Análisis: RAGE

Escrito por en Análisis - 26 octubre, 2011


Hablando con un buen amigo que ya se había terminado RAGE antes de que yo lo hubiese empezado a jugar, éste me dijo que le había encantado y que era como si hubiesen metido dos juegos en uno: el primero de carreras alocadas con saltos y explosiones por todas partes, y el segundo de pegar tiros con todo el peso que conlleva tener el nombre de John Carmack detrás. Doce horas después, minuto arriba minuto abajo, puedo decir que mi amigo tenía razón en una cosa: son dos juegos, de eso no hay duda. Lamentablemente son dos juegos mediocres, planos y carentes de una profundidad absolutamente imperdonable.

Vayamos por partes. Como shooter en primera persona que pretende ser, RAGE es muy justito. El diseño de niveles, quizás uno de los elementos más importantes en un buen juego de pegar tiros, es nefasto. Cada una de las misiones se desarrolla en un escenario completamente independiente del supuesto «mundo abierto» y tiene un único punto por el que se entra y se sale. Es decir, accedemos a la misión a través del punto A, y tras completar el objetivo de turno abrimos una puerta para descubrir que el nivel es completamente circular, terminando de nuevo en el mismo punto A. Esto por si solo no es un problema, claro, sino una solución relativamente efectiva ante la verdadera lacra del juego: que cada fase es un enorme pasillo con algún que otro rellano. Y no es divertido. No es divertido porque a las pocas horas tenemos la sensación de estar avanzando en línea recta por una galería de tiro con objetivos que, eso sí, se mueven muy rápido y reaccionan maravillosamente bien al impacto de nuestros disparos. Por desgracia pese a verlos sufrir la fuerza de nuestras balas, normalmente tendremos la sensación de estar acribillando auténticas esponjas mutantes, necesitando por norma general una buena cantidad de munición para derribarlos.

Unido al mal diseño de niveles, que como digo es un problema terrible y destroza el ritmo del juego, encontramos un diseño de misiones de lo más vulgar. Todas las principales consisten en lo mismo: entrar en la zona enemiga (bien diferenciada del mapa normal por un tiempo de carga), matar hasta el último ser vivo que encontremos en nuestro camino, recoger el cacharro de turno o activar el botón de marras, y volver al mismo punto por el que hemos entrado. Quizás «algo más» es pedir demasiado, pero teniendo en cuenta que estamos ante un título que prometió libertad y toma de decisiones, el resultado se antoja bastante decepcionante. Especialmente si tenemos en cuenta que las únicas decisiones que tomaremos en todo el juego serán si queremos hacer misiones secundarias o no. Y la recompensa por hacerlas tampoco es que sea especialmente satisfactoria (al margen de los trofeos/logros, claro).

Disparos aparte, RAGE incluye dos mecánicas que intentan separarlo del resto de shooters. La primera de de ellas es el hecho de tener un inventario, que lejos de aportar ese «elemento RPG» que a muchos les encanta ver en cualquier videojuego que te permita recoger basura del suelo, tan sólo resulta útil para asignar los distintos atajos de armas y objetos. La segunda, es la ya mencionada posibilidad (y necesidad) de conducir un vehículo a toda leche por el yermo. Para llegar a cada una de las misiones del juego necesitaremos desplazarnos en nuestro coche armado, pudiendo hacer distintos saltos por el camino y teniendo que enfrentarnos en numerosas ocasiones a otros enemigos motorizados que nos encontremos. De nuevo, la jugabilidad no resulta especialmente divertida. Ir de un lado a otro en coche no está mal, pero teniendo en cuenta que supone cerca de un cuarto del total de tiempo que nos pasaremos delante de la pantalla (entre carreras obligatorias y desplazamientos) y que como juego de carreras o combate de coches deja mucho que desear, lo más probable es que terminemos un poco hartos de ello. Se agradece el haber intentado aportar algo de variedad entre misión y misión, pero dudo mucho que esta sea la mejor forma de conseguirlo.

Supongo que habréis notado que hasta el momento no he mencionado absolutamente nada de la historia del juego. Eso es porque ni el guión ni los personajes destacan en absolutamente nada. Ni una sola de las muchas cabezas parlantes que nos encontramos a lo largo del juego consigue ser mínimamente memorable, y la historia es tan mala que su final, pobre como pocos, llega a antojarse hasta lógico en cuanto lo piensas durante un rato. Entiendo que nadie va buscando una buena historia cuando se pone a jugar a RAGE, pero seguro que tampoco busca un juego de carreras mediocre (con sus power ups, su modo online y todo) y ahí está, enterito para que se lo coma con patatas.

Fuera de la campaña para un jugador, que a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de títulos del género es lo más atractivo de RAGE, encontramos unas cuantas misiones cooperativas y un modo de carreras para sacarle partido a toda la mecánica de conducción. La polémica ausencia de deathmatch asumo que es fruto de algo tan simple como que John Carmack, padre de la modalidad, no quería ver como la de su juego caía en el olvido a los dos días de lanzamiento en detrimento del online de Modern Warfare 3 o Battlefield 3, que es exactamente lo que ocurriría. Lo entiendo y lo respaldo completamente, ¿por qué emplear recursos (que pese a todo han demostrado ser insuficientes) en algo que sabes que no va a aprovecharse?

Al final, la conclusión de todo esto es que RAGE es un quiero y no puedo en absolutamente todo lo que intenta. Su «mundo abierto» es un espejismo muy mal disimulado, su mecánica de disparos del montón y sin lustre, sus minijuegos meras anécdotas, el sistema de conducción mediocre, las armas poco inspiradas, el mundo feo y muerto, el trasfondo mínimo, los personajes olvidables… ¿Que podría ser peor? Sí claro, sin lugar a dudas, podría ser peor de principio a fin. Pero el problema es que para codearse con los mejores shooters de este año tendría que haber sido mucho mejor, y por desgracia no lo es.

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