Y si... hubiese juegos más baratos

Escrito por en Artículos - 4 abril, 2011

Juegos baratos
Pese a lo que el nombre de la entrada pueda sugerir, lo que voy a proponer en este tipo de artículo fantasioso sobre el que ya ha habido un par de entradas, no es una bajada de precios general en nuestros amados videojuegos, algo que por otro lado no estaría mal viendo la diferencia existente entre las etiquetas del Reino Unido y las de España. Sobre lo que realmente quiero escribir hoy es de la (nula) diferencia de precios entre los propios videojuegos que podemos encontrar en las estanterías. Es decir, sobre por qué títulos como Mass Effect o Uncharted, a los que presuponemos unos valores de producción acojonantes y son bastante conocidos por todos, cuestan exactamente lo mismo que otros, como los recientes Knights Contract o Splatterhouse, sobre los que la mayoría del público no sabe absolutamente nada.

Para que veáis exactamente a donde quiero llegar, plantearé el artículo como si fuese un cuento, de esa forma seguro que todos nos entendemos mucho mejor. Imaginaos que una personita humana, con sesenta euros en el bolsillo, se adentra en una tienda especializada o gran almacén con la firme idea de llevarse un videojuego a casa. Nuestro protagonista en cuestión, si bien tiene una videoconsola y le gusta aporrear botones, no es uno de esos usuarios súper informados que ven diarios de desarrollo y se leen los avances, pre-análisis, análisis, re-análisis y post-análisis de todos los videojuegos que salen al mercado. De hecho, su conocimiento sobre la materia no va más allá de lo que ve de vez en cuando en la portada de Meristation. Con este trasfondo y una idea muy firme: la de gastarse los sesenta euros en ocio electrónico, el protagonista de esta historia al que de ahora en adelante llamaremos Víctor Manuel Rueda para que nos parezca más cercano comienza a mirar las estanterías de la tienda.

¿Qué encuentra nuestro querido Víctor Manuel Rueda? Pues que todas las novedades cuestan exactamente lo mismo. Assassin’s Creed Brotherhood, Call of Duty: Black Ops, Crysis 2 o Bulletstorm, juegos de los que ha visto publicidad en Meristation y ha visto la nota leído análisis, cuestan los mismos sesenta euros que los mencionados Knights Contract, Splatterhouse, Majin and the Forsaken Kingdom o el infame Quantum Theory. La lógica nos dice que el protagonista de esta historia, en vista del panorama, lo más probable es que se lleve a casa cualquier juego del primero grupo. Al fin y al cabo, ¿por qué arriesgarse a tirar sesenta señores euros en un producto que desconoces, cuando te puedes agenciar una apuesta segura? Yo, si fuese un ignorante videojueguil lo tendría clarísimo y me iría a por lo malo conocido… que además posiblemente sea bueno y todo.

Ahora bien, imaginad por un momento que no todos los videojuegos tuviesen el mismo precio de salida, y que los mencionados en el segundo grupo en lugar de los habituales sesenta pavos, costasen treinta. A nuestro querido Víctor Manuel Rueda ahora se le plantearía el siguiente dilema: ¿me compro el juego conocido del que he leído análisis visto notas positivas? ¿O con esos sesenta euros me compro uno de estos juegos de los que no sé prácticamente nada y después me voy a cenar con mi novia? ¡Qué demonios, incluso podría comprarme dos juegos sobre los que no sé absolutamente nada! Así, aunque uno termine siendo una mierda, todavía podré disfrutar del otro. Claro que por otra parte cabe la posibilidad, sobre todo con la cultura que tenemos, de que Víctor Manuel Rueda piense que siendo más baratos posiblemente sean muy malos, y no los compre precisamente por el precio. Pero oye, es un riesgo que evidentemente habría que correr.

En cualquier caso, y viendo la cantidad de «juegos de clase media» que se amontonan en las estanterías de las tiendas de videojuegos, ¿no merecería la pena probarlo? Quizás tampoco se vendiesen una mierda, pero también cabe la posibilidad de que alguno de los muchos Víctor Manueles del mundo (que no son precisamente pocos) se planteasen el comprar algo distinto de Call of Duty y Assassin’s Creed. Sería como ir a comprar patatas fritas: las Matutano están de puta madre y lo sabes, pero las Hacendado quizás estén igual de buenas y te van a costar la mitad.

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Sobre el vídeo filtrado y la respuesta de los hipócritas