Flappy Bird, tu muerte no ha sido en vano

Maverick Bird, o por qué Terry Cavanagh es dios

Escrito por en Indiegencias - 12 febrero, 2014

¿Os habéis enterado de toda esa movida que ha habido con Flappy Bird, ese juego tan curioso y vicioso que recaudaba unos 50,000 dólares al día en publicidad pese a ser gratis, muy sencillo y aprovecharse de conceptos ya explotados por otros juegos y que ha sido retirado tanto de la AppStore como de la Play Store por el acoso sufrido por su ‘creador’? Pues me alegro de que haya pasado todo eso porque Terry Cavanagh, en su línea, ha parido un juegazo en homenaje. Perdonadme por arruinaros la vida y presentaros a Maverick Bird: A Flappy Bird Fan Game. Entrad ahora mismo en la web, jugad y parad, si es que podéis.

Terry Cavanagh es un dios y sus juegos están ahí para demostrarlo. Es esa clase de genio creativo que si cobrara sus juegos en felaciones, sería el hombre con la p*** más sorbida de la historia. Si Super Hexagon era una maravilla sensorial que se jugaba a mil por hora, Maverick Bird es una adaptación de su frenético ritmo, su música machacona, su estética de Spectrum escacharrado y su control sencillo a la mecánica de Flappy Bird, que como entiendo que sabéis, se manejaba con pulsaciones de diferente duración para corregir la caída del dichoso pajarito.

Aquí eso funciona igual, solo que en lugar de pajarito, hay un cubo gris que, aquí está la novedad rompedora del juego, puede tanto saltar hacia arriba como el pájaro como hacer un impulso hacia abajo rápido para corregir su trayectoria. Esto es fundamental dada la velocidad a la que se vienen encima las barreras y lo pequeño que es el hueco. Sumémosle que los patrones de las barreras no solo son aleatorios sino que tienen diferentes formas, tamaños y cortes, y tenemos el GOTY 2014 delante de nuestras narices.

Terry, te quiero. Espero que expandas el juego y hagas algo más grande, más bonito y adaptado a móviles. Y ahora, bájate los pantalones, venga.

Se lo he visto a @kr3at0r, alias, Sempere el übercatalanista.

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