Retro ¿amor? : Bahamut Lagoon

Escrito por en Retro Amor - 3 noviembre, 2011

Super Nintendo fue una consola con muy buenos tactical RPG. En su catálogo podemos encontrar juegacos como los Tactics Ogre, Front  Mission o varios Fire Emblem. Canela fina. En medio de tanta virguería, la por entonces llamada Squaresoft se lanzó a esta parcela de mercado… y lo cierto es que no le salió del todo bien.

A decir verdad, a servidor es algo que le ha extrañado mucho tras jugar a Bahamut Lagoon, y más viendo la reputación que tiene este y las virguerías que se marcaron después con los distintos Final Fantasy Tactics. Hay que reconocer que este juego de Super Nintendo tiene buenas intenciones, muy buenas intencions, pero comete unos  cuantos fallos bastante estúpidos que lo transforman en un título mediocre, sin más.

Precioso envoltorio

Bahamut Lagoon es un cartucho que a primera vista te pone los dientes muy largos por sus virtudes. Su sistema de combate aparentemente es genialérrimo, ya que en él se entremezclan de puta madre el battle RPG con el comedero de cabeza que suponen los tactical RPG por turnos. Nuestro equipo se forma siempre de diferentes escuadrones formados por hasta cuatro personajes diferentes, perteneciendo cada uno de ellos a una categoría distinta (ya saben, magos blancos, invocadores, etc.). La unión de unos personajes con otros darán unas cualidades “globales” al grupo, es decir, si alineamos conjuntamente a cuatro guerreros bien armados, estos se moveran a lentamente por el campo de batalla, pero en el combate cuerpo a cuerpo serán jodidamente letales.

Digamos que en nuestras ofensivas, dependiendo de diferentes factores como pueden ser la distancia con el enemigo o un hipotético nivel de vida bajo en nuestros personajes, podremos escoger entre luchar al más puro battle RPG o bien hacerlo a distancia. Con ello, lo que de verdad hace diferente a Bahamut Lagoon es la introducción de unidades que campan más o menos a sus anchas por el escenario: los dragones.

Asociados a cada uno de los escuadrones, a partir de tres simples órdenes que podremos asignarles (atacar, esperar y volver junto al grupo) estos se moveran por el escenario acatando (casi) siempre nuestra palabra…  pero de manera completamente libre. Es decir, podemos ordenarles que ataquen, pero no a quién deben hacerlo, lo que da un toque de imprevisibilidad a cada batalla.

Cabe reseñar también pequeños detallitos que condicionan nuestros movimientos por el tablero, ya que el uso de ciertas magias sobre según qué zonas modificará el paisaje de distintas formas. Si atacamos con fuego a un enemigo situado en una zona boscosa, las casillas circundantes saldrán ardiendo, restando así puntos de vida a los personajes que se encuentren cerca. Del mismo modo, este fuego podrá ser apagado con magias y objetos de hielo.

Es la hora de Dog Chow

Una de las características de Bahamut Lagoon es la manera en la que los dragones ganan experiencia, mejoran sus habilidades y se transforman cuales pokemones de mala muerte. Esto se consigue batallando, pero también alimentándolos fuera de las luchas con los distintos objetos que vayamos encontrando en cada fase. Algunos potingues aumentarán sus habilidades, mientras que otros las mermarán, así que deberemos tener cuidado al alimentar de comer a cada bicho. Lo curioso es que hasta podemos darles de comer armaduras y espadas, los cabrones se lo comen todo.

Todo esto se desarrolla bajo una vista cenital muy cuidada gráficamente, del estilo de los Final Fantasy de Super Nintendo, mejorando por mucho las animaciones que se pueden ver en la  mayoría de los RPGs de la 16-bits nintendera. Da gusto ver algunos ataques y magias, siendo varias de estas últimas dignas de un ataque epiléptico de la leche.

Si, todo esto es muy bonico, pero esto es un puto Retro ¿amor?

Lamentablemente, Bahamut Lagoon se queda ahí. A un pasito de la gloria, y todo por la mala ejecución de sus batallas y una historia bastante meh.

A pesar de que las batallas pintan bastante bien, lo cierto es que conforme vas jugando te vas dando cuenta de que se transforman en un puñetero y repetitivo coñazo: nuestros enemigos se encuentran siempre dispuestos en una formación inicial divididos en pequeños grupos… y de ahí no se moverán hasta que nos acerquemos a ellos. Con ello, lo único que se consigue es que podamos acabar con nuestros contrincantes poco a poco, quienes, al estar divididos, normalmente se verán superados en número por nuestras tropas y dragones. Estos últimos, si están bien alimentados serán máquinas de matar y nos limpiarán la pantalla. Vamos, que iremos repartiendo guayas a todo Dios fácilmente, lo que transforma al título de Squaresoft en una amalgama de batallas que prácticamente no requieren que te pares a pensar. Al fin y al cabo, todo se resume en un constante “tira p’adelante y arrasa con todo”. Para rematar la faena, las  sidequests existentes en vez de suponer un aliciente, convierten al cartucho en un coso todavía más pesado si cabe.

Por otra parte, argumentalmente este cartucho para mi  huele un poco a chamusquina por sus reminiscencias iniciales con Final Fantasy VI, nacido poco tiempo antes. Sin ánimos de espoilear demasiado, la cosa empieza tal que así: malvado capullo rapta a jovenzuela potente porque esta posee poderes ocultos con los que después podrá dominar el mundo al tener la capacidad de comunicarse con los dragones. Cambien espers por dragones como elementos mitológicos, et voilà, ahí tienen un punto de partida sospechosamente parecido a uno de los buque insignia de la época de los 16-bits. Aparte, Bahamut Lagoon  es un juego que cuenta con algunos puntos que me repatean las pelotas seriamente. Por poner el ejemplo más claro: Byuu, el protagonista del juego tiene un complejo de Link que echa para atrás desde el minuto uno; por no hablar de lo planos que resultan muchos de los personajes (no todos, que conste). No sé, para mi si un juego es divertido, me la sopla un poco el tema argumental o lo desarrollados que esten los protagonistas, pero joder, estamos hablando de un tactical RPG con un argumento poco original, bastantes personajes sin carisma  y que encima acaba aburriendo.

Bahamut Lagoon pudo ser un señor juegazo, y lo cierto es que presenta muy buenas maneras. Considero que sus problemas vienen cuando llevas unas pocas horas jugadas y te das cuenta de que es monótono de cojones. A pesar de sus puntos fuertes (sus jraficazorls, o la introducción de los dragones y todo lo que deriva de los mismos), no deja de ser un cartucho mejorable, entretenido al principio pero que inicia una cuesta abajo brutal hacia el más absoluto tedio. Una pena.

¡Ay!, que Uncharted 3 tiene lag al apuntar, pero tampoco es para tanto

El tráiler más esperado ya está aquí