Análisis: From Dust

Escrito por en Análisis - 25 octubre, 2011

La vida es un ciclo. Ya nos lo enseñaban en el Rey León. Todo se olvida y vuelve cuando menos lo esperamos. Hace 20 años yo era un bicho raro por viciarme al Populous y, en pleno 2.011 un juego como From Dust, algo destacable entre tanto shooter y FPS clónico, no tiene sitio en los lanzamientos en formato físico y me sigo sintiendo un bicho raro.

Una tribu. Un portal. Un jarrón tótem. Una llamada al Hálito, el escaso poder de los Ancestros desaparecidos. Así empieza From Dust. Ese Hálito tiene el poder de absorber y depositar tierra, agua o lava y arrancar y replantar ciertos árboles para así facilitar las cosas a la Tribu, para que puedan construir asentamientos alrededor de los tótems y así abrir el portal que nos llevará al siguiente mundo. No hay Dioses rivales ni otras Tribus con las que luchar y reconquistar territorios: nuestros enemigos serán los elementos.

Yo no sé como ven un carajo con esas caretas

Porque los Ancestros, con toda su sabiduría, no podrían haber elegido peores sitios por habitar: islotes con mareas traicioneras, asediados por tsunamis y plagados de volcanes. Cada lugar más terrible y traicionero que el anterior. Afortunadamente, habitar algunos tótems proporcionará al Hálito poderes adicionales, como solidificar las aguas, bajar el nivel de la marea, crear un agujero negro que absorbe indefinidamente o poder depositar tierra infinita.

Los jubilados de la Tribu no pararán de insistir que ese mortero tiene mucha arena y poco cemento

Y las cosas no son fáciles: el territorio está vivo y es el principal protagonista de From Dust: la tierra brota y se llena de vegetación a medida que la Tribu la habita, la lava se seca y forma grandes rocas, pero también quema la selva y seca los ríos y el agua se lleva la tierra, apaga el fuego y deposita los sedimentos. Por ese carácter tan natural, pese al a evidente limitación del desarrolla (habita los tótems, sal por el portal y listo), repetir un mundo puede ser una experiencia bastante distinta gracias a las Fuerzas de la Naturaleza.

Abriendo las ventanas, que hace calorcillo

Lo que parecía una sencilla búsqueda se va complicando a medida que nos acercamos a la Última Morada de los Ancestros. Pese a que los habitantes de la Tribu no son tontos, siempre buscan el camino menos peligroso para ir a los destinos que les asignemos y que ellos mismos pueden aprender magia para proteger los pueblos de las inundaciones, los incendios y las erupciones volcánicas, siempre estaremos con nuevos problemas: los ríos se desbordan y aquella presa que hemos construido ya no sirve, hemos excavado demasiado y ha aparecido una fuente, el viejo volcán dormido despierta o vuelve la marea, dispuesta a sumergir bajo las aguas todos los caminos y pasos que hemos tallado con esfuerzo. Casi siempre será un alivio escuchar los tambores que indican que nuestro Pueblo ha abierto el Portal y está listo para continuar el viaje.

Es evidente que los gritos que profieren al llegar significan «¡Mariquita el último!»

El problema de From Dust es que el viaje llega a su fin demasiado pronto. Cuando al fin estamos cómodos con todos los poderes de los tótems y la forma de utilizar el Hálito, conseguimos los Poderes de los Ancestros, jugamos un poquito con ellos y se acaba, con la impresión de haber estado jugando a un enorme tutorial de 10 horas de duración, muy entretenido pero que nos prometía chicha y al final solo nos la pasa por las narices y nos la arrebata sin contemplaciones para dejarnos como al principio, con una mano delante y otra mano detrás. Los desafíos que se desbloquean a medida que avanzamos en la Historia nos entretendrán unos minutos cada uno pero no bastan para dejarnos satisfechos.

Y mira que el juego tiene una estética bonita.

From Dust ofrece por lo menos algo distinto, sin disparos, combates o acción trepidante. Este tipo de juegos me gustan desde que jugué al primer Sim City y Populous y Lemmings están entre mis juegos favoritos, y no me queda otra que reconocer que el viaje hacia la tierra de los ancestros me ha resultado una divertida experiencia pese a pensar que la mecánica del juego daría para mucho más… Espero que no nos intenten “completar” el juego con DLC’s… Si os quedáis con dudas, la demo disponible os dará una idea bastante acertada de lo que ofrece.

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