Retro Amor: Eternal Champions

Escrito por en Retro Amor - 3 agosto, 2010

Nadie duda que Eternal Champions fuera un intento de SEGA para tener un Street Fighter II en su Megadrive. Un espécimen más de la moda de One VS One de principios de los 90. Sin embargo, a pesar de no poder hacer sombra al todopoderoso título de Capcom, no somos pocos los que guardamos un buen recuerdo de Eternal Champions. Por eso, merecía tener su propio Retro Amor.

INOLVIDABLE portada

Si tengo que dar un motivo por el que a día de hoy me sigo acordando de Eternal Champions, ese sería su argumento. Sí, amigos, un juego de lucha puede tener otro argumento que no sea “ganar el torneo” o “ser el más fuerte”. En el caso de Eternal Champions, 9 personajes que tenían en sus manos la capacidad de cambiar el mundo, fallecidos en circunstancias trágicas se enfrentan entre ellos. El premio para el vencedor: volver a la vida 2 segundos antes de su muerte y así cambiar el curso de la historia. Apasionante ¿verdad?

Larcen quería volver para abolir la Ley Seca y cogerse un ciego de la hostia

Los 9 personajes proceden de distintas épocas históricas, desde la prehistoria hasta el futuro, y si algo les une es estar llenitos de tópicos y clichés: un troglodita más bruto que un arado, una ninja-espía buenorra, un cyborg que hace kick boxing, un policía en desgracia reconvertido a caza-recompensas, una acróbata rápida y ágil, un mago medieval, un detective con sombrero y gabardina, un vampiro bueno que no quiere matar gente (los de Crepúsculo no son originales ni con eso) y el bicho raro de turno, en este caso, un tritón manco procedente de la Atlántida. Sin embargo, esta plantilla, vista hoy en día, emana mucho más HAMOR que la prole de tipos con kimono, chuletas barriobajeros y luchadoras tetudas con poca ropa que pululan en los juegos de lucha actuales.

La plantilla al completo

Y por si fuera poco, el último escollo para la victoria era el Eternal Champion, un hijoputa brillante con Kimono con el que sudaríamos la gota gorda para conseguir derrotarlo. Más aún si tenemos en cuenta que los ataques especiales del jugador eran limitados por un Ying-Yang de energía (y los de la máquina no) y que la dificultad del juego se adaptaba a nuestra habilidad con los mandos. Derrotar al Eternal Champion era un auténtico reto…

Conseguí derrotarlo… Una vez… Dos como mucho…

Otro tanto que se apuntaron para atraer a la chavalada: Eternal Champions también tenía los polémicos Fatalities que tan famoso hicieron a Mortal Kombat. En este caso se llamaban “Overkills” y, en lugar de ser una complicada combinación de botones, dependían del escenario. Si dábamos el último golpe a nuestro rival en un punto concreto del escenario tenía una muerte cruel y dolorosa, para algarabía del vencedor.

Algunos ejemplos de Overkills

Con Eternal Champions teníamos diversión para rato: además de ser un juego difícil, los personajes eran muy distintos entre sí y aprender las técnicas especiales de cada uno nos podía tener entretenidos un buen rato. Por si fuera poco, fue de los primeros juegos en incluir modos de entrenamiento y torneos, algo que no se estilaba demasiado en aquel entonces.

Midknight el vampiro luchaba en Viet-Nam observado por vacas y gallinas

Unos años después, apareció una secuela para Mega CD, con nuevos personajes, escenarios, Overkills y mucho más. Secuela que pasó bastante inadvertida al llegar en pleno apogeo de las 3D. De ahí que se le diera carpetazo a la saga y no volviéramos a saber nada de Eternal Champions, eterno ausente en las recopilaciones de juegos de SEGA. Una pena, porque estoy seguro que somos muchos los que nos acordamos de este juego. Y eso, cuando han pasado más de 15 años tiene mérito. Mucho mérito…

Los montajes de los personajes y Overkills se los he cogido prestados a SEGA-16.com

¿Premios 20 qué?

Orkratos, el Kratos de Warhammer