Retro Amor: KuruKuru Kururin

Escrito por en Retro Amor - 17 mayo, 2011

Retro Amor: KuruKuru Kururin
Dentro de la jodida mejor portátil de la historia existen una serie de juegos que pasaron relativamente desapercibidos. Entre ellos está KuruKuru Kururin, perteneciente a la primera hornada de títulos que abrió el catálogo de la extinta Game Boy Advance, y es la leche. Es “simplemente complicado”, pero es un juego de habilidad que, habiendo hecho poco ruido se merece sus minutitos de gloria por todo lo que aporta.

Kurukuru Kururin es a grandes rasgos un juego atemporal, de la vieja escuela. Asumiendo el papel de un pollo feo de cojones que debe buscar a sus hermanos perdidos, controlaremos al mismo a los mandos de su ¿vehículo-barra? que gira sin parar sobre su eje central a una velocidad constante. Con ella deberemos llegar al final de un buen número de laberintos sin que nuestro “girocóptero” particular toque las paredes de los estrechos pasillos que nos rodean y nos joden el paso.

Este cartucho juega sus bazas muy sabiamente. Partiendo de una idea simple a más no poder conforma un conjunto difícil, por no decir hijoputesco, en el que tanto la repetición de lo hecho ochocientas veces como una buena dosis de reflejos juegan un papel importantísimo de cara a poder avanzar hacia las últimas fases. Esto se hace especialmente notorio a partir de las tres cuartas partes del asunto: justo cuando parece que el juego no puede servirnos niveles más difíciles, se empiezan a añadir elementos móviles y cañones que nos disparan a matar, los cuales no hacen sino producir una sensación de masoquismo placentero en el jugador conforme se nos obliga a repetir cada nivel.

Al contrario de otros juegos del estilo en los que la memoria también jugaría un factor importante, este cartucho es consciente de su puñetera razón de ser y nos permite en todo momento ver un mapa del camino que tenemos que recorrer, lo cual allana un poco las cosas. A su vez y para seguir con la tónica general del conjunto, Kurukuru Kururin muestra un apartado técnico escueto pero efectivo, donde no tienen cabida innecesarias florituras gráficas. Por poner un ejemplo, los diferentes mundos apenas se diferencian por sus respectivas paletas de colores y por unos monigotes bastante cutres e inútiles que pueblan los distintos fondos de pantalla.

Si ya de por si con todo esto nos queda una obra completita, para los enganchetas como yo también tenemos la opción de recoger todos los pollos que se encuentran desperdigados… E incluso buscar diferentes objetos con los que tunear nuestro palo giratorio y dejarlo reshulón de cohone (SÍ, los palos se pueden tunear). Aparte quedan los modos time attack y versus, con los consecuentes piques que acarrean y que no hacen sino alargar su vida de un título que se ajusta perfectamente a las características de la portátil que le acoje, gracias a sus partidas cortas pero intensas.

KuruKuru Kururin es un juego realizado a la antigua usanza, es a Game Boy Advance lo que Marble Madness supuso a los arcades y otras plataformas hace años. No tiene un gran apartado técnico, y tampoco es que le haga falta dada su naturaleza, pero su original control, su duración (alargada por su bien ajustada dificultad) y su capacidad para enganchar bien lo valen.

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