Lo mucho que podríamos aprender de Conan

Escrito por en Artículos - 26 junio, 2013

Conan O’Brien y EPI tienen dos cosas en común: el saber llevar lo pelirrojo (te queremos, Kirkis) y el tratar los videojuegos con algo de mala baba, aunque quizá nosotros (yo, particularmente) nos los tomemos más en serio que él. El caso es que ojalá fuéramos la mitad de graciosos de lo que es Conan y ojalá la prensa, ya más en general, pusiera a las compañías en su sitio y evidenciara lo absurdo que es a veces nuestro mundillo como lo hace él en su resumen del E3.

Nadie tiene en España la presencia de Conan, no ya en el mundo de la prensa del videojuego sino en el de la televisión en general. El humor de Buenafuente, de Pablo Motos o el del tonto de Guillem Caballé es una corrida en un calcetín al lado de lo que hacen Conan, Jon Stewart, Jimmy Fallon y el resto de presentadores de Talk Show de Estados Unidos. Y la verdad es que ninguno podríamos mofarnos de Xbox One en la cara de Major Nelson (curiosamente, en el vídeo lo identifican solo como Larry, algo que me hace más gracia si cabe) y contar con volver a ser invitados a un evento de Microsoft en la vida.

Conan puede porque tiene la audiencia suficiente para hacerlo, y por eso aprovecho una vez más para reivindicar que los medios son de los lectores, no de las compañías que mandan juegos. Claro, tiene la TBS detrás, pero resulta que él hace no mucho se vio envuelto en un conflicto con otra figura importantísima, Jay Leno, y se quedó compuesto y sin programa. ¿Sabéis cómo salio del agujero? Creando gracias a sus fans, y a toda la atención que estos atrajeron posteriormente, la plataforma Team Coco, con la que no tardaría mucho en volver con un nuevo programa en otro canal. Quizá no tiene la audiencia ni la trayectoria de Leno pero, qué coño, es cien veces más gracioso y tiene las pelotas como dos Canis Majoris.

Así que pese al ridículo en el que quedan el representante de Sony y Xbox en este vídeo, les conviene esto porque Conan es importante. ¿Y por qué lo es? Ya lo he dicho: sus fans, la gente que mueve. Conan saca mucha tajada de ello, y bien que hace porque no le debe nada a unas compañías que se dedican a promocionar productos para pajeros en una feria llena de tías en ropa ligera. En Nintendo, por lo menos, son algo más listos y se unen al chiste en lugar de padecerlo. Es lo que hay que hacer.

Pero no va por aquí este articulín, aunque ya he dejado clara la primera idea: la audiencia se tu vida, trátala bien para no tener que tragar todo lo que pidan las compañías. Lo mejor en este vídeo de Conan es cómo saca a la luz con cuatro palabras y dejando hablar a los demás todos los problemas de nuestro mundillo y cómo se mofa de ello. Al público de a pie le parecerá gracioso sin más, pero creo que nosotros, que sabemos algo más, de esto podemos aprender mucho de ello. Y aunque el propio Conan caiga en clichés («what does a naked woman looks like»), apunta muy bien a todo lo que los demás tragamos como doritos.

Más allá de la genial comparación de Bayonetta y sus pistolas con la Palin y su NRA, Conan no se corta un pelo del tupé al obviar la potencia de PS4, pero sí es capaz de apreciar el potencial de un juego independiente creado por una persona. ¿Quién quiere una consola con 8GB de memoria DDR5 y para que les es muy fácil programar teniendo un juego que te hace volar como cuando estás colgado de éter? Apliquemos este mismo cuento para Microsoft. ¿Que Kinect mide la sangre? Pues muy bien. Oh ¿ese tío ha empalado a otro con la espada? ¿No sabéis hacer otra cosa? Me encanta cómo el pelirrojo se escandaliza con la sangre de Dead Rising 3 (tanto como con el hecho de comerse un perrito caliente tirado en el suelo de un mundo infestado por zombis).

Y lo mejor: el tema de las mujeres. Conan alucina al ver tantas mujeres, y no lo dice en un sentido positivo, pese a que todos sabemos que cada vez hay más presencia femenina de la de verdad en el E3, sino por las booth babes. Aunque esto sea EPI y aunque muchos exijáis cosplayers ligeras de ropa en las epildoritas, esta no es la web con la que debéis acariciaros la cola los domingos del mismo modo que las booth babes son algo deplorable. Ya se ha escrito mucho sobre el tema y yo poco tengo que decir, solo que es una vergüenza que sigan ahí. Conan evidencia este problema y le parece absurdo, aunque luego la prensa lo celebre siempre y de muchas formas diferentes.

Lo que quiero decir con todo esto es que no nos damos cuenta a menudo, o sencillamente lo damos por algo normal, lo cual es peor; del ridículo que rodea al videojuego. Avanzamos demasiado lento y esto que hace Conan debería avergonzarnos un poquito. Por supuesto, lo hace con mucha gracia y descontextualizando las cosas, pero parece que es necesario llegar hasta ese punto para ver los problemas.

No se queda solo ahí, sino que enseña que a los relaciones públicas y a la maquinaria del marketing hay que obviarlos todo lo posible. Sí, él lo hace porque puede, porque es Conan, porque no necesita a las compañías, porque tiene otras fortalezas. La Hobby no pueda hacer lo mismo con Microsoft ni Sony (y lo intenta, en vano) porque se arruina, y es que dependen de ellos. Mi revista, lo mismo. Pero hay alternativas, claro que las hay. Conan se apoyó en su público y salió ganando con un proyecto alternativo. Quizá por aquí deberíamos hacer lo mismo, pero no: la culpa es de Internet y la crisis del periodismo/publicidad. Sí.

Imagino que Conan, o la gente que le escribe los guiones y propone secciones, sabe algo de videojuegos. Solo así puede explicarse también lo absolutamente genial que es la sección Clueless Gamer –Jugador Despistado–, donde de nuevo se ríe de los clichés que damos por normales en el medio y donde hasta se atreve con un tema tan candente como las putas notas. Y sin embargo, a la vez, es una herramienta de promoción brutal y honesta. Os recomiendo que os veáis uno de los últimos, el dedicado a Tomb Raider. Simplemente brillante.

Lo dicho, todos deberíamos aprender mucho de Conan.

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