Análisis: Henry Hatsworth en la aventura rompecabezas

Escrito por en Análisis - 22 octubre, 2012

Análisis: Henry Hatsworth en la aventura rompecabezas

Me gusta lo british. Debo confesar que soy un fiel admirador del humor típicamente british donde la irreverencia, el sarcasmo y la ironía brillan en el firmamento. Pero no solo esto me gusta de Reino Unido. Joder, me gustan tantas cosas british que sería difícil enumerarlas dado el tremendo tamaño de la lista. Hay tantas series, películas y personajes de estas tierras que me encandilan que ahora mismo lo único que puedo hacer es tomarme un té Lord Nelson (que realmente se hace en Alemanía, bendita ironía) mientras escribo esto. Bueno, también puedo hacer otra cosa.

Dado que podría tirarme muchas horas de mi vida explicándoos lo mucho que me gusta Reino Unido, lo que si puedo hacer es daros una lista de las cosas que más me hacen chiribitas en los ojos dentro de la cultura de las islas británicas:


Los auténticos genios del humor


Moore, like a boss


Por decir uno de los grupos british que me tocan la patata

Lucy Pinder
Lucy Pinder, mujer educada y con buen saber estar

Si algo sacamos de claro en mis peculiares elecciones es que tengo el gusto variado. Pero eso es lo que te permite la tierra de la Union Jack, hay cabida para todo. Y en una tierra con tanta variedad es normal que la figura del gentleman destaque por encima de todo. Oh, el clásico gentleman británico. Bombín, traje elegante, monóculo, bastón y un bigote a ser posible. Hombres que ya empiezan a escasear en un mundo donde los güidos, las musculocas y los gordopeceros intentan dominar el globo pero que DreamRift (en su momento EA Tiburon) pretende que no olvidemos con su ilustrísimo título, Henry Hatsworth en la aventura rompecabezas (Henry Hatsworth in the Puzzling Adventure).

El videojuego de Nintendo DS es uno de esos títulos que difícilmente puedes olvidar si lo has catado. Tiene un aspecto jugable que combina las plataformas clásicas con el puzle con una sinergia bastante poco habitual en este tipo de juegos ya que los enemigos que derrotemos en la pantalla de arriba pasarán al puzle de la pantalla inferior para que deshagamos de ellos con un sistema parecido al visto en Meteos (otro imprescindible de Nintendo DS) aunque de manera bastante más sencilla. Éste es solo uno de los aspectos que hacen de Henry Hatsworth un imprescindible ya que el título ofrece mucho más. Vaya que sí.

Lo que recordarás siempre que pienses en las aventuras del amigo Henry es en el carisma que desprende el cartucho. El aroma a la época gloriosa de las plataformas en dos dimensiones siempre está presente en el devenir del aventurero —y más con la alta dificultad propia de la old school que tiene el jueguico— así como una multitud de guiños y gags que son imborrables en la memoria. El humor presente en todo el juego nos sacará más de una sonrisa y la aparición de unos secundarios de lujo no hace más que agudizar esta sensación. El combate con Lance Banson es uno de esos momentos que cualquier videojuego querría tener.

Y el Tea Time. Ay. El Tea Time es una suerte de power up que nos convierte en un gran robot dispuesto a hacer trizas al enemigo gracias al poder de la sacra hora del té. Podría ser un power up más como la seta en cualquier Mario pero el poder más british de todos los tiempos visto en un videojuego es grande gracias a la forma en la que te cuenta la adquisición del mismo. Esa charla con el resto de caballeros ingleses, ese cambio abrupto en la melodía hacia guitarras más rockeras y ese meteórico ascenso con la Union Jack de fondo es todo un principio de intenciones. Es un detalle, claro que sí, pero son esas pequeñas cosas las que hacen que Henry Hatsworth se quede en nuestros más queridos recuerdos. Sí, ese trozo de nuestra memoria en el que habitan Christina Hendricks, Samantha Fox y Sonic. Los nintenderos no pueden hablar de estas cosas ya que no tienen recuerdos porque siempre juegan al mismo título una y otra vez (distintos Marios, mismo collar), pero esa es otra historia.

El apartado gráfico y sonoro de Henry Hatsworth en la aventura rompecabezas ayuda bastante ya que, como he repetido, nuestra memoria viajará indiscriminadamente al pasado mientras jugamos a la portátil, a esos tiempos de pan con nocilla. Píxeles y colorido por doquier, amén de un diseño de escenarios bastante bonico. No hay chiptune, no, pero la selección musical es variada y nunca nos cansará.

No nos encontramos ante un gran título de plataformas ya que no innova y camina sobre seguro. El puzle de la pantalla inferior es más bien ramplón aunque se agradece que alguna compañía intente buscarle utilidad a la olvidada pantalla táctil. Pero joder, Henry Hatsworth en la aventura rompecabezas tiene todos los elementos para triunfar gracias a las cualidades antes descritas. Uno de los títulos más ilustres que ha parido el sector videojueguil en los últimos años y una apuesta segura si quieres disfrutar con la célebre portátil ya casi olvidada por las tres dimensiones de su hermana mayor. Si el protagonista tuviera un sombrero de copa lo nombrábamos «juego hijo del ilustrismo» a la voz de ya pero el bombín no le desmerece en absoluto. Es más, sombrero de esas características lo tiene el malo maloso de turno así que no hay mal que por bien no venga.

Ya saben gentlemen, es tea time.

nota henry hatsworth

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