Guía de estilo para el blogger de videojuegos

Escribir en un blog de videojuegos no es fácil. Habrá gente que se reirá en tu cara por el mero hecho de autoproclamarte “blogger”, por no hablar del ridículo espantoso que harás si se te ocurre llamar a lo que haces “periodismo”. Tendrás que enfrentarte con situaciones complicadas, etapas de pocas visitas, gastos inesperados y algún que otro troll ocasional. Deberás, en definitiva, dedicarle gran parte de tu tiempo a algo que, en el mejor de los casos, te ahorrará unos cuantos euros en juegos de mierda. Por eso, porque sé que la cosa está mu malita, he decidido poner toda mi escasa experiencia pero amplio sentido del humor en esta guía paso a paso, que con suerte le será útil a más de un recién llegado… y quizás a algún veterano también.

En primer lugar, una de las cosas más importantes que un “blogger” debe hacer es no escribir con faltas de ortografía. Sé que puede parecer una perogrullada, pero pasar el corrector ortográfico de Word, aunque útil, normalmente no es suficiente para esconder la escasa eficacia de nuestro sistema educativo. Por eso, mi recomendación es que siempre atendáis en clases de lengua, porque aunque sean un coñazo, después resultan muy útiles para impresionar a las chicas con nuestras palabras enrevesadas y figuras retóricas. Otra vía de conocimiento casi infinito es la lectura, no la de blogs y páginas web de videojuegos, sino de libros. Sin dibujos a ser posible.

Pero ojo, porque si bien escribir con faltas de ortografía es una manera cojonuda de desacreditarnos, hacerlo con excesiva pedantería también lo es. Usar tecnicismos y palabras pomposas queda muy bien si metemos una cada dos párrafos. La gente piensa: “hostia, este tío es muy leído y sabe palabras que yo no, así que me voy a fiar de él” lo cual es bueno. Sin embargo, si abusamos de este recurso terminaremos por hacer pensar a nuestros lectores que lejos de ser un tío culto al que le gusta relacionarse con la plebe, somos unos pequeños hijos de perra que se regodean de su educación de colegio de pago usando un blog de videojuegos como vía de escape. Lo cual, como ya habréis adivinado, es malo. Muy malo.

Al mono serio no le gustan los pedantes

Bien, saber escribir es el primer paso. Una vez lo tenemos dominado debemos pasar al siguiente nivel: crear contenido. Poner notas de prensa, basura de Kotaku, información de portales de videojuegos y lolcats está muy bien, pero si no aportamos material propio los visitantes no tendrán ningún motivo para acudir a nuestro blog en lugar de a la fuente original. Así que debemos hacernos una pregunta muy importante ¿visitaría yo mi blog si no fuese mío? Si la respuesta es negativa, que posiblemente lo sea, ya podéis empezar a currar hasta convertir el no en un rotundo sí, porque si no podéis convenceros a vosotros mismos, no vais a convencer a nadie.

Eso sí, crear contenido no significa escribir análisis a cascoporro. Aunque suene duro a nadie le importan vuestras reviews. Y el motivo es muy sencillo: no os conocen. Si la gente no sabe quien eres, no conoce tus gustos y no tiene ni idea de donde has salido, difícilmente va a poder interesarse en tus valoraciones. Por eso, antes de ponerte a repartir notas a diestro y siniestro, asegúrate de que habrá al menos dos personas que no sean tu novia y tu amigocho de toda la vida a las que les interese tu opinión totalmente subjetiva sobre un título en cuestión. Y esto no lo digo de coña (o quizás sí), lo digo muy en serio: poneos metas cercanas como la de llegar a dos usuarios e id subiendo poquito a poco.

Llegamos a un punto crítico en la salud de todo blog de videojuegos que se precie: los artículos. Estos pequeños bastardos son los que más posibilidades tienen de darle un buen empujón a tu bitácoras y atraer a las tan deseadas visitas. Si son buenos, la gente querrá leerlos, los meneará para que otra gente pueda leerlos e incluso los recomendarán en otros blogs para que aún más gente pueda leerlos. Si son malos, quizás tengas suerte y también ocurra, pero no te engañes, no es lo normal. Por eso, antes de ponerte a aporrear el teclado sin ton ni son, lo mejor que puedes hacer es parar, respirar hondo y tener muy claro cual es el objetivo de tu artículo. ¿Por qué? Porque si al terminar de leerlo tus seguidores no saben sobre qué cojones has escrito o cual es tu opinión al respecto, es como si no hubieses hecho nada. Así que no te andes por las ramas y limítate a escribir de lo que sepas (o a documentarte bien). Suele dar buenos resultados.

Bastante relacionado con la elaboración de artículos está el siguiente punto fundamental de esta guía: no ser polémico a toda costa. Me explico, causar cierta polémica está bien de vez en cuando: atraes visitas, la gente comenta mucho y todos somos felices mientras comemos perdices. Pero si nos dedicamos a trollear sistemáticamente día tras día y entrada tras entrada, terminaremos por ofender la inteligencia de nuestros queridos usuarios. Y eso es lo último que queremos. Por desgracia, esta es una estrategia que sin embargo sí surte efecto en los niveles más elevados de la blogosfera, así que hasta que no lleguéis a lo más alto mejor guardaos los cartuchos para ocasiones especiales.

A Gravesen le gusta esta guía

Tan importante o más como el hecho de escribir buenos artículos y no ser gratuitamente polémico, está el tener constancia. Esto es, saber que aunque las visitas no van a llegar el primer día (ni la primera semana, ni posiblemente el primer mes), tenemos que seguir trabajando. Aunque no tengamos comentarios y pensemos que no nos lee ni nuestra madre, hay que seguir currando. Porque a todos los que ves ahí arriba tampoco les regalaron nada. Y si piensas que a ti, por ser tan guapo y simpático, te van a empezar a visitar miles de personas al día estás muy equivocado. Así que trabaja, esfuérzate y ten por seguro que si ofreces algo diferente, la gente comenzará a visitarte.

Y por último aunque no por ello menos importante, diviértete. Diviértete porque si no lo haces posiblemente no mantengas la constancia. Diviértete porque el blog sale de tu tiempo libre, y tendrías que ser muy estúpido para no pasártelo bien en tu jodido tiempo libre. Diviértete porque hay mucha gente con la que pasarlo bien en la blogosfera (por lo menos en su vertiente malagueña). Y sobre todo, diviértete porque es mejor divertirse que no hacerlo. Yo me lo he pasado bomba escribiendo esto.