Análisis: Dragon Ball Origins 2

Escrito por en Análisis - 30 julio, 2010

Dragon Ball Z apesta. Perdí todo el interés por el anime desde los aburridísimos episodios de relleno durante el combate contra Freezer en el planeta Namek, esos escasos minutos antes de que el planeta explotara que se transformaron en horas y horas de episodios vacíos de contenido. Y apesta aún más ahora, cuando han pasado casi 15 años de la emisión del último episodio (por supuesto que ese engendro llamado Dragon Ball GT no cuenta) y Bandai se empeña en sacar cada año un juego de lucha mediocre, con cientos de personajes, siempre los mismos (por lo menos en el FIFA o el Pro se dignan a cambiar los jugadores), corrompiendo la memoria de Songoku y su pandilla. Es por eso que Dragon Ball Origins 2 es el mejor juego de Dragonball que podemos encontrar en el mercado.

Goku niño >>> Supersayanos. Sé que muchos me etiquetaran de blasfemo por esas afirmaciones en los comentarios pero, a pesar de que viví la serie y todo su auge de primera mano, con los cromos originales, los piratas, las gomas de borrar que regalaban con las Matutano y los primeros cartuchos (de importación, no había otra forma) de Super Nintendo, mi interés por Dragon Ball Z iba se iba desinflando a medida que aparecía el próximo ser más poderoso del Universo dispuesto a derrotar a Goku en un combate.

La gota que colmó el vaso fue cuando convertía a sus enemigos en comida.

Y de ahí te das cuenta que lo que realmente nos gustaba de esa serie eran las aventurillas de los primeros capítulos, cuando Goku era un niño con cola y no un super-sueco hormonado: la búsqueda de las bolas de dragón, los chistes verdes del Follet Tortuga (seguí la serie en catalán, disculpadme pero por respeto a mi infancia soy incapaz de escribir “Duende Tortuga” u “Onda Vital”), los momentos picantones con Bulma, la estupidez/inocencia supina de Songoku, el villano patoso que era Pilaf, etc. Sin saberlo, resultó que el primer Dragon Ball Origins era el juego que esperé durante toda mi infancia y nunca llegó.

Basta con un solo fotograma para superar los 291 episodios de Dragonball Z

Por eso, disfruté como un enano con la primera parte, y he hecho lo mismo con la segunda. La historia continúa en el punto en el que la dejamos en la primera parte: acabado el torneo de Artes Marciales, Goku reinicia la búsqueda de las Bolas de Dragón para recuperar la bola de 4 estrellas, recuerdo de su difunto abuelo. Lo que no sabe es que el malvado ejército de “la cinta vermella” (Red Ribbon) se también están intentando recopilar las 7 bolas. Durante los 8 episodios de Dragon Ball Origins 2 lucharemos contra los sicarios del General Red y saldremos a la búsqueda de las Bolas de Dragón en una adaptación al videojuego que, pese a que se toman algunas licencias para alargar el tiempo de juego y aumentar el número de fases, es bastante fiel al anime y mucho mejor que muchas otras adaptaciones de películas o cómics.

El Androide nº8 nos echará un cable en algunas fases

Además, Dragon Ball Origins 2 tiene lo que muchos queremos en caso de una secuela: más y mejor. El control se ha mejorado desde la primera parte: el control con el Stylus es bastante más preciso, sino que además se ha incorporado una opción de control mediante el pad y los botones, algo que muchos echaron de menos en la primera parte. También tenemos más variedad de “amigos”, personajes controlables que utilizaremos en algunas fases, como Bulma, Yamcha, Arale, Krilin o el Androide nº8, todos con su sistema de combate y habilidades especiales.

Meter a Arale es un éxito asegurado

El sistema de fases cortas es ideal para la DS: solo nos llevará unos 10 o 15 minutos cada fase, aunque la dificultad ha crecido desde la primera parte (y eso se agradece, la verdad, porque el primero era demasiado fácil) y es posible que algún jefe final nos haga sudar la gota gorda. Y que no os engañen las recurrentes comparaciones con The Legend of Zelda: The Phantom Hourglass, porque los elementos roleros y de exploración son mínimos: Dragon Ball Origins 2 es un juego de acción pura y dura, de esos que disfrutarás si eres de la generación que vivió de pleno los 8 y 16 bits.

Así se dice, con todas las letras

Quizás el único defecto que se le puede achacar a Dragon Ball Origins 2 es que, sin el carisma de los personajes pierde mucho. Sin ser en absoluto un mal juego, está algo lejos de ser considerado un juego imprescindible entre el vastísimo catálogo de Nintendo DS. Si no conoces al pequeño Goku y sus amiguitos, muy posiblemente el juego te dejará algo indiferente. Pero, siendo sinceros… ¿cuántas personas hay que no conocen Dragon Ball?

Disculpen las molestias

Me gusta que me guste