que he jugado nunca… y he jugado a unos cuantos. Punto. Y recordad que esta es mi valoración subjetiva. Pero en cualquier caso, es la valoración subjetiva de alguien que se ha jugado casi toda la saga Heroes y montones de RPGs.

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