Retro Amor: La saga Street Fighter (I)

Escrito por en Retro Amor - 12 agosto, 2011

Street Fighter es de una de las sagas más extensas y aclamadas de la corta historia de los videojuegos. Innovó desde su primera entrega, aunque realmente pegó el pelotazo a partir de aquel Street Fighter II: The World Warrior, cuando los Ryu, Ken, Chun-Li y compañía hicieron que montones de jóvenes se dejasen los cuartos en aquellas gloriosas salas de máquinas. Hoy, sin embargo, vamos a hablar de los inicios de la más conocida serie de Capcom.

Nos situamos en 1987, tan solo 4 años después del batacazo que pegó la industria del videojuego y que acabó con varias empresas punteras hundidas en la más absoluta de las miserias. Sin embargo, el mundo del videojuego, gracias a Nintendo y su expansión por tierras norteamericanas, volvía a gozar de buena salud. Aparte, los salones recreativos seguían siendo un bastión para el videojugador y daban a luz a auténticas obrazas que ni en sueños podían mover las consolas y ordenadores de 8-bits…

Street Fighter (1987)

En estas, Capcom da a luz a un juego de lucha llamado Street Fighter. Basado en los esquemas que poco antes habían mostrado los Yie Ar Kung Fu de Konami, en los que se implementaba por primera vez el concepto de “barra de energía” en los juegos de lucha de uno contra uno, la compañía japonesa lleva el desarrollo de los beat ‘em up a un nivel superior, tanto técnica como cualitativamente.

Street Fighter aparece por primera vez por los salones recreativos en el citado año 1987, y lo cierto es que no tuvo demasiada repercusión en comparación con sus tropecientos millones de secuelas. En ella se nos presenta la historia de Ryu, un japonés que tiene que recorrer diferentes partes del mundo repartiendo palos para ganar un torneo internacional de lucha. Con este marco, Street Fighter basa su gameplaysobre 6 ataques “normales” repartidos en tres ofensivas diferentes para los puños y otras tres realizadas con las piernas. A su lado podemos ver los distintos ataques especiales que después copiaría  (casi) todo quisqui en los posteriores juegos de lucha, no solo estéticamente, sino también en cuanto a su ejecución. Hablando en plata, un gesto tan simple como la “media luna + puñetazo» ha sido calcado con mayor o menor descaro en diferentes títulos del mismo género a lo largo de los años. Así mismo, esta obra introduce diferentes mini-juegos entre niveles, alguno de los cuales también fue copiado descaradamente por la competencia.

Ké deskaro, hijo mío.

Sin embargo, no todo podía ser tan bonito. Lo cierto es que este primer título es algo tosco en cuanto a animaciones y, para más INRI, la potencia de los ataques especiales está jodidamente mal calibrada, pudiendo llegar a quitar una burrada de energía un simple hadouken. Si bien es cierto que no es fácil realizar dichos ataques, la verdad es que con un poco de práctica el juego puede convertirse en un festival de hadoukens y shoryukens con los que puedes ventilarte a la mayoría de los adversarios.

Aunque Ryu era el principal protagonista, cabe destacar también la presencia de Ken, su “enemigo” y a la vez compañero por antonomasia a lo largo de toda la serie.  Este solo se diferencia de Ryu estéticamente, ya que los golpes que posee este rubio con kimono rojo eran calcos de los del japonés. Para seleccionarlo, hay que entrar en el modo para 2 jugadores, en el cual tenía lugar un combate entre ambos. El jugador que saliese vencedor, podía seguir adelante con el “modo normal” del juego.

A falta de M. Byson, Sagat hacía las veces de jefe.

Por otro lado, algo de lo que no puede presumir este primer Street Fighter y que fue corregido posteriormente es la ausencia de más luchadores seleccionables por el jugador. Si bien hacen acto de aparición personajes como Birdie o Sagat (quienes serían retomados a lo largo de las posteriores secuelas), ninguno de los contrincantes a los que nos enfrentamos puede ser seleccionado, quedando el papel de estos relegado a ser simples “fases”.

Versiones

Street Fighter ha sido una de las series más sacacuartistas a la hora de vender versiones (ligeramente) expandidas o corregidas en otros sistemas diferentes al original, pero, al contrario de lo que pasó con Street Fighter II, entrega explotadísima hasta más no poder, este título recibió solo unos pocos ports en su época, siendo todos ellos bastante patéticos. Sirvan como ejemplos la grotesquísima versión para Commodore 64 o la no tan mala técnicamente pero de difícil manejo aparecida en Turbografx.

L’HORREUR.

Posteriormente hemos podidos ver otras reediciones más fieles a la versión original que, eso sí, se han apoyado en maquinas mucho más potentes en cuanto a hardware. Hablo de PlayStation 2 o PSP, entre otras.

Terminando ya, a Street Fighter hay que reconocerle muchas virtudes: la introducción de magias, los 6 botones básicos de ataque, la buena caracterización de los contrincantes y la puesta en escena de un contexto que envuelve al desarrollo del juego. Sin embargo, es un juego de lucha que hoy se nos antoja bastante primitivo, incluso “ortopédico”, podría decir. Fue un gran paso adelante, eso no lo pongo en duda, pero a Capcom todavía le quedaba mucho trabajo por hacer… y vaya que si lo hizo.

Mercadillo Digital Vol. 43

¿El mod entre mods?