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Por qué me flipa Rocket League

Escrito por en Artículos - 1 febrero, 2016

¿Cómo se analiza el pilla-pilla? ¿Qué nota le ponemos al escondite? ¿Qué debería contarte una review del DOTA 2? Es imposible destilar un texto que sintetice todas las ideas y todas experiencias que componen ciertos juegos. Especialmente cuando el juego propone unas reglas y la comunidad de jugadores las reescribe. Con Rocket League me pasa eso. Definirlo como un «fútbol con coches» es preciso, pero también injusto. Limitarme a explicar las reglas y explicar las sensaciones que provocan dejaría fuera lo importante: mi forma de jugar, la de mi hermano, la del novato que no suelta el acelerador, la del capullo que me embistió ayer siete veces, la del pro maneja el coche en el aire como si estuviera en el suelo. Por eso voy a ‘analizar’ Rocket League. Porque me faltan miles de testimonios que no voy a ser capaz de recopilar. Lo que sí puedo contaros es por qué me flipa este juego, cómo lo juego yo y por qué deberíais jugarlo.

Rocket League

Soy malo, pero me río. No sé si recordáis que hace unos años tradujimos aquí un artículo sobre el humor en los videojuegos. El texto de la difunta y brillante Indie Statik afirmaba que los juegos más graciosos son aquellos que limitan la destreza del jugador, porque son los propios controles los que provocan situaciones cómicas. Rocket League tiene cosas que decir aquí. Conducir en este juego no es fácil y manejar los coches con la precisión necesaria para jugar bien requiere práctica y paciencia. Incluso después de muchas horas jugando, cometer errores absurdos cuando el partido está emocionante es lo habitual.

Hay pocas cosas más graciosas que pisar el turbo para detener un contraataque rival, salir a cortar el balón y pasar por delante de él, a unos centímetros, sin rozarlo. O esperar el esférico en la portería, saltar para intentar bloquearlo y ver que nuestro intento ha sido inútil y ridículo. Los coches no tienen ninguna expresividad. Se mueven con la la contundencia y la sinceridad de un coche a reacción. Esto quiere decir que tus intentos de palomita extrema, de salida providencial, de remate potente o de robo eléctrico siempre parecen movimientos conscientes y meticulosamente decididos. Parece un detalle estético sin importancia, pero los errores son mucho más cómicos gracias a esto.

Topor League: manitas de mantequilla

El control es profundo y da muchas alegrías. Cuando quiero explicar cómo funcionan los controles de Rocket League sólo puedo compararlos con Dark Souls o con NBA 2k. El manejo de los coches es muy exigente y le da toda la responsabilidad al jugador. Moverse a ras de suelo es relativamente sencillo, aunque se necesita práctica para golpear la pelota a cierta velocidad y ponerla donde quieres. En cuanto te separas un palmo del suelo, la dificultad se dispara. Al saltar, los coches dan vueltas de campana, hacen saltos mortales y se giran. Las físicas son las protagonistas de la mecánica de salto y dominarlas no es sencillo. Estas circunstancias nos arrastran a cometer errores y [Ver punto 1].

Al mismo tiempo, comprometerse con el juego te devuelve todo el es fuerzo en forma de satisfacción. Cada toque, cada pase, cada salvada, cada robo y cada gol se sienten como un éxito y como una creación propia. Hay pocas cosas como la sensación de pensar que ese gol ha sucedido porque has visto el hueco en el momento justo y has centrado el balón donde tu compañero lo necesitaba. Sólo puedo compararlo con el instante en el que la cabeza te hace ‘click’ con un jefazo de Dark Souls y entiendes cómo esquivarlo o hacer parry. O cuando organizas un pick and roll perfecto en NBA 2k16 y ves cómo la defensa rival se desmorona delante de tus ojos y tu compañero recibe el pase y destroza el aro. Sólo los mejores juegos te dan las herramientas para lucirte y poder decir: «Joder, esto lo he hecho yo».

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Me hizo volar. Rock, Paper, Shotgun publicó el otro día este artículo sobre Rocket League. El texto describe perfectamente lo jodido que es ‘volar’ en el juego. La propulsión de los coches no sólo sirve para ganar velocidad y embestir más fuerte al balón o volver rápido a defender. También se puede usar para mantenerse en el aire. Controlar las físicas durante el salto es difícil, pero orientar el coche en el aire para aprovechar el impulso del cohete en la dirección correcta requiere una precisión quirúrgica y mucha sangre fría. Yo pensaba que el vuelo era una técnica reservada para los profesionales y los hábiles, pero el artículo de RPS me ha animado a experimentar y ahora me lanzo volando a por cualquier balón aéreo que veo a tiro. Más errores. Más risas. Más gustirrinín cada vez que logro golpear la pelota.

Los equipos tienen los colores del Grand Prix del Verano. Más o menos.

La comunidad es razonable. Juego a Rocket League en PS4 y creo que sólo en una ocasión alguien se ha tomado la molestia de indicarme por el chat lo malo que soy. Lo normal es comunicarse a través de las frases predefinidas del juego (o no comunicarse). Los mensajes rápidos del juego son tan sencillos como «¡Buen gol!», «¡Buena salvada!», «¡Gracias!», «Lo siento», «Defensa» o «Es tuya». Los jugadores se felicitan por los goles y suelen aceptar con tranquilidad los errores. No es una característica novedosa, pero no estoy acostumbrado a jugar online y me ha resultado muy sencillo adaptarme a estas normas de cortesía. GUAY.

estadio_rocket_league

Los cambios sutiles. Todos los coches de Rocket League son iguales. Todos corren lo mismo, todos pegan igual de fuerte, todos vuelan igual. Quizá las formas de la carrocería de algunos coches puede afectar a la forma de golpear la bola, no lo sé, pero en principio los cambios son puramente estéticos. Los controles no varían, el núcleo duro del juego, es siempre el mismo. Todos los jugadores tienen el mismo material y cada uno busca un estilo que se adapte a sus habilidades. Los jugadores son los primeros responsables de que cada partida sea diferente.

Los modos de juego también provocan cambios suaves en la forma de jugar. No es lo mismo jugar un uno contra uno que por parejas o en equipos de tres o cuatro jugadores. Cuantos más jugadores hay en el campo, mayor es el caos. Yo prefiero jugar por parejas o en equipos de tres porque facilita el juego de equipo, pero todos son divertidos a su manera. Los distintos estadios también tienen diferencias sutiles que alteran el ritmo de juego: suelo plano, suelo cóncavo, suelo de hielo, disco de hockey en vez de bola…

Es un e-Sport espectacular. Cuando entiendes el funcionamiento de Rocket League, ver vídeos de jugadores profesionales es una delicia. Cualquiera puede dominar las técnicas con algo de práctica, cualquiera puede tener un buen día y lucirse, pero hay hazañas y jugadas que están al alcance de muy pocos jugadores. Los highlights que se publican semanalmente en este canal de YouTube te pueden dejar muñeco.

Megamash

Análisis: Undertale