¿Y ahora qué, Steam?

Escrito por en Artículos - 20 enero, 2013

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Steam lleva años siendo la plataforma de distribución digital de videojuegos por excelencia. A diferencia de muchos otros servicios, no ya de videojuegos sino de prácticamente cualquier ámbito, la plataforma de Valve ha sabido adaptarse constantemente al cambio del día a día. El 12 de septiembre de este mismo año, la niña bonita de Gabe Newell cumplirá diez años. Diez años en los que nosotros —los propios usuarios— hemos pasado de pensar en él como «ese maldito programa que había que instalar con Half Life 2«, al cada vez más habitual «¿pero se registra en Steam? Si no se registra no me lo compro». Diez años en los que, actualización a actualización, se ha ido convirtiendo en un elemento fundamental para cualquier aficionado a los videojuegos que quiera disfrutar de ellos en el monitor de su ordenador. Diez años en los que pese a todos sus defectos, ha conseguido hacerse un hueco en el corazón de todos.

En este artículo, no obstante, no me voy a remontar diez años atrás para «ver cómo hemos cambiado», sino que me voy a centrar en las novedades con las que Valve ha bombardeado a sus usuarios en apenas el último año. Big Picture, Greenlight, Steam Workshop, Steam Guides, la incorporación de software al catálogo, el soporte para Linux, la aplicación para Android e iOS, el mercado de la comunidad, o los nuevos «Community Hubs«, son algunas de las mejoras que Steam ha incorporado recientemente a su servicio original.

La primera de las novedades, que a mí es la que menos me interesa con bastante diferencia, es el llamado modo Big Picture. Estoy casi seguro de que todos o casi todos ya lo habéis probado aunque sea por curiosidad en vuestro monitor de 17 pulgadas. Y no tiene mucho donde rascar. Es a todas luces una prestación expresamente pensada para que cuando los PCs finalmente den el salto al salón de casa, algo inevitable a este paso, los usuarios de Steam puedan disfrutar de una interfaz cómoda y adaptada al control con mando. Es una prestación a la que yo, como digo, no creo que le saque partido. Pero eh, la vida da muchas vueltas y a lo mejor dentro de un año estoy jugando a King’s Bounty con un mando en el salón de mi casa de Beverly Hills. Y si eso ocurre, sé que me gustará que exista Big Picture.

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Greenlight, un servicio que apenas lleva unos meses con nosotros, ya se ha hecho un hueco importante en la comunidad de los videojuegos independientes. No son pocos los desarrolladores que piden el apoyo de los usuarios para que sus juegos sean elegidos a través de este servicio, capaz de darle una visibilidad impensable a cualquier título desarrollado por dos señores en el sótano de su casa. Gracias a él, algunos títulos como el español UnEpic, que de otra forma nunca habría conseguido entrar en Steam (de hecho fue rechazado en una ocasión), tienen la oportunidad de triunfar gracias al impulso que supone estar en la portada de la plataforma de Valve. Y lo que es más importante, tienen la oportunidad de llegar a un jugador (a ti, a mí) que posiblemente no habría sabido jamás de la existencia del videojuego de marras de otra forma.

Steam Workshop, por su parte, se ha convertido en muy poco tiempo en el mejor amigo de los «modders». Como persona que se ha pegado horas y más horas buscando, descargando e instalando mods de todo tipo para varios juegos a lo largo de mi vida, tener una plataforma especialmente dedicada a esta labor es una auténtica bendición. Todos los que llevemos unos cuantos años en esto de los juegos de rol hemos instalado mods para Morrowind, decenas de mods para Morrowind, centenares de putos mods para Morrowind. Y a veces no era fácil. Gracias a Steam Workshop, sin embargo, es posible encontrar más de 12.000 mods para Skyrim concentrados en un único lugar y listos para ser añadidos a nuestro juego con un clic. Y esto, señores míos, si no es auténtico amor, no sé qué demonios es.

El último servicio en ser añadido a Steam ha sido Steam Guides, que quizás haya pasado desapercibido para algunos y desde luego no debería hacerlo. Gracias a esta nueva prestación, capaz de cobrarse una nueva víctima en forma de Gamefaqs o páginas similares, Steam brinda a los jugadores la posibilidad no solo de consultar guías perfectamente separadas por su temática y contenido, sino de añadirlas fácilmente para compartir conocimientos con el resto de usuarios. Que sí, que ya lo sé, que nadie nunca utiliza guías, pero no está mal darle esa posibilidad a los débiles. Y dársela bien, ya que nos ponemos.

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El resto de novedades de Steam, como el soporte oficial a Linux o la presencia de software en su catálogo, lo cierto es que me la pelan bastante. Entiendo, eso sí, que los usuarios de Linux están de enhorabuena, y que los desarrolladores de software como el RPG Maker deben estar muy contentos, pero por desgracia yo no me encuentro entre ninguno de esos dos colectivos, como me temo os ocurre a la gran mayoría (aunque estoy seguro de que los cuatro que jugáis en Linux me lo vais a hacer saber en los comentarios). Con el mercado de la comunidad me pasa un poco lo mismo, sé que los que estáis enganchados a esa droga que es Team Fortress 2 debéis andar como locos comprando y vendiendo gorros, pero yo, esta vez por suerte, tampoco soy parte de ese enorme grupo de usuarios.

Lo que quiero decir con todo esto, con este texto bastante más informativo que de opinión, es que tras los «winter sales» y las actualizaciones de Team Fortress 2, hay bastante más. Steam está creciendo y se está adaptando a los cambios. Y lo más importante, está llevando de la mano a sus usuarios para que se adapten con el servicio. Soy consciente de que Valve hace muchas cosas mal y las seguirá haciendo, pero me encanta ver la gran cantidad de otras cosas que sí hace bien. No sé vosotros, pero yo ya no concibo tener el ordenador encendido y Steam apagado. Y eso es algo que Valve se gana a pulso día a día. Así que la pregunta es, ¿y ahora qué, Steam? ¿Qué es lo siguiente?

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Ikaruga. Android. <3